La traición de Adán Capitulo 24: Huellas




Mientras el éxito del Boulevard  continuaba llenando las arcas de Bernarda Solar, Adán estaba finalizando el balance de Diciembre y fin de año de la galería de Carmen Basaure, y con excelentes cifras. No había vuelto a tener noticias ni tiempo de conseguir información sobre la artista, pero en lo que a él respectaba, era mucho mejor no tenerla en el país mientras estaba colmado de trabajo con Boulevard y los proyectos relacionados con el hotel; parecía muy poco tiempo, pero en realidad habían pasado muchas cosas desde la inauguración de la galería y ahora sus ojos se encontraban en cosas mucho más grandes; había  cerrado la galería por ese día 19 de Diciembre para poder disponer de ella y las obras, y sabía que estaba solo, por lo que le llamó mucho la atención que alguien llamara a la puerta.

– ¿Quién puede ser?

Dejó el trabajo en la oficina que  había improvisado en el taller de Carmen, y se acercó a la recepción; en la captura de la cámara de seguridad no había nadie. Retrocedió  un poco el registro, pero aun así no encontró a la persona que hubiese tocado; alguien que sabía bastante bien cómo moverse.

–Un momento...

De pronto recordó que aún no había tenido respuesta de sus investigaciones con respecto a la persona que dejó los mensajes en su departamento, y pensó que en realidad todo eso podía estar relacionado y por lo tanto ser más importante de lo que había supuesto en un principio. Salió de la recepción caminando lentamente, solo para encontrarse con una visita en el taller.

–Buenos días Adán.

Era Samuel, el genio informático que lo había ayudado en el pasado y al que no había podido localizar últimamente. Contuvo la sorpresa y las preguntas, deduciendo que había entrado allí usando  sus conocimientos de tecnología, y solo entonces comenzó a comprender.

–Al fin apareces, estuve tratando de encontrarte todo este tiempo Samuel.

El otro frunció el ceño. Esta vez algo había cambiado en ese hombre, porque el tono amistoso y cercano de Adán no había hecho ningún efecto.

–Me ausenté durante estos días. Estaba haciendo investigaciones y descubriendo muchas cosas; hice un viaje al pasado.

Adán se quedó inmóvil mirando al otro hombre. ¨Dejaste un cabo suelto¨  ahora tenía todo el sentido. Por eso Samuel desapareció repentinamente, por eso no habían rastros del origen de los mensajes en su departamento, por eso es que se veía tan distinto.

–Así que hiciste un viaje. ¿Y cómo estuvo?
–Interesante. Educativo. Y a la vez intrigante.

Lo fulminó con la mirada. Samuel ya no era el mismo, ahora todo era completamente distinto.

– ¿Por qué, que descubriste?
–Te descubrí a ti Adán. Y a la vez no. Por eso me parece buen momento para hacer una pregunta. ¿Quién eres Adán Valdovinos?

Mientras tanto, Eva estaba en su oficina en la Constructora Del Mar y Alzarrieta ordenando unos asuntos cuando sonó su teléfono celular, indicando en él un número desconocido. Contestó mientras se acercaba a la cafetera.

–Hola.
–Hola preciosa.

Se le soltaron de las manos los papeles que tenía en ellas al oír esa voz; y de pronto todo volvió al pasado, de pronto estaba otra vez en ese horrendo sitio escuchando la misma voz que había atravesado casi veinte años sin cambiar, demostrando que en realidad nada de lo que había hecho para alejarse había sido suficiente. No dijo nada, pero el hombre al otro lado de la conexión sabía que estaba allí, y continuó hablando con esa maldita voz melodiosa y cantarina que bien podría servirle para hipnotizar a sus víctimas.

–Me costó encontrarte preciosa, pero al final las cosas siempre terminan por suceder. Nos veremos pronto preciosa, te lo prometo.

Cortó, dejando en lugar de su voz el frío tono de la línea, repiqueteando sin detenerse. Ahí estaba, a solo  una llamada de ella, destruyendo todo aquello que Eva había hecho para tratar de apartarse; de nada había valido la distancia, los cambios ni los años, ahora estaba otra vez en la encrucijada, atrapada por un demonio que la perseguía a través del tiempo, implacable como un verdugo, sencillo como un humano, demente tanto como su ambición. Apagó su teléfono y sacó la tarjeta de él, destruyéndola en un gesto inútil que quizás solo le daría algo más de tiempo, pero que no le entregaba nada más. Tenía que hacer algo, era imperativo descubrir la forma de separarse definitivamente de su pasado y alejarse para siempre de ese demonio. Ya no podía quedarse solo en intentos, no cuando estaba consiguiendo todo lo que quería y estaba a punto de llegar a un nuevo nivel, ahora tenía que tomar la situación en sus manos y hacer algo definitivo.

En la galería de arte, Samuel había tomado lugar con autoridad junto al escritorio, enfrentando a Adán que permanecía en el umbral de la puerta, manteniendo la mirada del otro, y pensando a toda velocidad.

–En determinado momento quise investigar sobre ti Adán –explicó recordando– podrías pensar que se trataba de algún interés amoroso, pero en realidad es una especie de deformación profesional, porque mi trabajo y mi pasión es hacer investigaciones, así que creí que era entretenido conocer un poco más de ti. Y seguí tus estudios, fui un poco más atrás en el tiempo, y me encontré con una verdad  a medias, un bosquejo de ti  que estaba incompleto y que pasaría inadvertido para la mayoría.
– ¿A qué te refieres?
–Me refiero a ti, a tu esencia. No eres nadie Adán, no eres nada de lo que dices sobre ti mismo, tú eres solo una gran mentira.

Adán sintió que se  tensaban todos los músculos del cuerpo. No podía ser, tenía que haber algo fuera de lo común, algo que hubiera dejado pasar sin darse cuenta.

–Dime a que te refieres.
–Eres un gran actor Adán –comentó Samuel– estás enfrente a alguien que ha descubierto tu verdad y aún sigues representando el mismo papel de siempre; tan perfecto como siempre, sin errores, sin complejos. Pero resulta que cometiste un error, porque tu historia no está completa. Ni siquiera eres quien dices ser, porque robaste la identidad de otro hombre; el verdadero Adán Valdovinos está muerto.

Adán seguía mirándolo atentamente; las cosas estaban llegando demasiado lejos.

–No estoy muerto Samuel, me tienes aquí, frente a ti.
–Y lo mejor es que te aprovechaste de una situación tan antigua que pasó inadvertida para todo el mundo –siguió el otro sin alterarse– si cualquier persona hace una investigación sobre ti, no hay nada raro, hasta que vayas directamente a tu infancia que pasaste con tus padres en el sur del país; murieron en un trágico accidente en un paseo de invierno, excepto por ti que sobreviviste milagrosamente a la edad de siete años, tras lo cual fuiste a vivir con una familia adoptiva en la ciudad. Ese matrimonio te cuidó y te crió, pero ambos murieron por causas naturales cuando tú tenías diecisiete, así que quedaste solo, pero bastante preparado para el futuro y para convertirte en el hombre exitoso que eres hoy en día. Pero ese niño, ese Adán murió junto a sus padres en ese accidente, así que quien está frente a mí no es él. Tu solo eres una hermosa mentira.

Estaba cerca, estaba horriblemente cerca de la verdad, pero aún era necesario saber qué tanto, y hasta qué punto había podido descubrir. Y lo más importante, tenía que saber también qué otras personas estaban enteradas de todo eso.

– ¿De dónde sacaste todo esto?
–La información siempre está para quien quiere encontrarla y descubre la forma de llegar a ella, tú puedes haber escondido cosas, pero eso no quiere decir que las puedas hacer desaparecer. No, tú no puedes. Tenías solo siete años, y ya estabas planeando  tu futuro con lujo de detalles. ¿Qué mejor opción que tomar el lugar de una persona fallecida? Ese matrimonio vivía en una zona alejada de la civilización, la esposa tenía algunos problemas de salud así que no salían a menudo, pero su hijo era inquieto, y tenía algunos amigos a los que veía ocasionalmente, específicamente uno del que sus padres no tenían conocimiento; un amigo que lo quiso tanto como para acompañarlo más allá de la muerte, tan cercano como para convertirse en él. Y ese eres tú.

Las cosas estaban llegando demasiado lejos. De la noche a la mañana estaba frente a la verdad que creyó haber dejado atrás, sepultada para siempre entre las mentiras y el paso del tiempo, pero aun no sabía que era lo que había hecho tan mal como para que alguien pudiera dar con esa historia antigua.

–Has estado trabajando bastante –comentó manteniendo la calma– pero aún tengo mis dudas.
–No te preocupes, porque aún tengo algunas cosas más que decirte. En un principio fue difícil, porque todo eran especulaciones y teorías, hasta que decidí ir a la fuente y explorar en terreno; ahí fue cuando surgió la verdad, ahí fue que descubrí como es que lograste usurpar su identidad sin que nadie pudiera demostrar que se trataba de una mentira. En primer lugar elegiste a la familia perfecta, gente principalmente aislada por costumbres y por circunstancias, sin familia directa, el resto solo fue esperar. Debe haber sido terrible ver como pasaba el tiempo sin resultados, esperando a que llegara el momento preciso. Y claro, estaba también el otro factor fundamental, aquello que te hacía perfecto para tomar el lugar del hijo de ese matrimonio, me refiero a tu verdadero origen. Tú eras tan solo uno más entre varios niños que vivían en un orfanato, solo uno más dentro de un grupo de infantes custodiados por algunos adultos que seguramente no estaban ni capacitados ni interesados realmente en lo que pasara con ellos.

Adán contuvo la respiración un momento; eso era lo que aún después de tanto tiempo no había podido superar, el recuerdo vivo de ese lugar, esas paredes grises en medio de la nada. Pasos de adulto custodiando las noches a través de los pasillos, el repiqueteo constante de las manecillas del reloj en medio de habitaciones inmundas, marcando segundo a segundo el paso de un tiempo absurdo; ahí el tiempo nunca pasaba, ahí solo eras un mueble más, una puerta  crujiendo al moverse, un vidrio roto reemplazado por un trozo de cartón, no eras una persona, no eras un ser vivo, eras un número que significaba dinero en una cuenta, que fácil resultaba mantener a las víctimas ahí, sin poder, sin ver, resignadas a recibir lo que se les daba como una limosna o sin siquiera saber cuál era la realidad a la que se enfrentaban o si había otra diferente. Los adultos ahí tampoco eran personas, eran sombras durante el día, carceleros durante la noche, y se limitaban a existir de la misma manera en que los infantes. Historia sin fin, repitiéndose constantemente en una desquiciante secuencia sin futuro, adornada por sollozos ahogados, o por inútiles e infantiles lamentaciones durante el día. Adán no iba a permitir eso, era solo un niño en una cárcel, pero sabía muy bien que eso no era todo, y que no iba a quedarse así nada más, detrás de las rejas mientras el tiempo  pasaba y pasaba. Y había salido de las rejas, pero aun persistía el recuerdo, aun podía sentir el olor de ese sitio delatando la eterna quietud, aun podía oír los relojes en las habitaciones y los llantos jamás escuchados.

–Ese orfanato fue cerrado con el tiempo por las condiciones inhumanas en que mantenían allí a los pequeños, por agresiones y por la mala atención del lugar que estaba prácticamente derrumbándose. Pobre, debes haber estado desesperado por salir de allí, y viste en esa familia tu vía de escape, quizás no pensando en eliminar a su hijo, pero si creyendo que podrías integrarte, lentamente, usando tu  encanto para hacerte amigo al comienzo, y un hijo adoptivo después; el destino quiso que las cosas se torcieran, porque no tenías considerado el accidente, pero si era así, tampoco te ibas a quedar con las manos vacías.

No, por supuesto que no se iba a quedar con las manos vacías. Adán sentía como el tiempo retrocedía, y volvía a verse harapiento, sucio y con hambre, escapar cada día de ese sitio, para limpiarse y escabullirse entre las hojas, hasta llegar a los enormes jardines de aquel niño al que se refería  Samuel. Él quería eso, él tenía que conseguir para si todo eso, y por ese motivo es que tenía todo claro en su mente y sabía que había un mundo afuera, esperando por él, y nada iba a quitarle la oportunidad; y tal como si estuviera relatando la historia, Samuel contaba los hechos, el trágico accidente, la noticia que supo él, y la forma en que ideó la solución. Lo siguiente fue solo actuar.

–Así que hiciste lo más inteligente: escapaste del orfanato y te hiciste pasar por el hijo de ese matrimonio. ¿Por qué? Porque luego del accidente en el río el hijo no apareció, seguramente porque su cuerpo fue arrastrado con rapidez, así que solo tuviste que mentir y hacerte pasar por él. ¿Quién iba a echarte de menos en el sitio de dónde venías? Además contabas con tu inteligencia, tu belleza y esa capacidad natural de atraer a las personas, y como las víctimas tienden a llamar la atención de todos, el panorama estaba preparado para ti. Por eso es que fue tan sencillo, porque ya sabías todo desde antes, tu amigo te lo había contado entre juegos cada día, tú lo único que tenías que hacer era trasladar esa historia del hacia ti, al fin que nadie podía refutar lo que dijeras. Con el tiempo la historia pasó  a ser tuya, te quedaste con el nombre y con el pasado, excepto porque no podías volver al orfanato a borrar de allí las pruebas, ese fue tu error.

Solo entonces lo recordó. Esa fotografía que le habían tomado a él y los otros en el orfanato, la prueba de la que no se había deshecho, el cabo suelto del que jamás se encargó.

–Eras realmente encantador en esa época, una proyección de aquello en lo que te convertiste con el paso del tiempo, y por lo mismo es que es imposible confundirte.

Adán supo que Samuel iba a decir su nombre original, y solo podía llegar hasta ahí, solo podía revivir la historia hasta ese punto, pero no se permitiría más, no llegaría tan lejos, porque hacerlo sería sobrepasar un límite impensado.

–Dime que quieres –lo interrumpió decidido– si estás aquí es por un motivo. ¿Hay algo que quieras de mí?

Era una invitación implícita, una sugestión para desviar su atención, o inclusive para algo más, porque en ese estado podía hacer cualquier cosa, lo que fuera para conseguir sus objetivos. Samuel sonrió.

–En una época creí que podía conseguir algo de eso –comentó con los ojos brillantes– y con eso te di un arma que podías usar, y vaya que si  la usaste. Pero jamás iba a conseguir nada. ¿Creíste que estaría permanentemente pendiente de ti y de tus absurdas ilusiones? Te permití utilizarme hasta cierto momento, pero estoy cansado de eso, ya no me basta con tu cara bonita y con tus palabras, ahora quiero ganar algo a cambio.
–Y si quieres algo, entonces me tienes a mí.

Pero el otro rió.

–Habría pagado por escuchar eso, y me lo dices por voluntad propia. Parece interesante, pero es demasiado tarde para eso, lástima que alguien como tú deje pasar por alto detalles como este,  creo que estabas ocupado con cosas demasiado importantes. Sé que estás ganando grandes cantidades de dinero gracias a la galería y el Boulevard, y yo quiero parte de esos ingresos. Vas a hacerme  partícipe de esas ganancias a partir de ahora, o destruiré todo lo que tienes; y antes que se te ocurra decirme que aquella historia sobre tu origen no puede afectarte en el presente, te quiero recordar que gran parte de los ingresos con los que viviste no te pertenecen, que se los quitaste a los verdaderos herederos que eran los dos hijos anteriores de tu supuesto padre, y que ahora son bastante mayores y pobres gracias a ti, pero no solo eso, porque hay algo mucho más importante en esto, y es que en el mundo en que te desenvuelves la imagen y la historia importan mucho más de lo que crees, si yo hago que tu secreto se sepa, perderás mucho trabajo del que has hecho. Podría quitarte lo que tienes sin que lo evitaras, pero no lo haré por ahora, primero quiero que tú hagas esa parte por ti mismo, y ya sabes que soy muy bueno en la tecnología, así que no te tardes. Aquí te dejé los datos, no me falles de nuevo.

Samuel salió en silencio, sin permitir más palabras de parte del otro. Siempre podía aducir que esa historia era falsa, pero tal como lo había dicho Carmen en una ocasión, una vez que manchan tu honra, recuperarte es muy difícil, y además de eso, sabía que si se lo proponía, Samuel podía hacerle la vida imposible. Estaba atrapado, completamente en sus manos, y en tal punto que ni siquiera usando su encanto había logrado distraerlo, porque de hecho, había subestimado su carácter. Era un gravísimo error, y además un golpe fuerte saber que alguien en este mundo sabía quién había sido antes de ser él mismo; en ocasiones toda esa historia parecía tan lejana y ajena que casi podía creerla una fantasía infantil, pero en ese nefasto día, le había quedado claro más que nunca que había una segunda verdad, una historia lejana que no por distante había desaparecido, y sabía que era culpable  de eso, sabía que tendría que hacer todo lo que Samuel le estaba ordenando, pero asimismo sabía que esa era una nueva historia sin final, porque a partir de ese momento estaría atado de por vida a los deseos de quien una vez subestimó, cumpliendo sus caprichos que perfectamente podían cambiar de un momento a otro; una situación como esa podría destruirlo.

–No –dijo para si– esto no va a pasar. Antes que me destruyas, voy a sacarte de mi camino Samuel, me cueste lo que me cueste.



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La traición de Adán Capítulo 23: Vida perfecta




A la agotadora semana de inauguración es en el Boulevard del centro comercial Plaza Centenario siguió una serie de elogios por parte de los expertos y millonarias entradas por el éxito que tuvo en el público la oferta. Muchas personas describían la experiencia como la mejor opción de tomarse vacaciones en la ciudad, mientras que otras lo explicaban como la manera perfecta de hacer una pausa que te cambiaba la vida; los beneficios parecían no terminar, ya que los regalos iniciales de Luna fueron sucedidos por descuentos en dos o más servicios y premios sorpresa cada día, lo que alimentaba la curiosidad y el interés de la gente que en algunos casos llenaba los cupos del spa o las locaciones del teatro en las jornadas previas;  la prensa describía la oferta comercial como el mayor conjunto vacacional en lugar atípico, y también como un festival para los sentidos. Bernarda celebraba el éxito de Boulevard, pero su mente estaba enfocada en el proyecto siguiente, aquel en el que Adán y Eva estaban trabajando arduamente. Los dos estaban en una de las oficinas de la Constructora del Mar y Alzarrieta, junto a algunos de los expertos que analizaban las nuevas ideas.

–Lo principal de este proyecto es la innovación. En primer lugar, será el primer hotel del continente construido en solo dos plantas superiores, ya que las demás, es decir las restantes cuatro, serán plataformas subterráneas pensadas en la comodidad, pero sobretodo en la accesibilidad; queremos que nuestros futuros clientes puedan entrar y salir con total comodidad de las instalaciones, ya que la ubicación al lado del aeropuerto así lo exige.

Adán miraba el boceto principal del hotel, un edificio plano sin apariencia definida. No le gustaba. Eva intervino.

– ¿Sabes lo que me pasa Fernando? Que todo lo que hemos visto está basado en una idea interesante, pero no tiene algo de interesante en el aspecto visual, y eso es un gran punto en contra si consideramos que el aeropuerto ya tiene un pequeño hotel en sus instalaciones.

Sabía que Adán estaba pensando lo mismo, y no era necesario verbalizarlo, porque ambos estaban tratando de encontrar el punto exacto, la diferencia entre ese boceto y lo que sería la realidad en poco tiempo. El ingeniero se mostraba algo nervioso.

–Este proyecto es innovador, por ese motivo es que...
–Sé que es innovador, esa idea central es nuestra, pero no es lo que tenemos pensado convertir en un éxito, tiene que haber algo más.
–Tengo una idea –comentó Adán– hay una forma de que el hotel funcione como lo tenemos pensado.
– ¿Cuál es?
–El hotel no debe estar en superficie, debe ser completamente subterráneo.

Eva ya había entrado en sintonía con la idea, tenía todo el sentido del mundo.

–Subterráneo –comentó reflexionando– es una buena idea, creo que podemos hacerlo funcionar, porque desde el punto de vista de la seguridad será infranqueable, y aleja completamente a los pasajeros del temor de un desperfecto en un avión o una falla de ese tipo.
–Exacto –siguió Adán ante la mirada atónita de los demás– reducimos el número de plantas de seis a tres, quitamos el estacionamiento y creamos una serie de túneles de acceso que conecten con la carretera, con las vías locales y por supuesto con las dependencias del aeropuerto, así tenemos  controlada toda la zona con una intervención visual nula y que además nos evita los conflictos por seguridad.

Uno de los ingenieros estaba visiblemente alarmado.

–Lo que usted propone es extremadamente difícil, ya que estamos hablando de una intervención mucho menos segura y por supuesto más riesgosa en diferentes términos.
–Solo si lo ven en términos tradicionales –comentó Eva tranquilamente– en primer lugar un edificio completamente subterráneo nos evita los peligros latentes de un aeropuerto por razones obvias, y además nos permite la tranquilidad de manejar el flujo de personas con mucha más calma; simplemente trasladamos el costo de construcción y permisos en superficie al concepto creado para reforzar la seguridad subterránea, al fin que siempre quisimos que fuera con plantas bajo tierra.
–Ahorrarnos esas plantas también nos permite extender lo que comentaba antes con respecto a los túneles –expuso Adán a su vez– porque el estacionamiento subterráneo se elimina y con eso completamos las tres plantas en total dedicadas al hotel, y hacemos algo más innovador y amigable con el público, una red de aparcaderos en el trayecto al hotel, que  permiten por un lado disminuir los tiempos de traslado y por otro sectorizar a la gente, así quien vaya al aeropuerto desde la zona rural llegara por una vía en particular, estacionará y volverá por la misma ahorrándose esperas y desplazamientos innecesarios. Sé que puede sonar a que el hotel estará dentro de una red de calles, pero es eso lo que pretendemos, algo nuevo y no simplemente un edificio con una playa cuadrada a su lado.
–Es una buena propuesta, solo deben comenzar a trabajar –sentenció Eva con serenidad– así que las directrices están claras, tres plantas, conexiones centralizadas con cada vía exterior y túneles de máxima tecnología apoyados por estacionamientos de tipo semi modular.

El equipo de trabajo estaba en parte sorprendido, en parte molesto por el atropello a sus conceptos por parte de ambos, pero todos sabían muy bien que Eva tenía atribuciones totales en el proyecto, y que por su parte Adán tenía voz y voto al ser el gerente del proyecto;  había solicitado participar en las reuniones, por lo que nadie opuso más resistencia ni argumentos; más tarde el equipo ya se había marchado y solo quedaban los dos en la oficina.

–Estaban muy sorprendidos con nuestras ideas Adán.
–Es verdad, muchas veces la gente tiende a confiarse en si misma; incluso los creativos como ellos pueden quedarse estancados en conceptos básicos, pero este no es el primer hotel subterráneo del mundo.
–Puede ser que no, pero estoy casi segura de que este en particular si lo es, con todas las características especiales que hemos incluido. A todo esto, tenemos que idear algunos detalles.
–Lo sé –comentó él sentándose– pero de momento el éxito de Boulevard y este proyecto nos tienen copados. Lo que tiene que ver con Hotel va a ser una marca; viste el reporte de la inversión en la galería de Carmen Basaure?
–Sí, solo lamento no haber invertido más, pero es un muy buen capital, aunque voy a venderlo para otro proyecto.

Adán sirvió sodas para ambos; aunque estaban solos en esa oficina, como de costumbre mantenían el tono y la actitud profesional, que a esas alturas era imprescindible en todo caso.

– ¿Que tienes en mente?
–Voy  a trasladar toda esa inversión al hotel.
– ¿Todos los huevos en la misma canasta?
–No, solo trasladaré esa parte, mientras que el resto quedará en acciones como hasta ahora; además tengo acciones en la constructora y desde ahí siempre tendré cuentas en mi favor.
–Por cierto Eva, ¿Qué fue lo que pasó con los Céspedes? Aún no los veo de nuevo.

Eva lo miró fijo; necesitaban hacer el amor y sabía que él estaba pensando lo mismo.

–Se fueron de vacaciones tanto el padre como el hijo; por lo visto no estaban tan preocupados  por la inversión que hizo Bernarda, o están muy confiados en ella.
–Que interesante, entonces hay billetes de más en medio de todo esto, tengo la sensación de que la constructora muy pronto va a cambiar de nombre.

Mientras tanto, Bernarda Solar estaba en su oficina  hablando con Luna.

–Todo está saliendo a pedir de boca, realmente no puedo quejarme.
–El Boulevard ha sido un éxito, no puedo decir nada menos.
–Y en gran parte te lo debo a ti, has sido fundamental, eres un imán para las personas. Pero también te llamé por eso Luna, creo que llegó el momento de poner en marcha el plan del que estuvimos hablando el otro día.

Luna se puso de pie y fue hasta el mini bar para servir un trago liviano para ambas; la idea le parecía sugestiva, pero también era un riesgo, quizás el primero que correría en ese ámbito, porque por primera vez en su vida no estaba completamente segura de tener éxito.

– ¿Tú crees? Pero eso significa que algo cambió en los últimos días.
–Aún no Luna, no me expliqué bien. A lo que me refiero es a que quiero que prepares el camino, que vayas dejando sembradas pistas elegantes y discretas pero entendibles, porque así, si llega a ser necesario, podrás dar el golpe de gracia en cualquier momento sin que resulte notorio.
–Comprendo, es una buena idea. Bernarda, esta vez no quiero estar de paso, quiero hacer cosas mucho más grandes.

Bernarda sonrió; ahora que los tenía a todos bajo su control, sabía muy bien que las cosas estaban a su merced, y el factor Luna era  sumamente beneficioso en esos momentos; sin embargo no veía con buenos ojos adelantarse a los hechos si no era necesario.

–Por ahora tienes más trabajo  que antes, porque por un lado está la publicidad del hotel y por otra lo que te acabo de informar. No quiero adelantarme, porque es más importante que esto resulte, solo así quedará fundado mi proyecto.

Luna le pasó una copa a Bernarda y bebió un poco; estaban llegando al punto que ella esperaba.

–Tienes tantas cosas, además el Boulevard es un éxito, ¿acaso tienes planeado algo aún más grande que el hotel?

Bernarda bebió. Si, era buen momento para amarrar a Luna con esa idea sin decirle claramente si estaría o no en el proyecto.

–Luna, esta información es privada, no la comentes ni siquiera con Eva o con Adán. El Boulevard es la parte familiar, el entretenimiento, la diversión. La constructora es la base, la creación de cualquier estructura, el hotel será una combinación entre necesidad y placer, y en seguida de eso está la parte que me viene faltando, es decir las  necesidades básicas; las cosas que la gente no puede dejar de tener.
– ¿Comida, ropa?
–Algo por el estilo. Lo que tengo en mente es re–fundar el estilo de las tiendas del pasado, es decir con productos de muy bajo precio y en formato viral, haciendo que haya uno en cada sitio adonde puedas mirar; quiero que en cada calle y cada barrio haya  una tienda con artículos de salud, ropa y alimentos con mi marca, a precios sin igual, con los que no pueda competir con un centro comercial, pero llegando a sitios donde estos no pueden, creados para que la gente esté obligada a pasar y comprar porque sea la mejor alternativa.
–Algo así como el negocio del barrio.
–Sí, pero en cadena, y eso me permitirá estar en todas partes y no tener competencia.

Luna había visto un formato similar en un viaje y sabía que se movía muchísimo dinero.

–Pero no puedes evitar la fidelidad de las familias hacia sus negocios de siempre, y que seguirán ahí.
–La fidelidad llega hasta que te tocan el bolsillo querida –explicó Bernarda con calma– cuando ves que el negocio nuevo vende más barato lo tomas como una sorpresa o un insulto, pero después piensas en todo lo que ahorras, y ves que el nuevo tiene productos adicionales; primero pruebas con un producto, y después abandonas el original porque el mío es más conveniente. Y cuando eso pase, hablaré con el dueño de ese local y le ofreceré unirse a mi franquicia.

Y puede hacerlo o morir en la lucha, pensó Luna. Interesante.

–Me parece una excelente idea Bernarda; desde ya sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites.
–Gracias. Pero de todos modos eso aún no voy ni a mencionarlo fuera de estas paredes, porque lo que nos tiene que ocupar es el hotel y cómo vamos a conseguir que su éxito sea mayor que el del Boulevard. Cuento contigo como siempre.
–Por supuesto.

Brindaron por sus proyectos juntas, y Bernarda en particular, secretamente por sus planes alternativos.



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La traición de Adán Capítulo 22: Pequeños triunfos




Pilar estaba en su habitación de hotel: eran las diez de la mañana y recién estaba tomando desayuno, pero era comprensible porque había estado hasta las once treinta en el restaurante Morlacos; la semana había sido sumamente agotadora, prácticamente se trasladó a vivir durante esos días, pero las cosas habían funcionado mucho mejor de lo que se esperaba, de modo que tenía cuentas alegres para una inauguración y ya estaba contando con la primera clientela estable. El restaurante abría sus puertas a las doce del día para tener preparada la hora de almuerzo, y desde ahí no paraban hasta casi  la media noche, por lo que siendo un sector con mucha población de estudiantes ya se estaba corriendo la voz tanto para el almuerzo como para la hora del trago. Si bien era verdad que no había sido un éxito arrasador, las ventas eran constantes y eso era un excelente inicio de trabajo. Estaba cansada, pero satisfecha con su trabajo hasta el momento, además que la gente le estaba respondiendo muy bien y Margarita realmente se había vuelto fundamental en todo eso. Emocionalmente no tenía muy claro cómo se sentía, pero por el momento prefería seguir ocupada con el trabajo  y los nuevos proyectos. Sonó su teléfono celular.

–Pilar, espero que estés despierta.
–Sirviéndome el desayuno en el casino, ¿ocurrió algo amiga?

La voz del otro lado de la conexión se escuchaba emocionada.

–Tengo una solicitud para una reserva de sesenta personas para mañana.
–Estupendo, no hay reservas así que podemos hacernos cargo.
–Es un desayuno.

Se quedó con la taza de café en el aire mientras hablaba; eso sí que estaba fuera de sus planes.

–Margarita, abrimos a las doce.
–Lo sé, por eso te estoy llamando. Podemos decir que no, o podemos arreglarlo.
–Pero para eso tendríamos que llamar a todos y... espera... son sesenta personas, es muy bueno para dejarlo pasar. A ver, dame unos minutos para llamar a los que pueda y te confirmo.

Margarita seguía sonando alegre, pero también con un dejo de urgencia.

–Esperan la respuesta en diez minutos, necesito que te des prisa.

Pilar dejó el desayuno y se arrojó al ascensor mientras sacaba cuentas mentales.

–Amiga, supongo que podrás.
–Por supuesto, de eso no te preocupes. Ahora te dejo, llámame lo más pronto que puedas para coordinar; mira, es una reunión de un equipo de consultoras de belleza, si resulta las podemos amarrar para otras reuniones.
–Excelente, te llamo en cinco minutos.

Cortó y entró a su habitación; de inmediato tomó la agenda y ubicó el número de Manuel, el chef más antiguo y que ejercía un liderazgo sobre los otros. Si lo convencía a él seguro también lo lograría con los demás.

Micaela estaba en el departamento de Esteban para su desayuno de día Sábado. Tocó a la puerta, y casi al instante abrió una chica que no podía tener más de veintitrés o veinticuatro, con el cabello mojado y en tenida deportiva.

–Hola.
–Hola –saludó Micaela tratando de no poner caras– ¿podrías decirle a Esteban que llegué?

La chica la miró como si la conociera.

–Claro. Esteban, tu hermana ya llegó.
–Dile que pase linda, ahora salgo de la ducha.

La joven la dejó entrar.

–Ustedes dos son parecidos, tienen el mismo tipo de ojos.
–Si –respondió automáticamente– es de lo poco que tenemos en común.
–Hola –saludó Esteban desde su habitación– ya estoy. Ahora si –apareció sonriente– las voy a presentar oficialmente. Paula, mi hermana Micaela, hermanita, Paula, mi amiga.

La aludida sonrió coqueta, parecía que el termino de amiga le resultaba divertido. Micaela optó por seguir la corriente.

–Disculpa por interrumpir, pero el bruto éste no me avisó que iba a estar acompañado, pude haber venido para el almuerzo.

Lo miró reprochándolo, pero la mujer no se complicó.

–Ah, pero no te preocupes, Esteban me dijo que tenían la costumbre del desayuno los Sábados, y de todas formas yo me tengo que ir porque en media hora tengo que estar con mi grupo de la universidad haciendo un trabajo. Estudio diseño ¿sabes?
–Que bien, yo trabajo en el rubro de la construcción, y los expertos en ese campo  siempre faltan, así que si eres ingeniosa te van a llamar muchísimo.
–Eso espero.

La joven se despidió de ambos y salió. Cuando quedaron solos Micaela encaró a su amigo.

– ¿Hermana?
– ¿Que esperabas que dijera? No hay mujer en el mundo que no ponga cara rara si un hombre le dice que tiene una amiga.
–Yo no pondría ninguna cara.
–Está bien, ninguna excepto tú. Además no quería arruinarlo con desconfianzas.
–Así que lo mejor es mentirle –comentó ella sentándose– eres divertido, pero lo que no entiendo es por qué no hiciste un simple cambio de planes.

Esteban sirvió refrescos para ambos.

–Porque se te quedó ese arete que está encima, tuve que improvisar; además es lindo y de cualquier manera me deja espacio para divertirme, no puedo estar llorando eternamente por ti.
–No empieces con esas bromas.
–Está bien, está bien. Oye, mientras veo lo del desayuno, te quería contar que para esta tarde tendremos algunas novedades. Mi amigo me dijo que fuéramos a buscar la información, ya sabes que por seguridad es mejor no hablarlo por teléfono.

Ya era hora. Micaela estaba sintiéndose cada vez más irritada al ver como el Boulevard en el que trabajaban su madre y Eva San Román tenía cada vez más éxito; tenía que hacer algo pronto.

–Espero que sea algo bueno para que podamos comenzar a tramar algo, ya me tiene de los nervios la espera.
–Tranquila, solo  tendrás que esperar a esta tarde y tendremos al menos la primera pista. Había pensado en contactar a los trabajadores despedidos de la obra.

Micaela pensó en el obrero comprado por Eva para extraer la información. Ni a Esteban le había dicho, y prefería mantenerlo así, como información solo de último recurso.

–Mejor no, es más seguro mientras menos gente lo sepa. Ahora tomemos desayuno por amor de Dios, muero de hambre.

Pilar y Margarita se reunieron con la mayoría del personal del restaurante poco antes de las doce. La joven ya había hablado con quien debía.

–Gracias por llegar antes. Chicos, la cosa es simple, tenemos el desayuno para mañana temprano, lo pago en mano como horas extra, y si empieza a funcionar, extendemos el horario del Morlacos desde las ocho. Quiero saber si están dispuestos a hacer más horas extra.
–Lo estuvimos conversando –repuso el líder del grupo– si es por un día a la semana puede ser que hagamos horas extra, pero si va a abrir más temprano ahí va a tener que contratar más gente.

Pilar ya lo había considerado.

–Lo sé, pero al principio no me quiero arriesgar tanto, llevamos muy poco tiempo funcionando. De partida este grupo del desayuno es dos veces al mes, y sería solo eso, pero como es constante necesito saber si puedo contar con ustedes.

Todos parecieron de acuerdo.

–Genial, entonces nos veremos mañana a las siete treinta y como les dije, el trabajo extra lo pago en el momento y si alguien sabe rezar, que lo haga para que este grupo se quede aquí y nos vaya mejor. Gracias por venir un poco antes, ahora esperemos que todo salga bien.

Llegó la tarde y Micaela y Esteban se reunieron con F, el amigo que no dió ningún otro detalle suyo.

–Me diste un trabajo interesante Esteban.
– ¿Por qué, descubriste algo?
–No.

Micaela sintió que sus esperanzas se diluían.

– ¿Pero entonces qué tiene de interesante?
–Eso amiga, que esto no es natural, alguien metió las manos para que el historial de Eva San Román sea limpio y transparente, y si te digo que metieron las manos es que lo hicieron hondo; pero no lo suficiente, hay una fisura, y es que he podido rastrear su existencia solo hasta los quince años porque fue ahí cuando se supone que llegó al país.

Esteban frunció el ceño.

– ¿Se supone?
–Es nacional, ella nació aquí según sus registros, pero no sé dónde, ni cuando se fue o hacia donde, tampoco sé cuándo volvió, lo saqué por conclusión al descubrir sus registros, lo que significa que no solo hay algo raro en ella, sino que también en lo que la rodea.
–Es un fantasma.
–Exacto –replicó poéticamente– es un fantasma de sí misma, Eva San Román no es nadie y a la vez es alguien, es algo parecido a una representación teatral de sí misma, donde puedes ver como sólida la estructura, pero tras el parlamento no hay nada más que hojas escritas, ni pasado, ni hechos, solamente lo que puedes ver.

Micaela se quedó pensando en la explicación que les había dado F. Que Eva fuera una farsa era algo que se esperaba, pero no de manera tan literal, porque al ser así, tomaba un cariz completamente distinto; eso podría explicar esa confianza, esa actitud implacable, ese trato superior, porque si no tienes nada que esconder, simplemente no hay temores. Por eso los sacó del proyecto, porque en su vida todo estaba preparado y dispuesto y ellos no solo eran prescindibles, sino que además no eran parte de sus planes.

– ¿Qué piensas?
–F, hazme un favor, ten muchísimo ciudado, no dejes que te descubran mientras estés investigando, es primordial que llegues a la verdad sin que te atrapen.
–Soy indetectable.
–Entonces hazlo aún mejor, creo que esta mujer puede ser un peligro y no quiero que te arriesgues; por favor redobla tus medidas.

F se lo pensó un momento y  al final habló.

–Sí, tienes razón, la verdad es que de primera me había parecido que esto era divertido como desafío, pero también tiene otra cara, es mejor que no nos arriesguemos; pero les prometo algo: voy a descubrir quién es esta mujer, parece que no va a ser fácil, pero lo voy a hacer.
–Gracias F –intervino Esteban– yo confío en ti, estaremos esperando los resultados.

El otro los despidió, y los amigos salieron rápido del edificio en donde vivía; Esteban se mostraba un poco decepcionado.

–Y al final todavía no tenemos nada.
–Al contrario, tenemos mucho.
– ¿A qué te refieres?
–Mira –replicó ella decidida– saber que esta mujer es falsa ya es un triunfo, porque  quiere decir que no estaba equivocada en desconfiar de ella; es el tipo de colaborador especial para mi madre.
–Pero ella llegó antes que tu madre.
–Por lo que sabemos, podría ser algo diferente, pero aunque fuera así, Bernarda tiene un rastreador de personas así, de hecho ya tiene consigo a Luna, esa morena que apareció en todas partes haciendo publicidad del Boulevard. Se conocieron hace tiempo, y esa Luna le debe algún tipo de favor a Bernarda porque la idolatra, y  aparece cuando la llama, de hecho la última vez que supe de ella fue hace como dos temporadas, en Londres. Bernarda estaba perdiendo una  negociación y Luna apareció a seducir a los ejecutivos. Al final ganaron.

Esteban ya no se sorprendía de escuchar a su amiga hablar así de su madre, pero si le llamó la atención otra cosa.

–Sí, creo que tienes razón, pero ahora que lo dices, acabo de notar algo raro.
– ¿Qué es?
–Vi en las noticias las imágenes de la inauguración de algo de Boulevard, y ahí estaba Adán Valdovinos, ¿lo recuerdas?
–Para nada.
–El modelo de revistas que estaba encargándose de todo en la inauguración de la galería de arte de Carmen Basaure cuando ocurrió el disparo.
– ¿Estás seguro?
–Claro, un hombre así de atractivo no pasa por alto ni para los otros hombres, eso te lo aseguro. Si estaba ahí quiere decir que está trabajando para la competencia, ¿o no?

En ese momento a la joven le pareció que su amigo estaba dando con el punto. No hablaban de cualquier competencia, hablaban de que un colaborador de Carmen Basaure se iba a trabajar con Bernarda Solar, quien había tramado la forma de quedarse con una colección de la pintora tiempo atrás; ¿lo sabría Carmen mientras estaba de viaje, o se toparía con la sorpresa a su regreso?

No era un secreto que las dos eran algo así como rivales, una exponiendo sus obras magnificas, la otra haciendo negocios impresionantes con otras obras, y siempre parecía que el mundo no era lo suficientemente grande para las dos. Era una información importante. ¿Estaba ese hombre traicionando  a una mujer por otra, o estaba en medio de un juego más importante? Tenía que investigar.



Próximo episodio: Vida perfecta



La traición de Adán Capítulo 21: Siete días




Eva y Bernarda estaban en un bar en el que se reunían habitualmente durante la tarde cuando tenían algún asunto que tratar, y que contaba como punto de encuentro porque el sitio le pertenecía; en eso llego Adán, en una tenida semiformal en colores celestes que lo hacían lucir como un modelo publicitario. Bernarda ahogó un suspiro al verlo entrar al bar.

–Dime si no es un placer ver a ese hombre.
–Es cierto –coincidió Eva acostumbrada ya a ese tipo de comentarios de parte de la otra– es guapo.
–Guapo es demasiado poco para él; hola Adán, nuestra invitada está por llegar, supongo que se retrasó arreglándose.

Adán saludó a ambas y leyó fácilmente el mensaje visual que le transmitía Eva: debía estar muy atento.

–Puedo esperar –sonrió ocupando un lugar– además tenemos muy poco tiempo para afinar todos los detalles.

En ese momento entró Luna, y Adán supo de inmediato que ella era la mujer que le iban a presentar; se trataba de una chica realmente atractiva, de figura espléndida, voluptuosa y de movimientos sinuosos, como si estuviera danzando sugestivamente. Tenía hermosos y a la vez poco usuales rasgos, una mirada misteriosa, penetrante y al mismo tiempo joven y fresca, era la representación física de una amazona de las leyendas, la mezcla perfecta entre la frescura de la juventud y la fuerza de una fiera. Para ser una gerente de relaciones públicas era demasiado atractiva, pero para haber sido contratada por Bernarda y para ese tipo de labores parecía perfecta.

–Buenas tardes.
–Gracias por venir.  Te presento a Luna Arriaga, ella es la nueva gerente de relaciones públicas de Boulevard. Luna, él es Adán Valdovinos.
–Un placer –saludó la joven con los ojos brillantes y sonriendo– espero que trabajemos muy bien juntos, por lo pronto con Eva ya estoy interiorizándome de algunos aspectos, pero por lo que Bernarda me dijo, trabajaré directamente para ti.

Adán la invitó a sentarse como si fuera el anfitrión.

–Para mí también es un placer. Desde ahora te digo que puedes confiar en mi para lo que necesites, para mi es sumamente importante que este proyecto vaya sobre ruedas.

Bernarda sonrió al ver a su triunvirato.

–Es cierto muchachos, pero lo que tiene que ver con Boulevard ya está demasiado adelantado; gracias a la gestión impecable de Eva, estamos a muy poco de inaugurar, y tan pronto esté listo, tú Adán te harás cargo del manejo del proyecto y Luna, tú te ocuparás de lo tuyo, que por cierto incluye una gran campaña de publicidad. Además cuando comience, la idea central es que haya una nueva sorpresa cada día. Pero de eso se ocuparán principalmente ustedes, lo que ahora mismo me es mucho más importante es que hay un nuevo proyecto, del que ya te hablé Eva.
–Es  verdad.
–Se trata de un hotel de lujo junto al aeropuerto, estrenando en él un diseño totalmente innovador, y pretendo que ustedes tres se hagan cargo de absolutamente todo, Eva en la planificación de la obra, y Adán junto a Luna en la publicidad y el manejo; quiero que Boulevard sea la publicidad para el hotel.

Eva se asombró internamente, aunque no lo demostró; entonces esa era su forma de trabajar, tomaría cada cosa como un escalón hacia sus objetivos, que peligroso pero a la vez conveniente estar junto a ella. Aunque también significaba proyectar sus planes mucho más allá del futuro inmediato, para conseguir estar un paso adelante de Bernarda.

–Me dijiste que podía conservar a la parte importante del equipo en Hotel; para empezar contar con ellos es genial, y como te decía antes, mantener a  mi equipo cercano y a mi arquitecto e ingeniero es fundamental, sobre todo si quieres que me haga cargo de cada detalle.
–Planéalo como mejor sea Eva, sorpréndeme, has algo que ni a mí se me ocurriría y triunfaremos; como el tiempo apremia, la publicidad de Boulevard ya la definí y solo tendrás que integrarte Luna, pero para el hotel todo dependerá de ti, lo mismo digo Adán.

Adán estaba sacando cuentas; Boulevard era una buena plataforma, el hotel sería el piso de sus siguientes proyectos y todo se estaba dando a pedir de boca, con la única diferencia que aquí tenía que cuidarse de quienes lo rodeaban, ahora más que nunca.

–Aunque solo ahora lo sé, ya me estoy haciendo algunas ideas; tendremos que organizar el tiempo con cronómetro, porque preveo reuniones maratónicas afinando cada detalle.
–Así que se trata de eso –comentó Luna divertida– vas a hacernos una prueba de fuego con Boulevard, y lo fuerte vendrá después; pero si quieres una buena iniciativa, te advierto que estoy comenzando a idear un proyecto publicitario que va a dejar como unos infantes a todos los comerciales y carteles que has visto en este país.

Bernarda estaba disfrutando de las personas a las que había citado; cada uno de ellos era único en su tipo, y eso era exactamente lo que necesitaba con ella, personas fuera de lo común dispuestas a hacer cosas fuera de lo común: Adán era hermoso, inteligente, un imán para la gente tanto  como para el éxito, Eva era magnética, brillante, una joya de la planificación y Luna...Luna era su arma favorita, la segunda arma más importante con la que podía contar.

–Me fascina ver a personas jóvenes como ustedes estudiando un nuevo trabajo tan solo con la mente, además que son perfectos para lo que se proponen y funcionan de una manera muy parecida a mí; ahora quiero contarles lo que tiene que ver con la publicidad de Boulevard, porque quise innovar un poco y por primera vez en este país, no habrá comerciales, ni afiches de publicidad. Tengo organizadas visitas a diferentes sitios donde tú Luna, en persona y como gerente de relaciones públicas, regalarás sesiones completas de relajación en el Spa, con la única condición de enviar la invitación a unirse al sitio de la nueva Galería Cielo. Hay sitios confirmados en discotecas, bibliotecas, centros de estudios, instituciones financieras y cines, y para apoyar  todo esto contacté a una serie de rostros de la farándula para que les muestren a nuestros invitados los beneficios de lo que tendrán. Estarás en terreno con algún bailarín o una modelo y una sesión móvil de masajes y terapias, y mientras el público se admira con eso, tú ofrecerás invitaciones gratis, y lo único que el elegido tendrá que hacer es enviar la invitación de la galería y llamar a su amigo para que visite  el sitio en ese instante.

Adán ya tenía considerada la variable, por lo que no le fue difícil deducir que tenía amarrado un millonario contrato de publicidad por emplazamiento en la web, con lo que se aseguraba ingresos solo por cada visita, además de lo que tendría en su favor con las visitas pagadas o con descuento, sin contar el ahorro de millones al no hacer comerciales de ningún tipo.

–Es brillante, me encanta  –comentó Luna sonriendo ampliamente– es una estrategia que es muy poco común porque es arriesgada, pero tiene todos los ingredientes para ser un éxito, y por supuesto me tiene a mí, así que no te preocupes porque sé exactamente cómo tratar al público. ¿Cuando empezamos?
–Mañana a primera hora en mi oficina, voy a necesitar Eva, que me confirmes si estamos en condiciones de inaugurar la nueva Cielo este Sábado.
–Totalmente Bernarda, de hecho mis ojos están en terminar con lo demás para poder inaugurar una sorpresa cada vez como dijiste, solo me preocupa un poco la sala de teatro, pero si la desplazamos al tercer o cuarto lugar no habrá problemas.
–Con eso tengo, me importa únicamente que el spa este en segundo lugar, lo demás lo organizamos según el momento. Ahora que ya tenemos lista la  previa de Boulevard,  quiero darles un plazo: a partir del sábado, el resto de esa obra va a ser estrenado en siete días, inmediatamente después de eso quiero en mi escritorio la primera visualización del proyecto del hotel.

Adán sonrió.

–La tendrás Bernarda, y prometo que te vas a sorprender.
–Eso es exactamente lo que quiero. Ahora tengo que irme. Luna, acompáñame al taxi, necesito que me digas donde conseguiste los anillos que traes.

Ambas se pusieron de pie, Bernarda se despidió de los otros, y se alejaron conversando animadamente. Eva y Adán siguieron conversando con total naturalidad, sin demostrar que había algo más que los unía, aunque en sus voces se notaba la diferencia, el mensaje secreto.

–Ten ciudado con esa mujer.
–Ya había pensado que podía ser espía de Bernarda, solo hay que tener más ciudado si es posible.

Eva bebió un poco de agua.

–Quiere acostarse contigo.
–Pero yo no quiero acostarme con ella –sentenció Adán sin alterarse– jamás querría, y lo sabes.
–Ese  no es el punto, Bernarda y Luna son amigas porque son del mismo tipo de persona, están acostumbradas a conseguir lo que quieren, y no se detienen ante nada para lograrlo.

Adán estaba tan tranquilo como de costumbre; no estaban discutiendo ni algo parecido, simplemente estaban hablando de lo que era importante en esos momentos.

– ¿Se diferencian en algo de nosotros?
–Sí, ellas son personas solitarias.
–Y nosotros nos tenemos el uno al otro. Eso no va a cambiar, no hay nada que pueda alejar mi mente de ti.
–Eso no cambia lo que he dicho; Luna es una persona tanto o más peligrosa que Bernarda, y no nos libraremos de ella con facilidad.
–Lo sé. Sin embargo ninguna de ellas, ni ambas unidas pueden contra nosotros, tenemos en nuestras manos el inicio de todo.
–No cometeremos errores.
–Jamás. Es  necesario pasar sobre el Boulevard y más allá del hotel, solo así tendremos el control; aún no tengo claras las ideas, pero estoy en eso.
–Igual yo. Tengo algunas ideas, pero es mejor mantener todo como está por ahora.

Luna volvió y se integró a la conversación.

Pilar y Margarita se abrazaron eufóricas.

– ¡Ya está amiga, inauguramos el Viernes!
–Es increíble, estoy tan emocionada Margarita. Y tenemos reservas, ahora solo falta que la máquina funcione bien.

Estaban en la pequeña oficina al fondo de la edificación.

–Es el momento, la gente que contratamos está afuera esperándote: garzones, chefs, ayudantes, guardias, todos están ahí, así que tienes que darles la bienvenida y todo eso.
–Que nervios, no se me da mucho lo de hablar así en público, pero lo haré.

Respiró profundo y salió al salón, donde todo estaba listo menos el mobiliario; se dirigió a todos con una voz segura pero suave, que logró captar la atención de todos al instante.

–Buenas tardes. Mi nombre es Pilar, soy la dueña del restaurante y su jefa, les agradezco que  estén aquí. Para ustedes esto puede ser un trabajo más, pero para mí es un proyecto muy importante y estoy esforzándome al máximo en que funcione bien, así que les quiero pedir que pongan también todo su esfuerzo aquí; no soy del tipo de persona que tiene esclavos, sé que ustedes son seres humanos y por eso es que quiero que confíen en mí, que sepan que también estoy trabajando y que me importa que estén bien, porque si trabajan bien todos vamos a salir ganando. Mientras tanto esto es una apuesta, pero quiero que me ayuden a que se vuelva estable y confío en cada uno, por eso los elegí para trabajar aquí. También quiero que sepan que Margarita es mi asistente, si en algún momento no estoy pueden hablar con ella por cualquier cosa, así que háganse parte de todo esto, díganme qué funciona mal, qué funciona bien, y si tienen alguna idea o lo que nos pueda ayudar a mejorar, no se detengan, puedo escucharlos a todos. Gracias.

Se produjo en breve silencio, y un experimentado chef alzó la voz.

–Señorita.
–Dígame Manuel.
–Mire, yo he  trabajado mucho tiempo en éste rubro, ya no estoy para durar un mes en un trabajo, así que  si es por algún consejo o lo que sea, si es para que nos vaya bien, cuente conmigo, yo la voy a apoyar.
–Gracias Manuel, cuento con usted, y también con todos, no puedo hacer esto sola, así que les pido que trabajemos juntos y así creo que a todos nos irá mejor.

Algunos en el grupo lucían indiferentes, pero afortunadamente la mayoría se mostraban interesados, y ese era un excelente capital, contar con personas que estuvieran dispuestas a aportar; estaba convencida de que en esa empresa  solo tendrían éxito funcionando como un gran mecanismo. El Viernes estaba extremadamente cerca, de modo que ya sentía la emoción de la inauguración y eso se sentía muy bien.

Finalmente la campaña publicitaria de la inauguración de la nueva Galería Cielo y el adelanto del spa y centro de relajación fue un éxito rotundo, y permitió que Luna mostrara todas sus dotes como imán para la gente, cualidad en la que Bernarda no se había quedado corta en elogios; sus apariciones junto a figuras del ambiente del espectáculo en lugares estratégicos fueron llamativas en primer lugar, y al principio llegaron uno o dos medios de comunicación obviamente contratados, pero después ya no fue necesario hacer más. El enganche de los cuerpos tonificados de los modelos guiaba la vista hacia la hermosura de Luna, quien se las arregló para parecer al mismo tiempo una ejecutiva y una mujer cercana a cada persona; dirigía cada acto sin que se notara, y hacía que el público entrara en su dinámica, reaccionando eufórica cada vez que alguien conseguía un premio. Para la tercera o  cuarta presentación pública su existencia ya era conocida, y el público comenzó a esperarla en los sitios donde se rumoraba que estaría con nuevos premios. El día Sábado la galería Cielo ubicada  en el Boulevard se inauguró sin ceremonias, pero con una insólita asistencia de público y de medios de prensa, convirtiéndose en la noticia del día en las páginas sociales por la concurrencia de famosos y personas renombradas, en economía y negocios por la original propuesta publicitaria y en espectáculos por conseguir darle un segundo impulso a una muestra que ya había sido estrenada más de siete meses atrás. El domingo fue el turno del spa, al que se le registró todas las locaciones ocupadas gracias a la publicidad que había hecho Luna, sin contar que había también muchas reservas específicas por los regalos y el interés por acceder al servicio que se mostraba como accesible, conveniente y de excelente calidad. El Lunes fué el turno del Centro de terapias alternativas, el Martes siguió el cine y la sala de teatro, el Miércoles abrieron sus puertas tiendas exclusivas de ropa, joyas y exquisiteces, el Jueves fué el turno de las tiendas familiares de nombres desconocidos en el país, importados solo para el Boulevard y con productos y ofertas insólitas, el Viernes se puso en funcionamiento la cafetería, el bar, el restaurante familiar y la gelatería, para finalizar en la noche de esa misma jornada con la biblioteca internacional y un espectáculo de artistas circenses como celebración; gracias a la ingeniosa campaña y a la omnipresencia de Luna, que parecía no cansarse jamás de atraer al público, cada nuevo evento solo agrandaba el interés por los servicios del Boulevard, incrementando por supuesto los ingresos y la fama del nuevo juguete de Bernarda Solar. Tras el espectáculo el Viernes, la empresaria se reunió con Eva, Adán y Luna en el bar del Boulevard en un sector exclusivo.

– ¡Ésta ha sido una semana dura, pero ya tenemos todo inaugurado y es un éxito! Los felicito a los tres, aunque en éstos días tengo que decir que el mayor crédito se lo lleva Luna.

La morena sonrió satisfecha.

–No es para tanto, solo estoy haciendo mi trabajo, y estoy muy contenta de hacerlo.
–Eso puedo verlo; ahora quiero saber si cumplieron con lo que les pedí.

Eva sacó de su bolso una pequeña carpeta y se la entregó.

–Estaba lista ayer temprano pero no tuve oportunidad de entregártelo; esa es la primera idea por supuesto, pero también es la base para que funcione a la perfección.

Bernarda paseó la vista por los primeros bocetos y planificaciones, y tal como lo había supuesto, la idea inicial era mucho más sorprendente de lo que se esperaba.

–Me gusta, es un verdadero monstruo. De verdad que es un monstruo muchachos, así que tenemos otra razón para celebrar esta noche. La próxima semana y mientras este lugar  sigue rebosando de gente, comenzamos a construir el Hotel que le va a cambiar la vida a los pasajeros del Aeropuerto.



Próximo episodio: Pequeños triunfos