Las divas no van al infierno Capítulo 20: No puedo ser domada


Disfruta este capítulo al ritmo de esta canción: Cant be tamed

Charlene estaba llegando a su departamento en compañía de Nigel; los dos reían alegremente.

—Y entonces le dije ¿Qué podría salir mal?

Ella soltó una carcajada mientras abría la puerta de entrada; Nigel era muy divertido y con él las risas estaban aseguradas.

—No estoy tan cansada, nos trataron bien —dijo mientras dejaba la maleta a un costado—, así que estoy de muy buen humor y mañana tendré que darlo todo en el escenario.
—¿Quién crees que sea la eliminada esta semana?

Charlene se lo pensó un momento; después del ataque de histeria de Lisandra pensó que ella, pero tras la actitud de diva humilde de Márgara no había estado muy segura.

—No lo sé. Sería interesante que fuera Márgara ¿No lo crees?
—Pero a ella la llamaron antes que a cualquiera —apuntó él—, eso debe significar ene tiene peso o que marca.
—Sí, marca para abajo —comentó ella entre risas—. La hubieras visto el lunes cuando aparecieron a llamar a cuatro de nosotras para ir a un contacto con el matinal ¡Creí que la carne de la cara se le caería a pedazos! Estoy segura que mataría por ir en vez de a ese programa tonto del sábado.
—¡Oye! —reclamó él poniendo los brazos en jarras—, ellos piensan en todo tipo de publico, han hecho desfile de ropa interior o trajes de baño con mujeres, pero también con hombres.

Hizo un gesto de placer mientras ella dejaba el bolso y se sentaba; la chica sonrió.

—Eso es un punto bueno. Me sentí tan bien ayer, estar en el programa de la mañana fue casi como haber ganado una etapa importante del programa.

Se soltó el cabello y lo miró con expresión suplicante.

—Saca el jarro de jugo.

El musculoso revoleó los ojos, pero de todos modos fue hacia el refrigerador.

—Eres una explotadora ¿sabes? Linda, linda, y con esos ojos me manipulas. Ya, mejor dime quién crees que se va esta semana.
—Debería ser Lisandra —replicó ella mientras se miraba el esmalte de uñas—, va como tren sin conductor hacia abajo, y te aseguro que eso pasa la cuenta.
—¿Y qué es eso que te traes ente manos? —el hombre la miró con expresión cómplice—, a mí no me engañas, ibas a decir algo cuando ella te estaba atacando, pero cambiaste de opinión a ultimo momento.

Charlene se dio el tiempo de beber un poco del refrescarte jugo antes de hablar; la idea de Harry de llevarla como hada madrina de ese hogar de niñas pobres había funcionado a la perfección, y aunque tuvo que poner caras todo el tiempo, esas niñas ya la veían como toda una estrella, y la anciana que dirigía el lugar no solo estaba feliz con todo eso, sino que además se había creído todos los cuentos de Harry; de seguro si alguien le preguntaba, diría que ella estaba hace mucho tiempo visitando ese lugar.

—No hay nada que contar, no seas ridículo. Además, ella me atacó por una tontería, yo solo quería darle un toque distinto a esa canción para que no fuera tan triste.
—Bueno, será como tú digas entonces.

Nigel se devolvió al refrigerador para guardar en él el jarro con el jugo, pero se quedó con la puerta abierta y mirándola con las cejas levantadas.

—¿Qué es esto?
—¿Qué cosa? —preguntó ella, distraída.
—Estas cervezas baratas en la parte de abajo —replicó él con tono de incredulidad—, me habías dicho que tenias gustos más finos.

Harry. Ahora tendría que inventar algo; se dijo que lo mejor que podía pasar era que en el programa dejaran de restringirlas tanto y les permitieran tener un manager, de ese modo podría sacarlo de las sombras y trabajar con él de una forma más cómoda; por el momento debía seguir con el espectáculo.

—Cómo se te puede ocurrir que son mías ¿No ves que tengo que conservar este cuerpo maravilloso? Mira, te voy contar pero no puedes decirle a nadie, ni a tu madre.

El corrió y se sentó frente a ella, con la ilusión pintada en la cara.

—Soy un sarcófago cerrado —aseguró.
—Bien, el tema es este —pronunció con tono de confidencialidad—. Cuando me cambié, conocí a un chico, y bueno, no estábamos aquí y él dijo que quería cerveza, así que trajo y la dejó ahí.
—¿Estás saliendo con un hombre? —La voz de él se volvió más aguda—. Cuéntame todo, cómo es, cuándo, cuánto y dónde.

Charlene hizo como que se sonrojaba; perfecta mentira para salir del paso.

—¡No! No me estas dejando hablar. Te estaba diciendo que vino, y bueno, todo estaba bien, pero después nunca mas apareció, creo que se aprovechó de mi inocencia.
—¿Cuál?

Los dos rieron; internamente, ella se dijo que debía conseguir que Harry fuera su manager oficial lo antes posible, pero con mucha más urgencia, que se supiera que era un alma bondadosa para subir como la espuma en las redes.

2


Cuando Benjamín recibió la llamada de Lisandra, se sintió muy emocionado, ya que desde la jornada de la audición no se habían visto. Esperaba que ella le dijera que fuera a su casa esa mañana de miércoles, pero para su sorpresa, lo citó en una cafetería en una zona relativamente cercana al canal de televisión; la segunda sorpresa vino cuando la vio: estaba muy arreglada, con el cabello tomado en una cola alta, sombra de ojos y labial coloridos, y un vestido color calipso hasta las rodillas, que destacaba su figura y lucía muy bien sus piernas.

—Lisandra ¡Te ves preciosa! —comentó, con una gran sonrisa—. Vas muy bien arreglada.

Ella le devolvió la sonrisa y se sentó frente a él.

—Sí, decidí preocuparme más por mi aspecto —explicó con gentileza—, es una responsabilidad con el público que me ve. Benjamín, tengo algo que hablar contigo y creo que nos conviene a ambos.

—¿Convenir? Hacia prácticamente un mes que no se veían, y habían hablado muy poco por las redes sociales, por lo que él esperaba algo distinto a una frase como esa.

—Sí, pero espera, cuéntame un poco cómo va todo en el programa —inquirió con entusiasmo—, cómo han reaccionado tus padres.

Al momento de hacer la pregunta se arrepintió; claramente algo en esas palabras no era del agrado de ella.

—Benjamín, escucha, ahora estoy con mucho que hacer; quiero que conversemos más, pero este no es el momento —de pronto volvió a animarse—. Lo que tengo que decirte es muy interesante, es un negocio que podría sacarte de ese trabajo tan exigente que tienes.

¿Negocio? Por un momento, Benjamín estuvo a punto de reír, como si lo que hubiera escuchado fuese una broma, pero la expresión determinada de ella se lo impidió.

—Disculpa, creo que no entiendo lo que me estás diciendo.
—Tu trabajo —repitió ella como si fuera obvio—, tú tienes un trabajo muy estresante, te requiere mucho tiempo y es obvio que quieres algo mejor, todos queremos algo mejor para nuestras vidas ¿no es así?

El chico la miró levemente confundido, pero decidió continuar con la conversación.

—Sí, supongo que sí.
—Pues mira, este es el asunto, es muy importante que sea super secreto: si te haces pasar por mi novio, puedo lograr que mi fama aumente muy rápido, y eso va a atraer a los auspiciadores, muy pronto van a empezar a llegar los contactos y los contratos.

Benjamín se sentía como si acabara de estrellarse contra algo; estuvo a punto de mirar en todas direcciones, esperando encontrar una cámara oculta, pero la seriedad de ella al hablar le hizo entender que eso iba en serio.

—No estoy seguro de entender que es lo que quieres lograr con esa idea.
—Figurar en los medios, por supuesto —explicó ella—, escucha, estuve revisado las estadísticas de nuestra participación, m e refiero al programa, y está subiendo como la espuma; estoy segura que en dos o tres semanas van a cambiar las condiciones del contrato ¿Te conté los detalles de eso?
—Lisandra, casi no hemos hablado desde que entraste al programa.
—Sí, bueno, se trata de esto: podemos mantener nuestras redes sociales, pero no pedir votos ni hacer campaña o promoción de ningún tipo; no podemos comentar con los hashtag del programa, ni aparecer en las redes de nadie haciendo nada que sugiera que estamos pidiendo que voten por nosotras. Pero —levantó un dedo para ejemplificar la excepción—, estoy segura de que van a modificar esas reglas para que sean más flexibles.
—No entiendo qué tiene que ver eso con...
—Espera, ahora voy con eso —le hizo un gesto para que aguardara—, lo que estoy pensando es que van a hacer lo mismo que en algunos programas de talento, en donde siguen a los participantes en sus actividades diarias, y en ese punto es que un novio me viene de maravilla, porque la gente siempre quiere saber sobre estas cosas.

Benjamín la miró estupefacto.

—¿Quieres que la gente piense que tienes un noviazgo para que hablen de ti en los programas de espectáculo?
—Algo parecido, pero es más un plan a largo plazo; como no he hablado con nadie de esto, pensé que en unos días podría haber una reconciliación ¿Entiendes? Algo como reunirse en un café o un sitio bonito y no demasiado llamativo, la idea es que quede registrado, pero no por nosotros, porque claro que alguien lo va a ver y van a grabar, y desde entonces todo va a ser muy fácil.

Él intentó pensar en algo con lo que cuestionar las palabras de ella, pero estaba tan sorprendido que no se le ocurría nada.

—Lisandra, yo no sé qué decir.
—Di que me vas a ayudar —replicó ella—, eres mi amigo, dijiste que ibas a apoyarme en todo; además lo que estoy pensando es un beneficio para los dos ¿No te conté sobre los regalos?
—No.
—Pues va siendo cada vez mejor —explicó la chica—, por ejemplo, antes del último programa nos regalaron una tarjeta para comprar artículos decorativos para el hogar, y siempre, cuando a un programa como este le va bien en rating y se habla mucho de él, los auspiciadores llegan solos y hacen todo tipo de regalos. Esto te va a servir mucho.

Durante un segundo o dos él no dijo nada, hasta que al fin habló, con voz desprovista de emoción.

—¿Crees que funcione?
—Por supuesto ¿Cuento contigo?
—Por supuesto —replicó él, mirándola con ojos brillantes—, sabes que estoy para ayudarte en lo que necesites.

3


Valeria llegó a su casa después de ir al centro de estética de Tina, algo cansada, pero sintiéndose contenta con los resultados; si bien el tratamiento que estaba recibiendo era una vez al mes, debía asistir dos veces por semana para una inyección de vitaminas y unos retoques menores.
Desde que Sandra había descubierto su verdadera identidad, el cambio en la actitud de Tina era notorio, ya que dejó de hacer veladas amenazas y se limitó a decirle que estaba muy contenta con el aumento de público en su centro, lo que significaba que la productora se había encargado de “recomendar” el centro de estética a las personas indicadas, con lo que había resuelto el problema de Valeria para conseguirlas.
Acababa de dejar el bolso en el sillón cuando su móvil anunció una llamada de Harris.

—¡Hola! ¿Cómo va tu día?

La voz de él se escuchaba algo agitada, y supuso que estaría haciendo ejercicio, como le había dicho que hacía todas las mañanas.

—Bien, estaba retocando mis uñas ¿Qué haces?
—Estoy terminando la rutina de trote de hoy —respondió con voz energética—, después me meto a la ducha y estaré listo.
—Ten cuidado —observó ella—, no vayas a tropezarte por estar hablando conmigo.
—Voy con los audífonos inalámbricos, así que está todo en orden. Escucha, solo quería decirte que me gustaría poder estar en tu presentación de hoy.

Casi no se había percatado del tiempo, hablando con él la noche anterior; él había dicho que todo sería mucho más sencillo si no les prohibieran a ellos como bailarines interactuar con las chicas fuera de lo estrictamente profesional, pero que a la vez no le molestaba tener que disimular todo el día durante las clases o a lo largo de la emisión del programa, mientas pudieran hablar después.
Ella le había dicho que tenían que ser cuidadosos, porque no quería que él fuera perjudicado si alguien de la producción descubría que tenían esa amistad, pero a Harris eso no le importó.
Era impulsivo y arriesgado, y eso a ella le encantaba.

—A mí también me gustaría, pero sabes que no se puede notar que tenemos contacto.
—No te preocupes, sé disimular muy bien —comentó el con tono alegre—. Nos vemos más tarde. Un beso.

La última frase fue dicha justo un instante antes de cortar, por lo que la voz se escuchó un poco más lejos; fue la primera vez que decía algo como eso, y a Valeria se le hizo tierno y encantador.
Cuando fue a su cuarto a escoger la ropa que llevaría ese día, recordó que esa mañana se había dicho que iba a llamar a su novio Jorge, pero no se encontraba de ánimos para hacerlo ¿Cómo, si él no dejaba de criticarla? Había pensado contarle de la amenaza en la que estaba envuelta como una forma de hacerle ver que lo que ella estaba haciendo no era un lecho de rosas, pero tuvo que descartarla al comprender que él nunca lo entendería. De momento, lo mejor que podía hacer era seguir manteniendo la distancia y confiar en que él continuara administrando su parte en la historia de la mejor forma; cuando pudiera conseguir más poder de decisión y tuviera lo que quería, hablaría con él y solucionaría todo.

4


Cuando todas llegaron al canal y les presentaron el desafío de esa jornada, que incluía utilizar mucha luz, Charlene se dijo que era su momento para destacar sobre las otras; pero resultó ser que antes que pasara una hora de las tres que tenían a disposición para realizar la preparación del espectáculo, alguien decidió robar cámara: Ivonne se cayó de una tarima y empezó a llorar y gimotear, lo que hizo que todas las miradas se fueran hacia ella.

—Ojalá que no sea algo agrave.

Después de acercarse al sitio en donde los de enfermería la estaban atendiendo y decir las palabras de cortesía con la expresión adecuada, la rubia regresó a lo suyo; en ese momento se preguntó algo que antes no se le había pasado por la mente. Y si alguna de las chicas debía abandonar el programa por una enfermedad o lesión ¿Se contaría como la eliminaba de la semana?
Treinta minutos más tarde, Aaron Love estaba dando esa respuesta en una comunicación oficial.

—Muy buenas tardes, mis amigos seguidores del programa. Esta vez tengo que hablar con ustedes de algo muy importante y que es un motivo de un pesar dentro del gran equipo que hemos formado en el programa; hace muy poco, nuestra querida Ivonne ha tenido una caída durante un ensayo.

En ese momento, las luces del escenario estaban apagabas y solo un foco acompañaba al conductor, quien como nunca lucía serio y apesadumbrado.

—Por supuesto, contamos con personal calificado para poder atender todo tipo de emergencias, ya que sabemos que la exigencia del programa significa que las chicas podrían sufrir algún tipo de esguince o lesión.
Sin embargo, pronto fue evidente que Ivonne tenía algo más delicado, ya que el dolor no cedía; por esto, fue llevaba a centro de atención especializado, en donde nos han dado la mala noticia: Ivonne sufrió una lesión en los ligamentos del tobillo izquierdo, de grado dos, lo que significa que es un daño más que leve.

Hizo una nueva pausa; nunca lo había dicho, pero adoraba esos momentos dramáticos en los programas, porque permitían que él mostrara toda su capacidad; incluso en alguna entrevista habían mencionado su alto grado de compromiso con la gente y lo humano que era. Y él amaba esos elogios.

—Esta lesión que ha sufrido Ivonne requiere repuso absoluto de entre cinco y nueve semanas, además del uso de medicamentos apropiados para su caso. No podrá usar tacones ni bailar, lo que significa que no podrá seguir en competencia junto con las otras.

Mientras esto sucedía, Márgara se había sentada frente a la pantalla, mirando con atención al tiempo que peinaba la peluca color azul que usaría en su presentación; le parecía que todo eso era innecesario, que si esa chica estaba lesionada debía retirarse y ya, no estar llamando tanto la atención.

—Me avisan que hemos establecido un contacto en directo con nuestra amiga Ivonne. ¿Me escuchas?
—Hola Aaron.
—Gracias por atender; no quiero molestarte mucho tiempo, pero quería preguntar cómo estás sobrellevando esta situación.

La voz de la chica se escuchaba acongojada, pero en control.

—Tratando de tomarlo con calma —respondió hablando despacio—. No puedo hacer nada, así que tengo que resignarme a que mi camino en el programa terminó y concentrarme en recuperarme de la lesión que tengo.
—Por supuesto, la salud siempre es lo principal —comentó él—. Y estoy seguro de que en las redes sociales las personas que te siguen estarán dando sus muestras de cariño para alguien con tanto que entregar como tú.
—Gracias.
—No, gracias a ti por tanto. Antes de despedirme ¿Hay algo que quieras decirle a tu público o a las otras chicas?
—Las chicas saben lo que deben hacer; al público, darle las gracias por su apoyo, y decirles que agradezco todas sus muestras de cariño y apoyo, y el tiempo que se dedicaron para escribir y enviar mensajes de ánimo en las redes.
—Ahora tendrás muchos mensajes de aliento, te lo aseguro —la animó el—. la gente te quiere mucho, de verdad.
—Pues me daré el tiempo de ver esos mensajes —replicó ella un poco más animada—, trataré de leerlos todos.

El conductor se despidió de forma muy cariñosa, y tras hacer una inspiración siguió con sus palabras.

—Sucesos inesperados y pruebas son lo que nos topamos todos los días; así es como pasa en la vida, y por supuesto también en este programa. Por ahora me despido, y nos vemos más tarde.

Mientras la transmisión especial finalizaba, una persona en otro sitio estaba recibiendo una llamada.

—¿Estás lista?
—Por completo —replicó ella.
—Bien, entonces prepárate. Entras tú en reemplazo de Ivonne.
—De acuerdo.

Cortó la llamada y se quedó mirando la pantalla, en donde ahora se exhibían anuncios publicitarios.
Desde ese momento haría que todos los chicos se obsesionaran con ella, que pareciera que la estaban inspeccionando y obligando a sacar los dientes; haría que pensaran que no podían cambiarla, que cada día sería un día que no planeaba, y por sobre todo, que no se le podía domesticar.
Les haría creer que era un rompecabeza, pero en el fondo, lo que quería era volar, dirigirse adonde quisiera y llegar hasta sitios que no conociera, ¿Había error? No, no lo había, era sólo que las reglas habían cambiado para siempre.
No la podían cambiar, y si todo funcionaba de acuerdo con el plan, no la podrían derrotar.


Próximo capítulo: Tu cuerpo

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