La otra matrix: Capítulo 15: La última batalla de Soulbreaker


Nota del autor: En este episodio los hechos ocurren de manera casi simultánea en puntos distintos, teniendo como punto en común la hora en que Unicron decide volver a ponerse en movimiento. De esta manera, los acontecimientos relatados tendrán como eje aquel suceso.


1
Cybertron. Perímetro exterior de sector autobot en las cercanías de Kalis. Nueve horas antes del ataque de Unicron.

El descenso de Soulbreaker de regreso en el planeta había sido limpio y silencioso; tal como lo anticipara Aldren, a cierta distancia de la órbita del gigante de metal pudo vislumbrar un cometa que se desplazaba en sus últimos momentos, y ajustando el vuelo a su velocidad, pudo pasar entre las filas de defensa sin mayores complicaciones. Luego, llegar a la superficie fue una experiencia extraña, pero se sorprendió al notar que no sentía añoranza: lo que sí extrañaba era La corte de los despreciados.
Desde la jornada anterior, poco antes de que le dijera a Aldren de su partida, una nueva claridad había surgido en su mente; no sólo supo lo que iba a hacer para detener a Runflight, sino que también supo que, llegado el momento, sabría en dónde se encontraría la copia de la matrix de liderazgo.
Y no se equivocó.
Una vez que pisó la superficie del planeta, algo en su interior, una fuerza inexplicable pero mucho más clara que cualquier localizador le dijo que la matrix estaba en las cercanías de Kalis; si estaba ahí, entonces alguna de las bases operativas de los autobots estaría justo en ese sitio, por lo que no sólo estaría plagado de guardias, sino que Rodimus estaría muy cerca. Lo que, desde un punto de vista práctico sería apropiado, pues el artefacto revestía una importancia enorme, por otro era un aumento exponencial del peligro, ya que lo ponía a él y a la copia de la matrix en el mismo punto de mira para el mercenario. También estaba el factor Sentinel Tau, de quien nadie sabía cuál había sido su destino, qué lamentable que un guerrero como él, que debió regresar de la muerte para mejores cosas, cayera en una trampa tan engañosa como las argucias de Runflight, y a la vez qué desgracia que él mismo no fuera sujeto de crédito como para poder confrontarlo. Decidió escabullirse por los ductos, y avanzar a partir de ahí; por suerte su descenso fue en un punto intermedio entre Iacon y Kalis, de modo que esperaba no tardar demasiado y, en cualquier caso, llegar a destino antes que el falso Tau.

2
Autopista Titanium. Ocho horas antes del ataque de Unicron.

Sentinel Tau se desplazaba a baja velocidad por uno de los carriles laterales de la autopista: resultaba increíble estar ahí, a tan sólo unos pasos de cualquiera de los autobots, y que estos reaccionaran con amabilidad y admiración hacia él. Ya había descubierto, mediante simples conversaciones, que el trabajo diplomático de Rodimus prime era el responsable de que hubiese estado desplazándose de un sitio a otro, pero gracias a la reunión programada para dentro de unas horas con el líder de los centinelas, se quedaría un tiempo en Kalis para algunas reuniones más, además de aquella que tuviera lugar con él.
Por desgracia no había podido averiguar nada con respecto a la copia de la matrix sin llamar la atención, y en sus extensas conversaciones con Tau, había logrado saber sólo algunas cosas: que la copia de la matrix se encontraba aún en estudio, en un lugar resguardado en Cybertron, y que sólo algunos de los más cercanos al líder autobot sabían de manera exacta en dónde se encontraba. Tau no era uno de ellos. Sin embargo, pudo deducir que la copia tenía que estar, por fuerza, muy cerca del líder, ya que al ser un objeto dueño de un poder tan enorme, no era confiable dejarlo lejos, en caso de que sucediera algo inesperado. Y la base autobot a la que iba a dirigirse Rodimus estaba en el perímetro de Kalis, por lo que obviamente la copia debía encontrarse ahí.

—Sentinel Tau, saludos.
—Saludos

El autobot que pasó a su lado reaccionó con la misma ignorancia que todos; resultaba muy estimulante ver la ignorancia de ellos, la forma en que pasaba frente a sus ópticos sin que lo notaran, pero a decir verdad, esa ceguera no sólo era con respecto a él, sino también con el objeto al que perseguía en esos instantes. Si bien era comprensible que quisieran estudiarla, mantener ese objeto sin usar, aunque fuese como arma contra los enemigos, resultaba de una inocencia proverbial. Y eso era uno de los principales puntos a su favor.

3
Cybertron. Base temporal del mando autobot. Cercanías de Kalis. Hora del ataque de Unicron.

—Ultramagnus, las cosas van mejorando.
—Es una alegría para todos, y se debe al trabajo que has realizado.

Rodimus y Ultramagnus estaban en una de las salas de reuniones, a la espera de la llegada de un grupo con el que iban a entrevistarse; por suerte, tras las intensas jornadas pasadas y el desplazamiento entre diferentes zonas y asteroides, Rodimus prime había conseguido establecer tratos cordiales con casi todos los grupos de autobots, y la amenaza de una revuelta social se estaba alejando. En esos momentos tenían que hablar con un grupo de técnicos que aseguraban disponer de métodos para poder analizar de manera efectiva y segura cualquier tipo de reactor de energía, y el líder sabía que esto les era sumamente importante ya que la copia de la matrix de liderazgo seguía resguardada en un sitio seguro en Cybertron, pero los análisis realizados en ella dieron resultados insatisfactorios o poco claros. Si bien sabían que la energía era de la misma frecuencia que la matrix que él llevaba en el pecho, la ausencia total de información relativa a ella y la cuestionable forma en que apareciera dejaban demasiadas dudas sin responder. De manera intempestiva, un on sin anunciarse.

—Señor, disculpe señor, acabamos de recibir una alerta.
—Dime de qué se trata Redide.
—Es Unicron señor.

Unos momentos después, ambos estaban en el puente de mando provisional, desde el que se dirigían algunas acciones de ser necesario; el reporte en la pantalla del radar era inequívoco: el gigante comeplanetas había vuelto a moverse después de meses de una expectante calma y quietud.

—Activen alerta ámbar, notifiquen que esto no es un simulacro, se trata de un peligro real.
—Los primeros datos indican que podría estar avanzando hacia aquí.
—Siempre fue su objetivo, no es de extrañar. Ultramagnus, te pido que te hagas cargo de las tropas y organizar los puntos de evacuación y defensa.
—Desde luego Rodimus.
—También es necesario activar la defensa de La muralla autobot. ¿Dónde está Sentinel Tau?

4
Espacio exterior. Diecinueve horas antes del ataque de Unicron.

—Entiendo lo que dijiste antes sobre apoyar a Soulbreaker en la decisión que tomó. Me costó pero lo entendí y lo acepté, pero no puedo creer que no vayamos a hacer nada.
—La corte no puede intervenir.

Heavythread estaba alarmándose de nuevo.

— ¡Por favor Aldren! Tenemos que hacer algo; además, cada minuto que pasa cuenta, le dimos a Soulbreaker el mejor propulsor que tenemos, mientras hablamos está viajando solo hacia Cybertron.

Aldren replicó con voz calmada.

—La corte no puede intervenir en eso; en primer lugar el asteroide es demasiado grande como para pasar inadvertido en las cercanías de este planeta, además, es cierto lo que él dijo con respecto a que las piezas están empezando a moverse en este tablero. Si la corte llegara a intervenir en lo que va a pasar, sucederían muchas muertes, tanto de cibertronianos como de nosotros.
—Pero…
—Haremos por Soulbreaker lo que podemos hacer por él: darle tiempo.

Hevythread no supo cómo interpretar esas palabras durante unos momentos. Aldren activó uno de los comunicadores hacia el puente de la nave.

—Atento, la nave debe estar por llegar.

5
Cercanías de Kalis. Una hora antes del ataque de Unicron.

El cerco de seguridad era muy estrecho, y Soulbreaker se vio obligado a desplazarse por los ductos de ventilación en techos y subsuelos para no llamar la atención de nadie. Estaba en la senda correcta, a muy poca distancia de la copia de la matrix, y de seguro, también muy cerca de Rodimus y Sentinel Tau. En un principio le preocupó que la posibilidad de haber llegado tarde se hubiera hecho una realidad, pero al escuchar una conversación entre dos autobots, pudo sentirse algo más tranquilo.

»Rodimus ha avisado su llegada dentro de menos de una hora.»
» ¿Dio alguna instrucción en particular?»
»No, sólo que hay que conducir al grupo de visitantes encabezados por Leister de inmediato a la sala de mando establecida, y luego a Sentinel Tau.»
»Está bien, notificaré que vienen en camino para que todo esté preparado.»

Runflight había tenido el descaro de concertar una cita con Rodimus, para poder disponer de la posibilidad a sus anchas de exterminarlo para siempre y quedarse con la matrix original y su copia. Entonces, sólo tenía que encontrar la ruta por la que el falso centinela iba a llegar a su cita, e intervenir.

6
Espacio exterior. Cinco horas antes del ataque de Unicron.

La nave en la que estaban viajando era un monomotor de alas afiladas, cabina extendida al frente y alerones diseñados para la velocidad. A bordo del veloz vehículo iba Chainrack pilotando, Underslow, Aldren y Heavythread como pasajeros.

— ¿De dónde sacaron esta nave?
—La robamos, obviamente —dijo Chainrack sin alterarse—, pero no me culpes, fue La dama azul quien nos envió.

Es decir que ella estaba llevando a cabo esos planes desde antes que Soulbreaker les dijera lo que pretendía hacer. Underslow había estado muy recluido desde la muerte de su hermano, de ahí que a él no le resultara llamativo no haberlo visto las dos jornadas anteriores.

—Espera un momento ¿cómo…?
—No, no lo sabía con exactitud —replicó ella como leyendo su mente—. La verdad es que puse en práctica varias opciones, por eso es que cambié de nuevo el curso de La corte.
—A mí sólo me interesa que nos demos prisa, y que podamos destruir algo.

La personalidad de Underslow estaba cambiando, o pasaba por un estado de shock muy fuerte tras la muerte de su hermano. La rabia en sus palabras interrumpió la conversación de los otros y centró en él la atención.

—Underslow, no vamos a una guerra.
—El plan es crear una llamada de atención, un foco de distracción para que Soulbreaker pueda hacer lo suyo —corrigió enérgicamente—. La mejor forma de hacerlo es provocar problemas a gran escala.

Heavythread miró a Aldren, pero ella no se veía preocupada por la actitud del otro.

—Podrás destruir algo grande y sacar la rabia que te está corriendo por los circuitos, te lo aseguro —explicó con calma—, sólo debes recordar que nadie debe resultar herido, al menos no por nuestra causa.
—Lo sé.





7

Instalaciones en Kalis. Dos horas antes del ataque de Unicron.

Runflight había aprovechado su llegada anticipada para pasear con toda tranquilidad por los alrededores, y no le costó obtener algunas impresiones acerca del sitio en el que se encontraba; los guardias apostados a las afueras de la sencilla pero protegida edificación al sur evidenciaban que se trataba del lugar al que se dirigiría en poco tiempo para la reunión con Rodimus, pero también tenía una segunda entrada, vigilada por supuesto, en el extremo opuesto: tras unos minutos de observación, vio a un grupo reducido de autobots entrando con contenedores en su poder y con eso tuvo la confirmación de que se trataba del laboratorio en donde se realizaban los estudios de la copia de la matrix.

—Qué gran error amigos —murmuró para sí—, que hayan dejado algunas copuertas sin asegurar aquí en el suelo.

Se escabulló por un pasillo y luego abrió una compuerta en el suelo; por suerte los ductos de esa zona eran como callejuelas, a través de las cuales podría deambular sin complicaciones. ¡Y no tenían cámaras de vigilancia! Pensándolo bien, los decepticons tampoco tenían cámaras de resguardo en las zonas que les pertenecían, lo que significaba que existía una estupidez común a la raza. Siguiendo el mapa mental que había elaborado de las cercanías, tan sólo le tomaría algunos minutos llegar hasta la zona bajo el laboratorio, y después el trabajo estaría en sus manos.

8
Cercanías de Kalis. Dos horas antes del ataque de Unicron.

Soulbreaker había considerado distintos puntos de evaluación del terreno una vez que pudo entrar en la edificación que albergaba la sala de reuniones donde Rodimus se encontraría con el falso Tau, pero cuando ya pensaba haber tomado la decisión correcta, por su mente pasó una nueva e inquietante idea: Runflight, más aún con su nueva apariencia, era muy grande para poder pasar por los ductos del techo sin llamar la atención, sin embargo, al tratarse de una construcción de diseño antiguo, las calles inferiores construidas para que los técnicos trabajen, eran lo suficientemente espaciosas como para que alguien de su tamaño pudiese pasar.

—Rayos.

No había pensado en esa posibilidad, y considerando el poco tiempo del que disponía, estaba obligado a actuar con rapidez, no quedaría tiempo para segundas oportunidades. Espiando a través de hendijas en los techos, pudo establecer un mapa mental de la edificación e incluso vislumbró, de un lado del edificio, la sala de reuniones, y al extremo opuesto, una zona nueva a la que no pudo acceder; por más que intentó encontrar nuevas rutas subiendo y bajando por las escalerillas y dando giros a los recovecos, no encontró compuertas que traspasar, lo que significaba que la matrix estaba efectivamente ahí, pero protegida por una nueva muralla que bloqueara la percepción de cualquier tipo de radar. Pero él sí que la sentía.

—Está cerca.

De pronto tuvo la certeza que Rubnflight estaba también en las inmediaciones, ostentando su máscara y teniendo la posibilidad de ir de un lado al otro sin preocuparse de la vigilancia. Pero eso no aseguraba que pudiera acceder a la copia de la matrix.

—Canal auxiliar 36-R, bajo.

Comprobó un canal a través del cual descender a las calles inferiores, mientras pensaba en la situación que estaba pasando. Si confiaba en la cautela de los autobots, que hasta ese momento habían dejado la copia de la matrix bajo resguardo y sin acceder a ella más que para hacer estudios, eso quería decir que Sentinel Tau no podría llegar hasta la puerta del laboratorio y pedir permiso para entrar, y si en sus planes estaba apropiarse de la copia y utilizarla, no podía asesinar a nadie, al menos no todavía. No, Runflight estaba utilizando su máscara para llegar lo más lejos posible sin tener que luchar, para aumentar lo máximo posible las posibilidades y disminuir los riesgos.  Después de unos momentos llegó hasta las espaciosas calles inferiores de Kalis, ubicadas justo debajo del suelo por el que pasaban las calles y entradas de edificaciones, y bastante por encima de otros ductos dedicados a tareas más pesadas. Entonces vio una compuerta que conducía a los subsuelos inmediatamente inferiores, y contando la escasa distancia que lo separaba del laboratorio amurallado, supo que ese sería el punto preciso para detener al mercenario.

9
Tarn. Laboratorio de Shockwave. Tres horas antes del ataque de Unicron.

Shockwave había estado analizando todas las posibilidades que existían con respecto a la importante información que Arciagan y Spektre le entregaran con anterioridad. La conclusión a la que llegó en ese momento fue, de manera inequívoca, la misma a la que había llegado en primer momento. Accionó un comunicador independiente a los que tenía en su laboratorio.

—Ya pueden partir.
—Entendido.

El trabajo para reunir el material necesario no había sido complejo pero había requerido mucho cuidado y dedicación, ya que era primordial que la información no saliera de entre él y los dos encargados de cumplirla. Los drones que los acompañaron en la salida eran de sencilla fabricación, y parte de un grupo más grande del que disponía para cualquier eventualidad; hasta el momento la pareja de traidores se habían comportado de manera excelente, pero las probabilidades de que volvieran de la misión por decisión propia eran muy reducidas. De cualquier manera, si se iban, disminuían el riesgo de ataques por la espalda, y en un ambiente convulsionado como ese, lo mejor era mantenerlos alejados, quién sabe si con un viaje fuera de la órbita de Cybertron todo se volvía mucho más oscuro y peligroso para ellos.

—Computadora, aumenta el espectro de escáner fuera del plantea, quiero un informe detallado.

10
Perímetro de Cybertron, sobre Iacon. Momentos antes del ataque de Unicron.

Aldren no pudo evitar sentir un estremecimiento al ver a la distancia la urbe mecánica de Iacon, aunque se trataba más bien del asombro por su formidable construcción que por algún tipo de nostalgia, de la que, por suerte, estaba curada.

—Ya nos detectaron, vienen cazas tras nosotros.
—Esto se va a poner muy bueno.

El monomotor aumentó la velocidad al descender en los cielos del planeta, ignorando las alertas de identificarse y detenerse, y evadiendo a los primeros cazas autobot que intentaban darles alcance; Aldren supo de inmediato que las cosas estaban mal.

—Elévate más.
— ¿Qué? Hace un momento dijiste que podíamos acercarnos a esa torre azul que está en línea recta, no tenemos tiempo para arrepentimientos.
— ¡Haz lo que te digo!

Chainrack obedeció y jaló del control, haciendo que la nave se elevara con fuerza hacia el cielo, perseguida por tres aéreos; al estar en una posición más ventajosa, la líder del grupo pudo ver con claridad cómo un enjambre de drones se acercaba a una velocidad alarmante hacia ellos.

— ¡Inicia un descenso en espiral, cambio de planes!

Chainrack obedeció y soltó el timón lo suficiente para que se precipitaran al suelo, pasando como una bala entre los enemigos; esta acción permitió que los aéreos advirtieran del peligro, y, uno de ellos, se despegara del grupo para dar la alarma.

—No entiendo lo que pasa.
—Los cons han decidido romper la tregua justo ahora —exclamó ella con fuerza—. Y lo hicieron en el peor momento.
—A menos que sepan algo que nosotros no.

Eso era una posibilidad.

—Heavythread, interfiere el rango de comunicaciones de los bots.
—Entendido.
—Chainrack, vuela bajo y evita que nos alcancen. Underslow, ve al puesto de disparo y destruye lo que sea que no cause muertes.
—Entendido.

En cosa de momentos, el bajo cielo de Cybertron se estaba convirtiendo en un incipiente campo de batalla, con el enjambre expandiéndose en todas direcciones y las torretas de los edificios apareciendo, dispuestas a atacar. Aldren estaba al borde del desfallecimiento, escuchando tantas voces y viendo tantas cosas al mismo tiempo, como un bombardeo incesante a sus sentidos; a cada milisegundo estaba descubriendo y redescubriendo imágenes, como si miles de fotogramas pasaran a alta velocidad sin que pudiera evitarlo. Quería gritarles que se detuvieran, que la dejaran en paz, pero estaba obligada a mantener un aspecto de tranquilidad, sobre todo con el máximo peligro que estaba a punto de desatarse. Y, así fue como, según una espantosa visión, en una de las torres más altas a la que se dirigían, se activó la señal ámbar, y por los parlantes de alto poder se anunció el ataque de Unicron. No era un simulacro.



11
Subterráneos de Kalis. Momentos antes del ataque de Unicron.
Runflight, habiendo adoptado la forma robótica de Sentinel Tau, se escabulló por un pasillo inferior, teniendo muy claro en su mente que al fin había llegado al puto deseado; la construcción en esa zona evidenciaba haber sido realizada de manera reciente, nada más que murallas fuertes y gruesas con revestimientos de aislante de alta densidad, enfocadas a evitar que alguien pudiera rastrear la fuente de energía oculta en el interior. Se acercó a uno de los laterales, y encontró un panel que sería posible de retirar con poco esfuerzo y un mínimo de ruido, pero cuando se disponía a remover una sección iicial, un disparo lo derribó.

—Rayos.

Se puso de pie rápido y miró en todas direcciones, pero el francotirador había desaparecido o estaba muy bien mimetizado. Sin perder el control de sí mismo, pero consciente de lo crucial que era evitar un nuevo ataque, hizo un barrido de abajo a arriba, pero antes de llegar al techo, un nuevo disparo impactó en su cuerpo, junto con una detonación.
Soulbreaker había aprovechado la única oportunidad de la que disponía en esos momentos, y usando el rifle, asestó un tiro en el cuello y un segundo en el torso, ninguno de ellos capaz de acabar con su rival, pero suficientes para detonar la carga explosiva artesanal y hacer un forado en el suelo. Runflight cayó a peso muerto, y no tuvo tiempo para transformarse porque las cargas secundarias hicieron explosión al contacto con su cuerpo, y lo arrojaron con más fuerza hacia abajo.

—Es hora de terminar con esto.

Empuñando firmemente la espada en la izquierda y el rifle en la derecha, Soulbreaker bajó por el humeante agujero dispuesto a no dejarse sorprender; varios metros más abajo, se encontró con la figura de Sentinel Tau, levantándose con apenas unos cuantos rasguños provocados por los disparos y la caída, no confundido ni aturdido, sino riendo, satisfecho.

—De alguna manera siempre supe que nos volveríamos a encontrar; algunos de ustedes son tan predecibles que casi da tristeza.
—No te dejaré ganar —replicó Soulbreaker con valentía.

El otro se dispuso a pelear a mano desnuda.


—No pudiste evitar venir aquí, la chispa en tu interior te fuerza a hacerlo ¿verdad?

Soulbreaker no se dejó intimidar por la afirmación.

—Tampoco tú lo pudiste evitar, estás ciego por las ansias de poder.
—Tu sentido de la justicia es tu mayor debilidad.
—Tu exceso de confianza en ti mismo es la tuya —replicó Soulbreaker apuntando con el rifle—, no vas a quedarte con la matrix, ni cumplirás tus deseos.

Hizo un disparo con la máxima potencia, pero el otro lo esquivó y, dando un salto increíblemente ágil para su tamaño, se abalanzó sobre él; decidido a no retroceder, el autobot hizo un nuevo disparo y cambió a la espada. Con un golpe certero impactó en el brazo, pero el rival fue más astuto y sujetó la hoja con la palma, tomando el control y arrojándolo contra una pared; el enfrentamiento se convirtió en una escaramuza, donde cada patada o puñetazo era bloqueado con más o menos habilidad por uno u otro, y en donde el más fuerte era quien llevaba el disfraz de centinela. Sin embargo, Soulbreaker hizo gala de una agilidad sorprendente, y logró liberarse, impulsarse en una pared y contraatacar, dando un corte profundo en una de las placas protectoras del brazo derecho de su oponente; sin dejar tiempo para pensar, usó el poder que le quedaba al rifle para disparar, y le arrojó a su enemigo algunas cargas explosivas que tenía reservadas. Durante un eterno segundo, todo fue el sonido de la explosión y el humo, pero el enemigo surgió casi intacto, a toda velocidad y disparando con una de sus pistolas.

— ¡Este juego se va a terminar!

Runflight hizo una ráfaga de disparos que impactó parcialmente en Soulbreaker, pero le dio tiempo suficiente para alcanzarlo; guardando la pistola y usando sólo las manos, el gran guerrero sujetó la espada y quebró la hoja, mientras con una pierna asestaba un golpe directo al torso.

— ¡Vienes a tratar de detenerme!

Soulbreaker hizo un intento por alejarse, pero el otro lo tomó por un brazo, y usando el propio peso de su cuerpo lo arrojó contra una muralla; con las armas destruidas y sin más cargas explosivas en su favor, Soulbreaker vio sobre él al titán decidido a destruirlo, y tomando una vara de metal, parte de la estructura que caía a pedazos por los diversos impactos, se enfrentó a él usándola como una lanza.

—Tú y una vara de metal contra mí, que tengo mi poder y además el de un centinela. ¡No me hagas reír!
—No te dejaré conseguir tus objetivos.
— ¡Tú no puedes detenerme! —gritó el otro—. He luchado en mil batallas, he extinguido cientos de chispas ¿acaso vas a ser tú el que me derrote?

Runflight golpeó sin piedad a Soulbreaker una vez más; este hizo un esfuerzo por contraatacar, pero la fuerza de su rival era incontrarrestable. Con un golpe certero al pecho, el mercenario lo arrojó contra una pared; sí, por supuesto que estaba disfrutando de esa situación. El valeroso guerrero hizo todo cuanto pudo por ganar, pero la notable fuerza y capacidad de su rival terminaron por derribarlo, la vara reducida a un trozo de metal, los golpes habiendo trizado el fuselaje del cuerpo en incontables zonas; aún así no se rindió e hizo un esfuerzo por volver a atacar, aunque fue nuevamente detenido por su enemigo. Con la decisión de terminar con el enfrentamiento en ese mismo instante y poder terminar con su trabajo, Runflight se tomó un instante para transformarse, y regresar a su forma original, con la que se sentía más cómodo para lo que pretendía. Con un golpe aplastó el pecho, un segundo y tercero los laterales de las piernas para inmovilizarlo, un nuevo golpe partió en dos la placa del brazo derecho, el siguiente hizo estallar una de las válvulas centrales del muslo izquierdo.

— ¿Qué es lo que crees que eres? ¿Alguna especie de héroe, el salvador de la raza? —exclamó mientras continuaba golpeándolo sin detenerse—. No eres nada más que un loco, idiota, al que desprecian hasta sus propios congéneres.

El siguiente golpe en el abdomen fue dado con tal fuerza que atravesó junto con él la pared, arrojándolo al suelo. Soulbreaker tomó con la mano izquierda la vara de metal que había caído junto con los restos de la pared, intentó alzarla para atacar o tan siquiera defenderse, pero el otro aplastó su antebrazo, imposibilitando que realizara tan siquiera esta acción. Runflight por fin lo tuvo a su merced, y apuntó directo al pecho con las dos armas.

— ¿Sabes lo maravilloso de estas armas? Que puedes programarlas para disparar a potencia máxima, no importa si se destruyen después de este disparo, porque luego de hoy tendré todas las armas del planeta a mi entera disposición. Adiós Soulbreaker, nadie te echará de menos.

Soulbreaker pudo ver la luz al momento de realizar su enemigo el anunciado y mortífero disparo; después de eso el suelo junto con él se pulverizó. Runflight observó con un sentimiento de exultante diversión cómo su rival desaparecía en un agujero a sus pies; las armas que había usado a máxima potencia emitieron un sonido característico de la destrucción de los componentes internos, pero no se preocupó por eso y las arrojó a un costado, contemplando un momento más el lugar en donde hasta un momento antes había estado su enemigo; se encontraba en un lugar cercano a los pasadizos centrales del planeta, un lugar antiguo deshabitado, y qué según se decía no había sido modificado o intervenido por nadie; ahora que tenía en su poder lo que quería, tal vez incluso podría modificar ese lugar. Cuando subió al nivel desde el que había sido derribado, escuchó los sonidos inequívocos de las alarmas, y tras un instante más de escucha, descubrió que la alerta era doble: ataque decepticon, y ataque de Unicron; el momento ideal para tomar la copia de la matrix y terminar con todo eso.



Próximo capítulo: Algo por lo que luchar


La traición de Adán capítulo 31: Venganza de cristal




Adán estaba contento con sus nuevos descubrimientos: en el último tiempo y a propósito de los hechos que involucraban a Samuel, había concluido que no era recomendable confiar determinados asuntos a terceros, pero como de todos modos tenía que estar al pendiente de todo, optó por el camino más sencillo, es decir involucrarse personalmente; siempre había manejado los conceptos medios de la informática, pero desde que se le hizo necesario, estudió por su cuenta, y haciendo gala de su increíble capacidad de estudio, se convirtió en poco tiempo en un experto, lo que en primer lugar le sirvió para hacer más seguras sus cuentas personales y también para poder borrar los historiales que pudieran perjudicarlo, de modo que estaba mucho más a salvo que antes, y desde luego que la historia de su verdadero origen había muerto junto con Samuel.
Investigando los detalles de todo lo que estaba pasando en esos instantes, el hombre de 24 años terminó por descubrir información que podría serle sumamente útil en determinado momento: la verdad de lo que había ocurrido en Londres hacía dos años atrás, sacada de informes económicos, de prensa y de algunos comentarios, y esa verdad era sumamente llamativa.

–Qué interesante Bernarda... sigues sorprendiendo como siempre.

Dos años atrás la Administradora de Bernarda Solar estaba a cargo de un proyecto importante en Inglaterra, algo parecido a Boulevard pero más enfocado al comercio que a la familia. Todo parecía ir sobre ruedas, hasta que hubo un grave accidente puso todo de cabeza: se descubrió entonces una gravísima falla en los armados de la empresa fabricante e instaladora de estructuras, con lo que el consorcio dueño del proyecto amenazó con hacer válidas las pólizas de garantía, lo que habría destruido a Bernarda. Todo parecía perdido, hasta que apareció Luna Arriaga y comenzó a tratar directamente con los dueños, con excelentes resultados. Finalmente la empresa fabricante terminó siendo sindicada como la única responsable, y para evitarse una demanda millonaria, liquidó todos sus activos, dejando a su personal, desde el dueño, Vladimir Aruse, hasta el último trabajador en la calle. Inmediatamente después se contrató a otra empresa fabricante e instaladora, llamada Biel Asís, la que aceptó el proyecto a pesar del riesgo, y además lo hizo cobrando precios excesivamente bajos, con lo que se obtuvo como resultado que el proyecto fuese terminado.
Así que de ese modo lo había hecho.
Como él lo veía, las cosas estaban bastante claras, ya que Bernarda era en realidad la responsable de todo; seguramente habían tenido alguna especie de problema con Aruse, y viendo contratos de por medio, la empresaria optó por el medio más sencillo, que era nada menos que el sabotaje, y ahora tenía a una empresa suya pero que aparentaba no serlo a cargo de sus propios proyectos, ganaba por todos lados y como de costumbre, eliminaba del camino a sus enemigos.
No era muy distinto de como el mismo procedería en caso de ser necesario, pero si bien eso supuestamente debería alegrarlo por encontrarse en terreno conocido, la verdad es que le provocaba más preocupaciones que otra cosa.
Estaba amarrado con un contrato millonario a Boulevard y con otro al Hotel, a pesar de ni siquiera haber comenzado a trabajar allí, y aunque en ganancias estaba muy bien posicionado, eso también podía significar que estaba atrapado en esos proyectos. Bernarda Solar era una empresaria generosa con los que estaban de su lado, pero claramente se libraba de la peor manera de quienes estaban en su contra. ¿Qué pasaría entonces cuando él fuera un obstáculo en su camino a conseguir tenerlo todo? Tenía que armar un plan de contingencia, no solo proteger su dinero, sino que también idear un modo de escape, una fórmula para evitar que cuando llegara el momento, los designios de la señora Solar lo quitaran del camino igual que a otros. Y tenía muy poco tiempo para hacer.

Micaela estaba llegando a su casa después del trabajo esa misma tarde. Estaba cansada, pero más que todo ansiosa por tener resultados de las investigaciones que habían estado haciendo junto con F. Últimamente tenía la sensación de que cada vez que conocían algo nuevo, se le quitaba más todavía la sorpresa hacia lo que su querida madre pudiera hacer, pero aun así no avanzaban nada. Le parecía imposible que ella siempre consiguiera eliminar tan bien las pruebas de su culpabilidad.
Tomó el celular y llamó a Esteban, pensando en tomar algo juntos y tratar de escapar un poco de la extraña rutina de trabajo e investigación, pero se sorprendió al escucharlo hablar en voz muy baja y con apuro.

– ¿Interrumpo algo?
–No exactamente –comentó el aún en voz baja– pero es un mal momento para que hablemos, estoy en medio del Salón de la innovación y construcción, está a punto de empezar una reunión muy importante.

Micaela terminó de entrar y se sentó ante el computador.

–No entiendo nada de lo que dices.
–Míralo en internet, vine para conseguir hacer los contactos necesarios y volver al ruedo, no quiero seguir haciendo inventarios toda mi vida. Te llamo luego, va a empezar la reunión de las siete cuarenta, deséame suerte.

Pero no le dio tiempo a hacerlo y cortó. Micaela se quedó con la duda, así que encendió el computador y buscó la información; claro, el Salón de la Innovación, era un evento importante, en el que no solo las empresas buscaban hacerse un espacio, también los ejecutivos, que si hablaban con las personas correctas podían hacerse de algún contrato.
Por curiosidad revisó algunas fotos del lugar, estaba muy bien ambientado por supuesto, pero todo cambió cuando vio la lista de invitados, y brillando entre ellos a nada menos que a Bernarda Solar. Por supuesto, como se lo iba a perder. Sin prestar mucha atención a lo que hacía, se desplazó por los asistentes y expositores, y le llamó particularmente la atención una empresa llamada Biel Asís. ¿Por qué le sonaba conocido ese nombre? Se puso de pie y comenzó a caminar hacia el baño para darse una ducha, pensando que probablemente era una empresa de las que tenían trato con la constructora Del Mar en el tiempo que alcanzó a trabajar con ellos; estaba cansada, quería relajarse un poco.

–No es...

Algo llamó su atención, y volvió a la pantalla del ordenador. Ese nombre no era parte de ninguna nómina presente en su época en la Constructora.

–Oh por Dios...

Biel Asís.
El nombre de la empresa que había trabajado con Bernarda en Reino Unido. Y con Pilar en su restaurante estando a un paso de causar un grave accidente. Nada de eso tenía sentido. Volvió a revisar la galería de imágenes de la exposición, con la respiración agitada por un presentimiento, hasta que dio  con la foto que al mismo tiempo esperaba, y no quería ver.

–Cielo santo...

Seguía sin tener sentido, pero sabía a ciencia cierta que algo estaba horriblemente mal en ese lugar.
Y vio en la lista de invitados a Bernarda Solar. Esteban había dicho que empezaría una reunión. ¿Dónde diablos estaba el programa para ese día? Al fin, después de tensos segundos, lo encontró, la reunión de las siete cuarenta en la primera explanada interior. Bajo un gran armado parte de las muestras de las compañías expositoras. Tomó el celular y marcó el número de Esteban, pero no le contestó; sin esperar más le envió un mensaje urgente a su casilla directa, esperó algunos segundos y volvió a llamar.

– ¿Qué pasa? –preguntó el en voz baja– estoy labrando mi futuro.

Micaela fue directo al punto.

– ¿La reunión es en la primera explanada?
– ¿Qué?
–Contéstame.
–S–sí, ¿por qué quieres saberlo?

Sintió que el corazón le daba un vuelco.

–Esteban, tienes que salir de ahí de inmediato.

Su amigo se mostraba algo confundido por lo que escuchaba, pero su relajo era más desesperante todavía.

– ¿Que te ocurre? No me voy a salir, esta oportunidad es única para...
– ¡Cállate y escúchame! –gritó fuera de si– Esteban, ¿confías en mí?

Solo entonces él pareció entender que algo estaba fuera de orden.

– ¿Qué pasa?
–Contéstame.
–Sí. Eres mi amiga, claro que confío en ti.
–Entonces –siguió con la voz temblorosa, los ojos llenándose de lágrimas– por lo que más quieras, sal de ahí ahora mismo; no me hagas preguntas, solo sal de ahí... te lo suplico.

Del otro lado de la conexión, Esteban miró hacia donde estaban los asistentes a la charla, y entre ellos divisó a Bernarda Solar. Solo entonces los ruegos de Micaela cobraron algún tipo de sentido, y  aunque seguía sin comprender que ocurría, decidió entregarse a sus palabras y obedecer.

–Está bien. Escucha, voy caminando hacia la salida ahora mismo.
–Por favor apresúrate.

Mientras Esteban salía a toda prisa, Bernarda estaba cómodamente ubicada en primera fila junto a otros exitosos empresarios, lista a presenciar la exposición de expertos y visionarios en la innovación, de la que por supuesto ella era parte importante. Todo estaba en calma y orden, hasta que las cosas cambiaron bruscamente; sobre el escenario apareció un hombre con un control remoto en las manos.

– ¡Bernarda!!

Su grito hizo que todas las miradas se dividieran entre ella y el hombre; de primera se sintió sorprendida, pero luego reconoció con horror que se trataba de Vladimir Aruse.

–Oh no...

Se puso de pie, lívida, sin reaccionar hasta lo siguiente; Aruse accionó el mando a distancia, y aunque a primera vista no ocurría nada, el extranjero pareció satisfecho, y tras dedicarle una mirada de odio, desapareció tan abruptamente como había aparecido. Solo entonces las piezas parecieron encajar, cuando un ruido ahogado de trizaduras se dejó oír en la explanada, y la mujer miró hacia arriba, donde una enorme estructura parte de la exposición comenzó a tambalearse. La empresaria llamó a su guardia para que la ayudara a salir, mientras algunas voces en el lugar comenzaban a advertir del peligro. Segundos después todo fue caos.

Más tarde en su departamento, Micaela abrazó emocionada a Esteban, aliviada de verlo sano y salvo.

–Estás bien cielos. Estaba tan preocupada, la noticia ya está en todas partes.

Esteban aún se veía nervioso por la situación.

–Yo todavía no puedo creerlo, ¿cómo fue que descubriste que iba a pasar algo así?

Se sentaron mientras en las noticias informaban del accidente en el Salón de la innovación y construcción, de las decenas de heridos y los millonarios daños.

–Fue intuición femenina. Cuando revisé imágenes del Salón, porque no tenía idea de lo que me hablabas, por casualidad vi la lista de expositores, y reconocí a la empresa que casi destruye el restaurante de Pilar. No sé cómo explicarlo Esteban, pero en cuanto vi esa información, supe que iba a ocurrir alguna desgracia.
–Me salvaste la vida –se admiró él– pude haber terminado muy mal; cuando  venía para acá escuché que hay un par de heridos graves pero ningún muerto.

Ya estaban más tranquilos, así que se enfocaron en sus conjeturas.

–Eso es una suerte. Lo que me preocupa Esteban, es que nada de esto tiene ningún sentido, no comprendo en primer lugar porque Bernarda quiere adueñarse del restaurante que a la vez pretende sabotear, y en segundo, mucho menos comprendo por qué resulta destruida una estructura de una empresa de su propiedad, en un evento de tal magnitud, no veo cómo puede sacar algún beneficio de una desgracia como esta.

Esteban reflexionó unos momentos.

– ¿Sabes algo? Quizás estamos enfocando las cosas de la manera equivocada. ¿Por qué todo tiene que ser culpa de ella?

Micaela lo miró sorprendida.

–Porque habitualmente lo es. Ella tiene la tendencia de dejar damnificados a su paso.
–Concuerdo contigo, pero, ¿y si esta vez no fuera así?
–No te entiendo.
–Tú y yo hemos estado tratando de buscar algún método para denunciar a Bernarda Solar en algún ilícito, demostrarle al mundo quien es para detenerla y evitar que le haga mal a otros como ya nos lo hizo. ¿Qué tal si no somos los únicos?

La joven se quedó un momento en silencio, pero todo parecía concordar.

–No lo había pensado desde esa óptica. ¿Dices que alguien podría estar  saboteando a las empresas de ella para perjudicarla?
–Eso explicaría lo del restaurante.
–Quizás tengas razón. Pero si es así... espera un momento.
– ¿Qué?
–Claro –se sorprendió a si misma por no haber hecho antes la relación– por supuesto, siempre ha estado allí, creo que tienes razón. Esta es tercera vez que ocurre algo parecido, y hay factores que se repiten: Bernarda, la empresa fabricante de estructuras y las consecuencias inesperadas, solo que ahora los papeles se invierten. Esta vez alguien está atacándola a ella, y a gran escala.
–Tiene demasiado sentido, pero por otra parte, si tenemos razón, quiere decir que quien está tratando de vengarse de ella no tiene límites.
–Es cierto. Me pregunto si habrá llegado el momento de la caída de Bernarda Solar.



Próximo episodio: Planes desesperados


Por ti, eternamente Capítulo 16: La noticia principal



Tan pronto como salió de la pensión, Víctor se apresuró hacia el extremo contrario del pueblo en el que había pasado la noche; nuevamente sentía que todos estaban observándolo, aunque el hecho de haber salido temprano en la mañana de la pensión hacía que hubiera menos gente por las callecitas de un lugar que ya no le parecía tan acogedor y calmo como antes. Encontró un pequeño grupo de buses de transporte por zona y subió al primero que encontró, afortunadamente con un poco de tranquilidad por no resultar demasiado llamativo, seguramente porque por esos lados había mucha más gente rara o que viviera en las calles. Al subir al bus y acomodarse lo mejor posible en el pequeño asiento con la mochila, los dos bolsos y el bebé en sus brazos, se sintió un poco más tranquilo, aunque entonces comenzó la molestia del bebé, que, cubierto por la cobija que lo disimulaba, estaba incómodo y evidentemente acalorado.

— ¿Qué pasa bebé? —murmuró con disimulo— no puedo descubrirte ahora...

El pequeño se removía incómodo, sofocado por el calor, pero aunque había solo un par de personas en el vehículo y no estaban en asientos contiguos, sentía que cualquier cosa que hiciera llamaría la atención. Pero Ariel seguía moviéndose, y la perspectiva de algún llanto en un bus en movimiento con la amenaza de la policía en camino a la pensión que dejara solo momentos antes era muy preocupante.

—Espera, por favor espera...

Ya estaba muy nervioso y esa escena no estaba ayudando en nada, así que, sentado hacia la ventana, abrió la de corredera y se volteó hacia el exterior, descubriendo al bebé para que su torso quedara expuesto; la reacción del pequeño fue instantánea.

— ¿Ves? —susurró sonriéndole— solo estamos desplazándonos un poco. Sé que hace calor y que estás sofocado, pero en un rato más vamos a bajar, espera un poco por favor.



2

Romina detuvo la camioneta mientras Álvaro corría a subir al asiento del copiloto.

—Apresúrate, el bus acaba de irse.

Álvaro se subió mientras ella reiniciaba la marcha;  llevaban muy poca distancia del bus, y estaban obligados a guardarla para evitar delatarse, pero justo cuando estaban tomando la misma ruta del bus, un obstáculo apareció en el camino.

—Diablos, es el gorila, desvíate ahora.

Romina hizo un giro y se ocultó en una esquina al borde del pueblo, muy cerca de donde iniciaba una nueva vía; lo que pasó fue la camioneta institucional con Armendáriz en el asiento del copiloto hablando enérgicamente por teléfono.

—Maldición, no sé en qué momento se adelantó.
— ¿Habrá descubierto que Segovia va en el bus?

Romina le quitó de las manos la cámara fotográfica.

—No lo creo, probablemente solo es una coincidencia, pero si va en esa dirección es posible que se le ocurra investigar en los medios de transporte, así que no podemos quedar fuera.

Estaba revisando de manera distraída las fotos mientras hablaba; no las veía en realidad, sabía muy bien que en un trabajo como ese solo veinte de cada cien fotos servía de algo, pero era lo necesario y además muchas veces las fotos sacadas al azar revelaban cosas que las sacadas a propósito no podían. Mientras la camioneta comenzaba lentamente la marcha, la mujer se quedó mirando una imagen que le llamó la atención y decidió acercarla con el zoom.

—Qué raro...
— ¿Qué pasa?

En la foto se veía el lateral del bus en donde iba Segovia, pero la foto, si bien era perfecta porque a pesar del ángulo lo mostraba, enseñaba también algo que no se esperaba.

—No lo sé, es solo que...
— ¿Qué?
—Ésta foto —dijo sin poder quitarle los ojos de encima a la imagen—, es tan extraña. Lo que veo aquí Álvaro...
— ¿Qué? Dilo de una vez.
—Es que en la foto...se ve un padre con su hijo en brazos.

Álvaro no respondió por unos momentos, pero cuando lo hizo, parecía tan enfocado en el caso como antes.

—Se supone que eso es lo que esos tipos pretenden, ¿O no?
—Sí, lo sé, también estaba en los cursos de sicología del delito, recuerda que estudiamos juntos —replicó ella más livianamente— es solo que verlo así me hace pensar que definitivamente no podemos perderle la pista, porque si lo hacemos es probable que después empiece a mezclarse con la multitud.

Él se lo pensó un momento.

—Sí, creo que tienes razón, lo que puede ocurrir es que el niño se acostumbre, al final es pequeño y es más sencillo; espero que todo resulte bien.

 3

Dos oficiales de policía estaban dentro de la cabaña de Gladys, y aunque el lugar resultaba a todas luces acogedor, la actitud de ella no lo era.

—Señora, necesitamos su cooperación, se trata de un caso muy serio.

Pero ella estaba más alterada de lo que cualquiera de los dos podía esperar; y no solo estaba alterada, la preocupación la invadía también, y no era por ella misma por quien temía.

—No sé qué es lo que ustedes pretenden ahora mismo.
—Señora —le explicó la mujer policía—, escuche, el hombre que estuvo aquí cometió al menos un delito, usted lo vio con ese niño en sus brazos.
—Es su hijo.
—No, no lo es, se lo llevó de los brazos de su madre.
—Sí, si es su hijo —replicó obstinadamente la mujer—, ustedes no lo vieron, no tienen idea de lo que están hablando, ni ustedes ni ese policía bruto que estuvo aquí.

El hombre intervino para tratar de convencerla.

—Escuche señora Gladys, ese hombre.
—Se llama Víctor.
—Víctor —concedió él para no desviar la atención—, obviamente le dijo que el niño era su hijo, no es la primera persona a quien se lo dice, él está convencido de que lo es.

Pero esas palabras solo consiguieron alterarla más; la mujer se puso de pie de manera orgullosa y fulminó a ambos con la mirada.

— ¿Y quién les dijo que él me había dicho alguna cosa?
—Escuche señora...
—No, escuchen ustedes. Pueden ir a decirle a todo el mundo lo que quieran, pero ustedes no han visto a Víctor, ustedes no han hablado con él. Víctor es un buen hombre, y nadie tuvo que decirme que ese niño es su hijo, porque eso es algo que se ve, no se dice.

La policía parecía dar por perdida la situación.

— ¿Le dijo ese hombre adonde pensaba ir?
—No, y lo mejor es que no me lo haya dicho, porque está claro que ustedes no lo quieren ayudar. Pero quiero que le digan a ese bruto que estuvo aquí antes que está totalmente ciego, y que si no reacciona va a cometer un grave error. Víctor es el padre de ese niño y solo quiere mantenerlo a salvo, pero todos ustedes lo están empujando justo en la dirección contraria.

4

Víctor vio como el bus, después de un  viaje relativamente corto, llegaba a una zona industrial, pero como vio la terminal muy cerca, decidió bajar antes de llamar la atención más de lo que lo había hecho hasta el momento. Desconocía totalmente el lugar en donde estaba, pero sabía con bastante seguridad que seguía alejándose hacia el sureste, así que lo mejor que podía hacer era seguir en esa dirección; por suerte el pequeño se había calmado durante el corto viaje, pero él mismo no estaba tranquilo, necesitaba poner distancia entre el sitio de donde venía.

—Espero encontrar algo por aquí.

Las zonas industriales como esa muchas veces tenían servicios de buses que iban hacia diferentes destinos, así que solo tenía que armarse de paciencia y encontrar uno, por lo que comenzó a caminar a un costado del camino rural, lo más cerca de los árboles y matorrales que serían lo único que podría protegerlo si alguien se acercaba, aunque afortunadamente todavía podía contar con que era temprano.

Mientras Víctor hacía esto, Romina estacionó la camioneta a varias decenas de metros de distancia, en un recodo que los mantenía protegidos de la vista de Segovia.

—Excelente Álvaro, estamos a la delantera del gorilote, y pensar que estuvo tan cerca igual que esos tipos.

Pero en esos momentos él no se mostraba tan optimista.

—Pero estamos tan cerca, esto me preocupa.
— ¿Qué quieres decir?

Álvaro no la miraba a ella, miraba con el lente de la cámara en dirección a Segovia y el camino por donde seguía.

— ¿Qué pasaría si esos tipos que te amenazaron fueran amigos de Segovia? Tal vez escaparían con él. ¿Y si lo agarra la policía así por sorpresa como la vez anterior, pero ésta  vez sí lo atrapan?
—Es parte de la crónica.

Pero él sonrió, un poco divertido; generalmente era ella quien hacía las conjeturas más allá de lo normal.

— ¿No te das cuenta? Nuestra crónica termina si Armendáriz lo atrapa, y si esos tipos lo ayudan, será empezar de nuevo las persecuciones.

En ese momento ella comprendió el punto.

—Nos va a faltar el contrapunto.
—Exacto. ¿Y si lo hacemos nosotros?
—No lo sé, no estoy segura de que sea buena idea, sabes que lo de intervenir en el objeto del reportaje es siempre muy complicado.
—Lo sé —replicó él volteando a mirarla—, pero no me digas que no te prende la idea de tener las declaraciones exclusivas del secuestrador.
—Por supuesto que sí. Además —fantaseó con la vista perdida en el techo de la camioneta—, esa declaración nos servirá en cualquier caso, esa exclusiva será oro puro.

Álvaro abrió la puerta del copiloto para bajar.

—Sabía que entenderías; ahora vamos antes que alguien aparezca.

 5   

Víctor iba caminando por el costado de la ruta de cemento estropeado hacia la zona industrial; no era un lugar especialmente bonito, pero eso reducía la cantidad de gente que podía verlo, de modo que era una buena opción por el momento.

—Ya vamos a llegar bebé, vamos a buscar un nuevo lugar para nosotros.

Ariel se mostraba otra vez tranquilo en sus brazos, un poco menos sofocado que antes. De pronto sintió el sonido de un motor a su espalda y se le volvió a oprimir el corazón.

—Oh, no puede ser...

No contaba con que alguien se acercara faltando tan pocos metros para llegar a las calles iniciales de la zona industrial; aún no se veía ningún vehículo, pero el motor estaba cerca y tenía muy claro que no había puesto aún demasiada distancia. Preocupado porque pudiera estar expuesto, decidió internarse entre los matorrales, al menos hasta saber claramente de que se trataba, o por lo menos ver al vehículo pasar, sabía que no era mucho pero al menos lo tranquilizaría un poco.

—Vamos a quedarnos un momento por aquí —dijo en voz baja—, no te muevas por favor.

El bebé seguía tranquilo en sus brazos; de cuclillas  tras unos matorrales de más de un metro de alto, el hombre esperó a que el sonido se hiciera más intenso y apareciera algo a su vista, pero después de varios segundos seguía sin pasar nada.

— ¿Habrá sido un bus en sentido contrario?

No alcanzó a preguntarse nada más. Una voz a su espalda lo hizo dar prácticamente un salto.

—Víctor Segovia.
— ¡Oh!

Se puso de pie y volteó asustado; a poca distancia de él había dos personas, una mujer de cabello largo, de mirada aguda y rasgos bastante agraciados, y un hombre de cabello muy corto, de piel llena de pecas y el mismo tipo de mirada fulminante que ella.

— ¿Que quieren?
—No te asustes, sólo queremos hablar contigo.

Estaba atrapado, y esos dos habían aparecido de la nada. ¡Claro! Ese era el sonido de motor, y estaban tan cerca que no tenía por donde huir. Pero no podía pasar eso, no podía ser tan sencillo después de lo que había pasado.

—No se acerquen.

Eso resultaría absurdo si es que ellos eran policías de civil, aunque no tenían facha de serlo. Además se mostraban muy tranquilos.

—Tranquilízate —dijo el hombre en voz baja—, no queremos hacerte ningún daño, solo queremos hablar.
—Déjenme en paz por favor.
—Escucha, no somos policías si es eso en lo que estás pensando —intervino la mujer—, somos periodistas.

¿Periodistas? El hombre le enseñó la cámara profesional colgando de su cuello y una tarjeta de identificación, la que a tres metros de distancia claramente no podía ver con todo detalle pero que parecía ser de algún sindicato o algo parecido; pero sea como fuere, eso no cambiaba su situación, necesitaba alejarse y no veía cómo.

— ¿Qué es lo que quieren?
—Hemos estado siguiendo tu pista —le dijo ella en voz baja—, y queremos hacer un reportaje sobre lo que está pasando ahora mismo contigo.
— ¿Un reportaje? —repitió tontamente— ¿Por qué estarían haciendo un reportaje de mí? no lo entiendo.

Álvaro iba a acercarse un paso más, pero Romina lo detuvo; lo mejor era tomarse todo con demasiada calma, tenían que ser precavidos.

—Solo queremos hablar contigo.

La reacción de Víctor fue bastante sorprendente, se rió nerviosamente de ellos, sin acercarse y manteniéndose inmóvil, con ese extraño atuendo con el que lo habían visto, que ocultaba la carga en la espalda y el bebé en sus brazos.

— ¿Hablar conmigo? ¿Quién podría querer hablar conmigo? la policía está persiguiéndome, tuve que escapar pero al parecer todos creen que soy una especie de monstruo.

Tenía una idea bastante clara de lo que pasaba a su alrededor, eso haría más interesante el reportaje.

—Precisamente por eso —replicó ella sin titubear—, creemos que es justo que tú entregues tu versión de los hechos, para que la gente sepa.

Víctor se quedó un momento sin palabras; no había pensado, ya a esas alturas, que alguien pudiera ir a decirle algo así, o que alguien quisiera escucharlo, sobretodo asumiendo que la noticia de su enfrentamiento con el policía ya era pública como su desaparición.

— ¿Por qué ...? Es decir, no lo entiendo, dime por qué tendría que confiar en ustedes, podrían estar tratando de detenerme.
—La policía está muy cerca sin que nosotros hayamos hecho nada.
— ¿Qué?
—Álvaro —lo reprendió ella tratando de sonar más empática—, no digas eso, es descortés. Escucha Víctor, nosotros somos periodistas, nuestro trabajo no es entregarte a las autoridades, es contar las cosas que pasan. Sabemos lo que pasó con Armendáriz, es decir por qué tienes esas heridas en la cara, pero aunque ya hay bastante información en los medios e hicieron una denuncia, nadie sabe nada, nadie sabe por qué hiciste esto.

Todo eso tenía sentido, y mucho más si pensaba en su propio plan de alejarse un poco mientras conseguía un abogado que lo ayudara a explicar todo sin exponerse a la Familia De la Torre.

—Sé que dicen que tengo horribles intenciones, pero es mentira.
—Entonces dinos la verdad —lo instó Romina mirándolo con ojos brillantes de emoción contenida—, cuéntanos tu verdad, y te aseguramos que cuando salga el reportaje no cambiaremos nada.

Álvaro intervino para no quedar mal.

—Mira, creemos que tienes mucho que decir, pero no es un buen lugar para hablar, la policía anda cerca. ¿Hacia dónde vas?

Víctor aún no estaba seguro de lo que estaba pasando, había tomado muchas malas decisiones, pero realmente no parecía tener muchas mejores opciones de seguir a pie y sabiendo que la dueña de la pensión lo había delatado.

—Necesito alejarme de aquí —respondió con evasivas—, pero no conozco el lugar y perdí el mapa.
—Tenemos un mapa —replicó Álvaro—, y un vehículo. Mira, si no quieres decirnos adónde vas está bien, podemos llevarte un trecho mientras nos cuentas todo, y luego seguirás tu camino.
—Te prometemos que no vamos a decirle a nadie donde estás —complementó Romina sonriendo—, será como si nunca hubieras estado en nuestra camioneta.

Subir a un vehículo con otras dos personas desconocidas no era la mejor idea, pero ella pareció adelantarse a los hechos y le enseñó el mando a distancia que desbloqueaba las puertas.

—Si quieres te dejo las llaves. Así tú decides cuando quieres detenerte, y bajar.

Varios minutos después, la camioneta, conducida por Álvaro, había sobrepasado la zona industrial donde Víctor había bajado del bus y se desplazaba a velocidad media por la carretera; dentro del vehículo, ninguno de los dos periodistas podía evitar posar los ojos, aunque fuera un momento, en el hombre que permanecía sentado en el asiento del copiloto con el bebé en sus brazos.

—Creo que con lo que nos dijiste es suficiente —comentó Romina revisando sus notas—, tengo una idea bastante clara.
—Soy inocente.
—Entiendo a lo que te refieres —dijo la mujer sin comprometerse a nada—, pero debes entender que tu versión de los hechos es bastante inverosímil.

Víctor miró por la ventana; los prados que se extendían a los lados y el inicio de esos bosques podía ser un lugar paradisíaco, pero al estar en la situación en que estaba, todo resultaba muy desesperanzador.

—Sé que no es fácil, supongo que yo mismo no me creería, pero es la verdad.
—Es difícil cuando piensas que si ese niño es tu hijo, deberías haber ido a la policía en primer lugar; con un simple examen de Adn todo se resolvería.
—No es tan sencillo, no después de que me llamó ese hombre del que te hablé amenazándome; me asusté, no sabía qué hacer, y Magdalena me pidió que lo mantuviera alejado de su familia, porque tienen negocios sucios, ella me lo dijo. Si me atrapan, no sé lo que me pueda pasar, pero no creo que sea nada bueno y además me quitarán a Ariel.

Ariel. Lo decía con tanta confianza que nadie creería que era un demente; Álvaro pensaba que sería tan sencillo, solo una llamada y todo terminaría, pero por otra parte eso los comprometería, y necesitaban la mayor independencia posible para poder armar el reportaje. Luego de eso su carrera daría un vuelco.

—Por lo pronto lo importante es que tenemos la información —intervino Álvaro—, estamos en conversaciones con varios medios para publicar un reportaje, y la idea es que tu declaración sea lo más importante, nos comprometemos a decir todo  lo que nos has dicho ahora.
—Gracias.
—Ahora —siguió Romina—, creo que ya estamos cerca... sí, mira, luego de ese giro hay una zona poblada, desde ahí podrás decidir adonde ir.
—Por favor no me delaten.
—No lo haremos, puedes confiar en nosotros. Oh, espera, a la entrada de ésta zona hay un puesto de vigilancia de la policía zonal, creo que lo mejor es que hagas un rodeo.

Le enseñó la referencia en el mapa; Víctor agradeció internamente esa advertencia, al menos parecía buena decisión haber subido al vehículo con ellos para poner un poco de distancia, pero sea como fuere, ellos estaban tras una noticia y no para ayudarlo, así que lo mejor que podía hacer era bajar pronto y alejarse; mientras les relataba todo lo que había sucedido, pensaba que no solo tenía que separarse de los periodistas, sino que además poner toda la distancia posible, porque si ellos lo habían estado siguiendo, era una suerte increíble que la policía no lo hubiera atrapado de nuevo, y después de esa espantosa pelea no quería volver a encontrarse con Armendáriz.

—Toma —dijo pasándole las llaves del vehículo a Álvaro—, lo mejor es que baje ahora, tengo que seguir. Por favor no me delaten.
—No lo haremos.

La camioneta se detuvo y Víctor bajó rápidamente con el bebé otra vez cubierto en sus brazos; Álvaro dejó estacionada la camioneta a un costado de la vía mientras Romina miraba al hombre caminar hacia la maleza y los árboles.

—Me pregunto si esto es correcto.
— ¿Estás loca? Tenemos algo que ningún medio tiene.
—No me refiero a eso —replicó ella—, me refiero a dejarlo ir así... solo es una llamada, tenemos tarjetas de prepago, nadie sabrá que fuimos nosotros.

Álvaro suspiró; a él también le hacía sentido algo así, pero mantenía sus dudas al respecto.

—Pero es que sabes que si avisamos lo van a agarrar, ésta zona es menos compleja que la anterior, se nos va a acabar el reportaje.

Romina lo miró fijamente.

— ¿Podrías tú con el cargo de conciencia? Hasta ahora en niño está bien, pero no sabemos hasta cuándo.
—Tienes razón, entonces los llamamos como anónimo. De todos modos sabemos que contamos con un material de primera para publicar, será perfecto.


No pudo decir nada más. En ese momento una van que avanzaba por la carretera en sentido contrario aceleró al máximo, se desvió y chocó a la camioneta; el sonido de los metales se mezcló con el chirrido de los neumáticos, mientras la fuerza del golpe impulsaba a la camioneta de los periodistas fuera de la vía, dejándola volteada de costado.


Próximo capítulo: Ojo de cazador

La otra matrix Capítulo 14: Tres luces, un origen



Heavythread llegó el primero al promontorio, pero se quedó inmóvil a cierta distancia. Aldren, en tanto, caminó a paso decidido, asumiendo la situación con entereza.

—Soulbreaker.
—Es extraño —reflexionó él—. La percepción que a veces tenemos de las cosas. Los días que he pasado en la corte de los despreciados no han sido muchos, pero para mí, han sido toda una vida.

Aldren supo que los distintos hechos inconexos que había estado viendo hasta entonces tenían un punto en común; siempre tuvo presente que tenía que ver con él, pero de alguna manera el silencio al respecto le había proporcionado una suerte de calma. O negación.

—Tenías razón cuando dijiste que este es el mejor lugar del universo, amigo mío.
—Soulbreaker, lo que sea que estés pensando, no lo hagas.

Al lado del robot, sobre la superficie metálica del promontorio, estaba el rifle que había usado en la batalla contra en clon de Shockwave, y la espada con la que Underslow había intentado infructuosamente destruirlo. Soulbreaker se puso de pie y los miró, su actitud no era de rabia ni temor, ni tan siquiera angustia; sólo una serena determinación.

—Toda la raza se enfrenta a un gran peligro, y las piezas en este tablero ya han empezado a moverse; pronto, no va a importar el bando al que cada uno pertenezca, o el sitio en el que habite, todos estarán en peligro.
—Soulbreaker...
—Yo sí morí en la batalla de ciudad autobot —afirmó con tranquilidad—, hasta ahora, he estado en una vida prestada.

Por fin todo tuvo sentido para él; después de todo lo que había vivido, Soulbreaker comprendió cuál era su destino.

—Escuchen, en una de las primeras clases que tuve en la academia, en mi especialización en tecnología y cableado, se me explicó algo que sería muy útil en el futuro: la energía es posible de manejar en el universo, pero aunque nos alimentemos de ella o la utilizaremos según nuestro beneficio, se trata de un tipo de forma de vida básica, pura, cuyo funcionamiento, aunque comprendamos, no podemos controlar al cien por ciento, aunque creamos que es así; si tienes una fuente de energía madre y quieres alimentar con ella tres tomas distintas de determinado nivel de carga, la fuente de origen va a proporcionarla, pero aunque la acción sea controlada y los medidores indiquen niveles milimétricamente correctos, siempre hay algo, una partícula que escapa a nuestro control y hace que la suma de las tres fuentes alimentadas sume el total de la fuente de origen, excepto por una diferencia infinitesimal, por lo tanto, si quieres devolver el total de la energía a la fuente de origen desde las tres tomas alimentadas, antes estarás obligado a agregar esa millonésima parte que en algún momento perdiste. Al final, sé que soy lo que siempre he sido, un técnico de cables que sólo quiere terminar de realizar todas las conexiones. Lo que vi en algo que interpreté como un sueño, no es más que la realidad: Runflight ha encontrado la forma de mimetizarse con Sentinel Tau, y ahora que lo ha hecho, no sólo se ha apropiado de su chispa y de su apariencia, sino que además, ha encontrado la forma perfecta de llegar hasta su objetivo primario. Pero eso tú, ya lo sabes.

Aldren no quitó la vista de él.

—No he visto algo en especial, jamás ocurre de esa manera, todo son imágenes inconexas, muchas veces sin sentido, pero...
—Pero nunca tanto como ahora —concedió el—, lo entendí cuando no pudiste anticipar la llegada del clon, pero sí los heridos o daños. Por eso volabas, porque no sabías si se iba a tratar de un accidente o un ataque; conmigo sucedió lo mismo, no puedes ver lo que va a pasar en mi ruta, porque esta vida no es la misma que antes de aquella batalla en el sistema solar. Nunca lo fue.
—Lo siento.
—No hay nada que lamentar.

Heavythread no podía aceptar aún lo que estaba sucediendo; sentía hacia Soulbreaker una conexión de amistad casi desde el momento en que lo había descubierto dentro de Helios 4, de alguna manera se había sentido identificado con su soledad y extravío, y con el tiempo había comprobado que se trataba de un ser íntegro, alguien que no tenía que entregarse a un sacrificio.

—No puedes hacerlo —exclamó suplicante—. Los Autobots tienen grandes guerreros, ellos podrían, es decir, ellos tienen que hacerse cargo.
—No se trata de eso, los autobots están pasando por un gran periodo de oscuridad, donde el panorama para ellos es confuso, y les es difícil entender lo que está sucediendo, o vislumbrar más allá de lo que los rodea, lo comprendo muy bien porque a mí también me sucedió.
—Pero eso no significa que…
—Heavythread, tú eres mi amigo, lo sé y tú debes comprender mis palabras; he visto lo que va a suceder, Runflight siempre ha ansiado el poder. Cuando nos interceptó a Ultramagnus y a mí, me atacó con un objeto cortante que de seguro era una creación suya de gran poder, y con el que consiguió absorber  una porción de la energía de la copia de la Matrix. Luego utilizó esa energía para evitar la muerte de Sentinel Tau, con lo que consiguió granjearse un acceso a las filas del bando Autobots; sin embargo, lo que en un principio parecía un plan de infiltración se convirtió más tarde en un objetivo mucho mayor para él, porque a través de su amistad con el centinela conoció de la ubicación de la copia de la Matrix, y llegó a conclusiones mucho más acertadas que cualquiera de los Autobots.
— ¿A qué te refieres?
—Wheeljack diseñó la copia de la matrix como parte de un proyecto visionario; de alguna manera él suponía que en un futuro cercano, el líder de los Autobots podría enfrentar algún tipo de peligro mortal, y quiso evitar que la matrix cayera en manos equivocadas. Si en determinado caso el líder de los Autobots fallecía, algún oficial de confianza debería tener la copia de la matrix en su poder, y activar determinado protocolo con el que la energía se transmitiría a su sucesor, evitando que algún enemigo se apropiara de un objeto de tan elevado poder; cuando se sobrevino la batalla de ciudad autobot y la posterior muerte de nuestro líder y el creador, el proyecto de la otra matrix quedó inconcluso, sólo que ocurrió un accidente que nadie habría podido prever. Por una coincidencia infinitesimal, al momento de morir Optimus, la matrix original quedó sin dueño durante una fracción de segundo, por lo que el objeto activó de manera refractaria el protocolo de salvataje de la energía, y ésta se dispuso a viajar a la velocidad de la luz hacia la copia. Cuando al final Rodimus tomó la matrix en su poder y se convirtió en el nuevo líder, el protocolo debió haberse cancelado, excepto por un detalle, y este es que en la trayectoria de la energía entre un punto y otro, se encontraba otro dispositivo capaz de almacenar un tipo de energía muy similar. Me refiero a mi propia chispa, en el momento en que morí. Desde ese momento la porción de energía que debería haber estado en la copia de la matriz quedó dividida en dos partes y tras el ataque de Runflight, en tres. Esa es la explicación de lo que ha sucedido, ese es el motivo por el cual Rodimus no se encuentra bien y el mando autobot se encuentra en peligro, así como toda la raza.
—No puede ser.
—Runflight interpretó cuál es la función de la copia de la matrix y una vez que consiguió hacerse de la total confianza de Sentinel Tau, comprendió que tendría una oportunidad única de quedarse con un poder tan grande como jamás había imaginado. El motivo de sus acciones es sencillo aunque no por eso menos aterrador: Sentinel Tau es un guerrero tan importante y posee tantas cualidades, entre ellas la fuerza, el valor y la seguridad en sí mismo, que es un candidato a ser un Prime de manera natural, lo que significa que la energía de la matrix y la matrix misma no rechazaría su cuerpo, en caso de que éste la recibiera. Ahora que Runflight se apropió del cuerpo del centinela, podría confundir incluso a ese dispositivo, es imposible que alguien descubra que se trata de otro ser; esta jornada, cuando Rodimus regrese de la misión en la que se encuentra, Runflight con su nueva apariencia solicitará una reunión privada con él, y será un momento único para sus objetivos, una situación que ni siquiera Megatron pudo lograr, asesinará a Rodimus y activará en la matrix el protocolo de transferencia de energía con lo que las otras fracciones de energía van a dirigirse hacia el dispositivo original que estará en su poder. Cuando haga eso se convertirá por defecto en un Prime genuino, y a partir de ese momento nadie podrá detenerlo. Mi destino está claro, Sentinel Tau es decir Runflight, debe morir, y tengo que ser yo quien cumpla esa misión.
—No, no tienes que hacerlo, es una locura.
—Sabes que no es así.
— ¡Por favor! De lo que estás hablando es de una misión suicida.
—Debo hacerlo.
—No, no es así —exclamó alterado—. Escucha, hiciste lo que pudiste por ellos, arriesgaste tu vida, sacrificaste lo que tenías por ellos y te trataron como si fueras un loco, te despreciaron y te internaron en una institución para enfermos mentales. No les debes nada.
—Esto no se trata de deudas, sino de hacer lo correcto.

Al fin Aldren reaccionó, e intervino con voz quebrada, apenas siendo capaz de hablar.

—Iré contigo.
—No —respondió Soulbreaker—, tu destino está aquí en la corte. Este es el camino que te eligió y es también la vida que tú elegiste, además, todos aquí te necesitan; esta vez mi camino se encuentra en Cybertron, más allá de las lunas y de la muralla, cada minuto que pasa el riesgo aumenta.

Heavythread gesticulaba ansioso por hacerlo entrar en razón de alguna manera.

—Piensa por favor, ellos nunca te creerán ¿acaso crees que puedes enfrentar a sus fuerzas de defensa o traspasar la muralla sólo con una espada o un rifle?
—La energía que me ha mantenido funcionando en el universo hasta ahora me proporcionará los medios.

Heavythread se resignó entonces a que su amigo había tomado una decisión acerca de la cual no había vuelta atrás; extrajo de uno de sus brazos un dispositivo triangular  que lucía una gema color azul traslúcido en su centro: al interior de la gema parecía haber una sustancia que se movía de manera incesante.

—Llévatela —dijo con resignación—, es el escudo invisible de Alchemist prime, con él podrás llegar hasta tu destino.

Sin embargo Soulbreaker la rechazó gentilmente.

—No debes desperdiciar un regalo tan valioso en esta ocasión.
—Pero tú lo necesitas.
—No —respondió el robot—, para conseguir mi objetivo utilizaré la energía que reside en mi interior, por primera vez entiendo que hay algo en mí que puede hacer que las cosas cambien, y lo haré enfrentando lo que sea.

Heavythread consideró que, por  un momento, Soulbreaker podría estar culpándose, pero desechó esa idea de inmediato; aunque le resultara difícil de aceptar, su amigo había alcanzado un nivel de madurez y dignidad muy superior a lo que jamás hubiese creído, y el respeto que estos valores le hicieron sentir fue suficiente para convencerlo de que se estaba haciendo lo correcto.

—No me pidas que lo acepte. No me pidas que acepte esta misión que te has autoimpuesto, porque de todas formas significa que vamos a perderte.

Soulbreaker miró un instante a cada uno de los dos.

—Nunca me perderán, siempre estaré con ustedes, porque este es mi hogar.

Aldren alzó nuevamente la voz, sabiendo  cuánto de lo que dijera causaría un impacto inevitable en el futuro; pero, de hecho, su misión en ese momento era aconsejar, o al menos, ser capaz de ayudar en todo lo que le fuera posible.

—Muy pronto, un cometa de pequeñas dimensiones pasará en órbita, cerca del planeta Cybertron. Demasiado desgastado para ser tomado en cuenta o destruido, Istal 76 será dejado pasar para que se desintegre en la barrera natural de energía que rodea al planeta, por lo que será un punto de acceso que no estará controlado.
—Te lo agradezco mucho, ya sé qué voy a hacer.

Aldren avanzó y se quedó de pie a mínima distancia de él, queriendo decirle que, en sus visiones caóticas del futuro había visto su regreso a La corte, pero la crueldad de la situación que vivían la eximía de esa posibilidad, convirtiendo a Souolbreaker como el único al que sólo podía ver con sus sensores ópticos, pero nada más.

Todos estaremos aquí, sabes que siempre en el espacio habrá un sitio en donde te esperaremos, no importa lo que suceda. La corte de los despreciados siempre te tendrá entre los tuyos.
—El sentimiento es mutuo, y será esa visión la que me dará la paz en mi viaje.

2

Cybertron. Tarn. Laboratorio de Shockwave.

Shockwave recibió la notificación de la visita que se acercaba, y dispuso que todos los decepticons que trabajaban en las cercanías se retiraran durante la entrevista; unos momentos después, Spektre y Arciagan fueron conducidos ante él por un asistente que se retiró a toda prisa. El cíclope los miraba desde detrás de su consola de control, atento, calculador, frío como siempre.

—Es interesante, a fin de realizar un análisis, que la decisión que hayan tomado sea la que, según las estadísticas, es la menos probable de tomar de acuerdo a los riesgos; pero considerando que ambos son decepticons de alto rango, inteligencia y capacidad, puedo asumir que en esta ecuación hay un factor que manejan y que yo, aún no, por lo que han llegado al convencimiento de que usarlo en un instante crítico como este es la opción menos perjudicial de todas.

Tal como Arciagan lo anticipara, todo el trayecto desde los laboratorios subterráneos de Spektre estaba vigilado por francotiradores, por lo que, si bien resultaba complejo caminar hacia la muerte, el sentimiento se había asentado en el trayecto, y eso le había devuelto algo de su frialdad al actuar.

—Estás en lo cierto; hay un factor que no sólo te afecta a ti, sino que a los planes de Galvatron, y a nuestra raza en general. Estamos aquí porque entendimos que el asunto que nos reúne es mucho más importante que lo que hayamos hecho con anterioridad.

Como era su costumbre, Shockwave no hizo apreciación alguna que demostrara si estaba o no disfrutando ese momento, pero lo que sí hacía, era calcular.

—Es difícil que un solo hecho pueda afectar a tantos factores a la vez; pero estoy dispuesto a escuchar tu planteamiento.

Arciagan decidió dar la versión resumida para poder causar más efecto.

—Existe un objeto que posee la misma frecuencia de energía que la matrix de liderazgo, y ese objeto, que puede ser un arma de enorme poder, está a punto de caer en manos del mercenario Runflight, que ha urdido un siniestro plan que permitirá que en cualquier momento se una al bando autobot con la ayuda de SEntinel Tau, el famoso y galardonado autobot salvado de la muerte. Si esa fuente de energía cae en manos de ese mercenario, la utilizará para conseguir aproximadamente lo mismo que ha ansiado Galvatron, sólo que en su visión del universo, sólo es necesario un transformer que gobierne, el resto pueden ser esclavos.

Spektre observó, no sin agrado, que Shovkwave llevó la mano a la consola y digitó en ella una serie de datos mientras escuchaba a Arciagan. Viniendo de él, eso podía considerarse preocupación.

—Runflight fue mercenario a sus órdenes, por eso es que saben tanto acerca de sus pasos; eso significa que ustedes supieron de la existencia de esa fuente de energía desde antes que él, y lo enviaron para conseguirla para su propio beneficio.
—Descubrí la frecuencia en un sondeo —concedió Spektre sin titubear—, y así fue como decidó que era prudente hacerme de ella, no tanto para usarla como para obtener beneficio de ella; Runflight es un mercenario bien reputado, sabía que era ambicioso, pero no sospeché que tuviera bajo la manga un as como la amistad con Sentinel Tau. De no existir este vínculo, él jamás podría haber llegado hasta el bando autobot, no ahora que La muralla mantiene a sus altos mandos tan bien resguardados.

Shockwave aguardó, anticipando que ellos podían tener algo más que decir. Por supuesto, para que la ifra fuera positiva en el escaso crédito que tenían, estaban obligados a ofrecer algo más que información y un alarmante número de hechos interrelacionados que los ponían en riesgo.

—Los autobots tienen en su poder esta fuente de energía, pero por algún motivo no han hecho uso de ella, y suponemos que se encuentra a resguardo en un sitio donde, eventualmente, Runflight podrá dar con ella cuando el centinela se lo permita sin sospechar de sus intenciones; es de vital importancia que se produzca un ataque que obligue al mando autobot a movilizar a sus miembros de mayor importancia e iniciar los protocolos.
—Pero tu espía en el bando autobot no puede tener tanta influencia o capacidad como para proporcionarte la información sobre el momento indicado.

La interrupción hizo efecto en ambos, tanto por lo calmada como por la deducción del espía. Sin embargo, Spektre se animó a seguir.

—No, pero sí puede proporcionarnos, al menos por una única vez, el momento preciso en que sea realice un cambio de guardia inesperado y con eso, dejarnos entrar en sus sistemas de comunicación primarios.

—Y eso te permitiría…
—Confundir a los guardianes y decirles que están bajo ataque; en circunstancias normales, un aviso como este quedaría descubierto con suma facilidad, pero si estamos presentes, podremos extender la falsa información y llevar drones con nosotros que confirmen la supuesta situación de riesgo.
—Sé que no pondrán en riesgo sus vidas en esa misión, por lo que la única opción que tendrán serán unos cuantos segundos para transmitir un mensaje falso que confirme por los intercomunicadores que se presenta un ataque, soltar drones, y bloquear las comunicaciones un momento más. Luego tendrás que escapar.
—No es ese mi objetivo primario, sino una distracción. Lo que pretendo en realidad es, dejar entre su información un archivo que revela las verdaderas intenciones de ese mercenario.
— ¿Una confesión?
—Más o menos —replicó Spektre—. La grabación del momento en que le encargué la misión de obtener esa fuente de energía, donde hay un dato valioso, respecto de la fecha.

Shockwave asintió levemente. Parecía estar complacido.


3

Espacio exterior. La muralla autobot. Al día siguiente.

La nave se acercaba a baja velocidad. Uno de los guardianes, un robot corpulento armado con un gran mazo se acercó al visitante.

—Sentinel Tau, qué alegría verte de regreso.

El otro se convirtió a robot y asintió en señal de saludo.

—Sólo fue un breve paseo, a veces me cuesta acostumbrarme a mi regreso y debo hacer algunas rondas de reconocimiento.

—Lo entiendo, señor.
— ¿Alguna novedad?
—Ninguna señor —repuso el otro—. Todo está en orden.
—Rodimus prime ya debe haber regresado de su misión más reciente.

El guardián se mostró un tanto incómodo con la pregunta; se notaba que prefería mantenerse al margen de asuntos de mucha relevancia.

—Según lo que nos informaron, sí, aunque no usó este acceso para llegar, sino otro. Había estado en una de las lunas, como sabe.
—Claro, claro. Gracias por el recibimiento, ahora debo seguir, me esperan muchas responsabilidades.
—Sí, por supuesto señor.
—Uno de estos días podemos practicar con ese mazo, estoy seguro que puedes realizar golpes sorprendentes.

El guardián se mostró sorprendido por el halago.

—Yo… hago lo mejor que puedo señor.Gracias.
—Ni lo menciones —replicó Sentinel Tau—, soy yo quien te agradece. De verdad.

Mientras hablaban, sobre ellos, a lo lejos, se dibujaba una estela, apenas visible, de un cometa que se desintegraba a poco de llegar cerca del campo energético que rodeaba el planeta. Su luz se disolvió con rapidez.



Próximo capítulo: La última batalla de Soulbreaker