La traición de Adán en edición final


Ahora al fin la apasionante novela la traición de Adán cuenta con una edición final, con el texto corregido en su totalidad. Se encuentra disponible en éste blog en las correspondientes publicaciones anteriores y además actualizado en su página de Facebook en el siguiente enlace. https://www.facebook.com/LaTraicionDeAdan 
Muy pronto también estará disponible en el formato Epub que ya tiene Maldita secundaria.




Por ti eternamente Capítulo 5: De la mano de la ley



-Víctor, que te pasa?

Cuando su amigo Arturo lo removió, Víctor reaccionó y trató de poner la mayor expresión de tranquilidad.

-Lo siento, estaba distraído. Vamos.

Acompañaron al reducidor y al musculoso hasta el cuarto que ocupaba, y con la carpeta en sus manos el de cabello largo le echó una mirada al interior.

-Y entonces que es lo que se va?
-Todo.
-Como todo?
-Todo - explicó como si fuera lo más normal del mundo - necesito pagar unas deudas, así que es mi única salida.

Arturo hizo una mueca.

-Bueno, mientras tanto yo voy a ir al baño.
-No!

Víctor lo sujetó. Si.alguien se acercaba a esa parte estaba perdido.

-Que te pasa?
-No me dejes solo - le susurró para parecer convincente - quédate aquí.
-Está bien, si tampoco es urgente.

Unos minutos después el tipo musculoso salía con un armario al hombro como si no tuviera ningún peso; solo habían unos bolsos con ropa y pocas cosas más en el suelo.

-Bueno, bueno, aquí tienes lo que acordamos - le alcanzó un fajo de billetes - fué un placer hacer negocios contigo, si tienes cualquier necesidad solo tienes que buscarme.
-Gracias, eso haré.

El tipo musculoso cerró la puerta trasera del camión y se apeó, tras lo cual el vehículo se fué; Arturo dió un silbido.

-Que fuerte amigo, tienes una importante cantidad de dinero, pero estás en la calle.

No habían más sonidos alrededor, era un día extraño en el que por suerte no se había topado con nadie del barrio, ideal para pasar desapercibido por el momento, pero no podía confiar en la suerte para siempre; tenía que salir de ahí ya mismo.

-No importa, ya tendré cosas nuevas. Ahora sólo necesito pedirte una cosa más, y es que me prestes la cadenita que te dejé hace un tiempo.
-No tienes que pedirla, es tuya. Oye - lo miró fijamente - dime que está pasando, yo soy tu amigo, te prometo que no te voy a juzgar ni le voy a decir a nadie.

Víctor guardó silencio un momento; deseaba tanto hablar con alguien de lo que estaba pasando, soltar algo de toda esa energía que tenía en su interior, poder confiar en alguien que le diera un consejo o al menos lo escuchara, pero ya se sentía suficientemente paranoico como para agregar más tensión, así que respiró hondo y se forzó a mentener la calma.

-Arturo te prometo que te voy a decir la verdad, pero tienes que darme tiempo; ayúdame con lo de la cadena, yo voy a separar la ropa y a lo que vuelvas hablamos, en serio.

No podía seguir perdiendo el tiempo así, estaba estirando demasiado la cuerda, y era realmente un milagro que el bebé no hubiera hecho ningún ruido en todo ese tiempo, aunque por cierto llamaba la atención que Magdalena tuviera razón en decir que era muy tranquilo.

-Está bien, voy y vuelvo en un rato, pero no me puedes dar más largas, cuando llegue me cuentas todo.
-Te lo prometo.

Arturo se fué rápidamente, seguramente estaba decidido a saber toda la verdad, pero Víctor tenía que traicionar su amistad con los planes que tenía.
Tan pronto como su amigo se fué, entró en el cuarto, tratando de ignorar la enorme diferencia entre su cuarto antes y después de la visita del reducidor de especies, porque luego de su llegada había quedado solo con algo de ropa y pocas cosas más. De inmediato entró en el baño y se encontró con el bebé prácticamente en la misma posición en la que lo había dejado en el armarito, despierto y buscando su mirada con sus penetrantes ojos; era un milagro que no hubiera hecho el más mínimo ruido, pero aunque hasta ese momento había tenido suerte, no podía seguir así, tenía que moverse sin tardanza.

-De acuerdo, ahora vamos a tener que salir de aquí lo más rápido posible.

Después se lo pensó y llegó a la conclusión de que había dejado demasiada ropa en los bolsos, y que no tenía absolutamente nada para el bebé; pero tenía dinero resultado de haber vendido todas sus cosas, así que podía hacer algo, pero lo que no podía hacer de ninguna manera era quedarse ahí, porque mientras más se quedaba, más aumentaba su sensación de vacío, y por lo tanto su inseguridad. Y de alguna manera sabía que si salía, no iba a volver.

                             2              

Claudio había estado haciendo una serie de investigaciones antes de entrar nuevamente en la oficina de Fernando de la Torre.

-Permiso.
-Pasa.

De la Torre seguía bastante exaltado, pero se estaba forzando a mantener la calma mientras se llegaba a algún punto donde tuviera que decidir un.paso a seguir.

-Que noticias hay?
-Se están encargando de la señorita Magdalena para poder hacer el velorio correspondiente, pero vine porque tengo información nueva y me parece importante que usted lo sepa.

De la Torre sabía que su asistente se presentaba de esa manera porque había algo que debía saberse.

-Habla.
-Estuve hablando con un conocido en la compañía telefónica, y me entregó un reporte de los últimos movimientos de la línea y también los históricos.
-Eso quiere decir que ya sabes con quien se estuvo comunicando.

Claudio suspiró antes de continuar; había algo en eso, en las jugadas que estaban haciendo, que le decía que no era normal, que algo no terminaba de tener sentido.

-Aún me falta el nombre, que lo voy a tener dentro de poco, pero hay un número al que ella se contactó en último lugar, lo llamé y claramente se asustó, tengo serias razones para pensar que se trata del hombre que tiene a su nieto.
-Es decir que ya sabes que es un hombre.
-Si, pero lo que me llama la atención no es eso, sino que en el historial del número antiguo de la señorita Magdalena también aparece ese número, con muchas llamadas hace cierto tiempo, poco antes que ella quedara embarazada.

Eso fué como si a De la Torre le aplicaran corriente en la espalda; se puso de pie con los ojos muy abiertos.

-Que es lo que estás suponiendo Claudio?
-Que hay motivos para creer que ese hombre fuera el padre de la criatura.

De la Torre hizo una pausa; no era difícil imaginar que las cosas eran distintas si su asistente tenía razón, pero eso cambiaba la forma, no el fondo.

-Averigua lo más posible acerca de ese tipo, envía a tu gente a buscarlo y encuéntrenlo sin perder tiempo, pero ya te dije que no quiero que llamen la atención.
-Señor, si mis sospechas son ciertas y el niño estuviera en poder del padre...
-Magdalena hizo muchas cosas incorrectas - lo cortó De la Torre - alejarse de su familia, ponernos en riesgo, amenazarme y huir con mi nieto, pero no voy a permitir que por un capricho suyo mi nieto termine en cualquier parte. Mi nieto debe estar con los de su sangre, no con un extraño, así que vamos a seguir con lo que habíamos hablado; además, todo el mundo tiene su precio, y si no lo tiene, para algo le pago al abogado todo ese dinero, tiene que servir cuando lo necesito. Mi nieto va a vivir conmigo y con su familia, a cualquier costo.

El asistente aún tenía algunas dudas, seguía creyendo que necesitaban algo más, pero precisamente en ese instante recibió una llamada telefónica.

-Hola? Si, por supuesto...estupendo...si, luego hablamos.

Cortó y devolvió la mirada a su patrón, que lo contemplaba con cierta intriga.

-Que pasó ahora?
-Ya tengo la información que necesitaba señor - explicó lentamente - el tipo del teléfono que estuvo.en contacto con la señorita Magdalena se llama Víctor Segovia Hurtado, y me acaban de enviar todos sus datos; en unos minutos mi gente estará en su casa y en su trabajo, y recuperaremos a su nieto, creo que será mucho más rápido después de todo.

De la Torre suspiró.

-Hasta no ver no creer. Date prisa.

Mientras tanto, en la Fiscalía el fiscal Mendoza tomaba el auricular para llamar a un número directo.

-Hola? Artirreaga, que gusto hablar contigo...si, tenemos pendiente un juego de tenis para vengarme por la humillante derrota de la última vez...si, pero ahora te llamo porque necesito tu ayuda. Si, eres un viejo zorro, sigues teniendo el mismo olfato de siempre; asigna a alguien de tu departamento, sé que es apresurado, pero lo necesitamos, la desaparición de un menor siempre hace que la sociedad se sienta insegura y es un crimen grave. Por favor, sabes lo que pasó hace dos años...gracias, sabía que ibas a entender...no,no es necesario, hazlo tan pronto se confirmen las primeras investigaciones, me refiero a que cuando logremos tener una imagen clara y un sitio o un nombre, puedas llamar de inmediato a un oficial y asignarlo...exacto, no podemos dar pie a errores. Gracias.

Colgó y se quedó en su escritorio; siempre había un filtro, un montón de ojos y oídos que estaban pendientes, y avisaban de cualquier denuncia de determinadas características, con lo que la información se dirigía a los puntos indicados y antes incluso que terminaran ciertos procedimientos oficiales. La desaparición de un menor era un caso importante, y si efectivamente las cosas eran tan malas como pintaban, había que dar un golpe y encontrar al menor, para devolverlo con su familia lo más pronto posible.


Por ti eternamente Capítulo 4: Escándalo y escape



Fernando De la Torre estaba en su estudio totalmente fuera de si.

-Maldita sea!

Enfurecido, el hombre arrancó la pantalla de su ordenador y la arrojó con todas sus fuerzas. La pantalla fué a estrellarse contra un hermoso florero que estaba en un mueble esquinero, destruyéndolo en mil pedazos; De la Torre era un hombre de más de cincuenta años, de figura corpulenta e imponente, raleado cabello cano y rasgos endurecidos por sus años y por su fuerte carácter.

-Ésto es una locura Claudio, es una completa locura.

Claudio era un hombre de alrededor de treinta años, de figura atlética y rasgos agudos, que enfundado en un impecable traje azul ultramarino contemplaba la escena; el asistente estaba inmóvil a prudente distancia del escritorio de De la Torre, estratégicamente cerca de la puerta, pero impasible, con los brazos cruzados mirando con tranquilidad lo que ocurría.

-Tranquilícese señor, ese florero era de su tía Jazmín.
-No me vengas con mi árbol genealógico, mi hija está muerta.
-Usted ya sabía que eso iba a pasar - replicó el asistente con total calma - según recuerdo ese fué el pronóstico que hizo el doctor que había examinado a la Señorita Magdalena y al que usted interrogó.

De la Torre se dejó caer pesadamente en su silla.

-No puedo creer que haya ocurrido.
-Por desgracia era una posibilidad muy alta señor; además usted dijo que prefería verla muerta que deshonrando a la familia.
-No lo decía en el estricto sentido de la palabra. Magdalena era mi única hija.

-Su única hija que renegó de su familia más cercana y huyó con su salud y con su hijo en gestación.
-No hables de esa manera.
-Son sus palabras señor.

El hombrón tomó una grabadora portátil de su escritorio y se la arrojó, aunque sin puntería porque el artilugio fué a estrellarse contra el suelo.

-Tengo una grabadora, no estés repitiendo lo que digo!
-Cálmese señor.
-Nunca he podido comprender como es que una muchacha linda, joven e inteligente como ella pudo alejarse y renegar de todo; no solo dejó una vida cómoda, sino que abandonó a su familia, y la familia es lo más importante.
-Eso está bien, saque todos los sentimientos.

De la Torre se puso de pie.

-Y eso no es todo; ella se fué con su hijo, con mi nieto, y ahora ese niño simplemente no está. Dime donde está, dime que fué lo que pasó con mi nieto!

Claudio adoptó un tono más reflexivo.

-Es claro que la señorita Magdalena decidió desaparecer de la vida de ésta familia desde antes de haber concebido a ese bebé, pero si estaba tan enferma como para terminar tan trágicamente, usted puede estar seguro de que contó con la ayuda de alguien.
-De quien?
-De la persona que tiene a su nieto.

De la Torre tomó un abrecartas de empuñadura dorada y comenzó a gesticular con él. Su rabia no había disminuido un ápice.

-Es necesario encontrar a mi nieto.

Claudio ya estaba pensando en eso, como de costumbre.

-Ya tengo algunas personas encargadas de buscar por los alrededores, usted sabe que siempre hay alguien que ha visto algo.
-Pero eso es muy vago.
-Claro, pero mi plan principal es otro señor - sonrió mostrando su teléfono celular - ya me estoy encargando del celular de su hija, ahí seguramente encontraremos información muy importante.

El patrón parecía satisfecho aunque no sorprendido con la eficiencia de su asistente, pero aún no era suficiente para él.

-Un niño de tan pocos meses de vida no es sencillo de ocultar, pero tampoco es imposible.
-Siempre se pueden tomar medidas adicionales.
-A que te refieres?

Claudio respiró profundamente.

-En ésta sociedad lo que importa no es lo que sea, sino lo que se puede probar señor; sabemos muy bien que usted ha sido acusado varias veces de ilícitos, pero nunca se le ha probado nada, de modo que usted es un ciudadano honorable como cualquier otro. Y un abuelo angustiado por la desaparición de su nieto puede ser muy efectivo.

De la Torre presentía algún ardid, pero aún estaba demasiado irritado como para dilucidarlo por si mismo.

-Continúa.
-Lo que digo es que la policía puede sernos de ayuda para variar, sobretodo si previamente hay  una denuncia por posible secuestro. Tanto demos con el paradero del niño ahora mismo o no, esa información abrirá muchos ojos y oídos, usted me entiende.

El hombre se pasó una mano por su encanecido cabello.

-Entonces haremos eso. Pero dile a tus hombres que tengan mucho cuidado, no quiero que nadie los descubra en algo sospechoso.

                               2                            

Víctor estaba en su cuarto con Ariel en sus brazos cuando sonó su teléfono celular; estaba tratando de llegar a alguna decisión lógica, así que simplemente no prestó atención al número desconocido.

-Hola?
-Hola - dijo una voz muy educada desde el otro lado de la conexión - me preguntaba si el bebé está bien.

No dijo nada más, pero fué suficiente para que a Víctor se le congelara la sangre; quienquiera que fuera, lo había descubierto, pero como? Entonces lo supo, el celular de Magdalena, seguramente esos hombres lo habían registrado.

-Necesito que me escuches con mucha atención.

Estaba paralizado, y en vez de cortar, simplemente se quedó inmóvil escuchando la amable amenaza que se deslizaba por la línea telefónica.

-Ésto es lo que vas a hacer. Dejarás al bebé en una Iglesia ahora mismo, y todos nos olvidaremos del tema. Ya sabes que te encontré rápido por teléfono, lo que me pregunto es si te haces una idea de lo poco que me costará encontrarte en persona.

Cortó, y solo entonces Víctor reaccionó, aunque dejó el celular en la cama violentamente, como si el aparato pudiera hacerle algún daño.

-Dios mío...

Lo habían encontrado, y obviamente habían llamado al último número que marcó ella, el suyo. La amenaza era evidente, y concordaba a la perfección con lo que Magdalena le había advertido de su propia familia, pero haber recibido esa llamada no solo era preocupante, sino que además era peligroso, en extremo.

-Que es lo que voy a hacer?

Que en tan poco dieran con él podía ser igualmente una casualidad, pero lo concreto es que la persona estaba hablando en serio, y escucharlo decir que no le llevaría mucho encontrarlo lo hacía pensar lo peor. Dejar a Ariel en una Iglesia? Sonaba a tratos entre mafiosos.

-De acuerdo, tengo que tranquilizarme, tengo que tranquilizarme.

Pero no estaba tranquilo en realidad; tenía que tomar una decisión en ese momento, no podía continuar esperando a calmarse. Tomó el celular y marcó un número.

-Hola Víctor, donde estás, los demás estuvieron preguntando por ti.
-Arturo, necesito que me ayudes con algo.
-Claro, pero que te pasa?

Sintió que se le revolvía el estómago al hablar.

-Necesito que llames a ese conocido tuyo que es reducidor de especies, necesito dinero.

Arturo era uno de sus mejores amigos, pero incluso a él había algo que no podía decirle.

-Pero estás corto de dinero? Porque si es así yo te puedo prestar.
-No! No es eso, Arturo, necesito vender muchas cosas, no puedo darte más detalles por ahora. Ayúdame por favor.

Arturo hizo una breve pausa; obviamente estaba sospechando, pero decidió no decir nada.

-Mira, puedo llamarlo ahora y estar por allá en diez minutos.
-Genial, te espero.

Después de varios minutos de tensión, Víctor dejó al pequeño en el armarito del baño y dejó entreabierta la puerta, para que no fuera visible.

-Quédate aquí, enseguida vuelvo.

El bebé se limitó a mirarlo muy fijo, sin moverse.

-Si llora, estoy frito.

Salió del cuarto luchando por calmarse, y a poca distancia se encontró con su amigo, que era de su misma edad, muy delgado, de cabello rubio y piel blanca.

-Arturo, te demoraste.
-Vine apenas me dijiste, que te pasa, porqué estás así  tan extraño?

Víctor sintió que todo lo que conocía pasaba frente  a sus ojos; conocía a Arturo desde hacía muchos años, era parte de su grupo de amigos más cercano, y en particular era muy importante para él, parte de las personas más cercanas. Víctor no tenía familiares, sus padres habían muerto cuando era muy pequeño, y desde entonces se había dividido entre el deber de hacerse responsable y crear un círculo cercano, pero en ese momento sentía que tenía que mantener una cierta distancia aunque eso le resultara difícil.

-Mira, después te explico, ahora estoy realmente apurado. Trajiste al reducidor?
-Está ahí - indicó por encima del hombro - que vas a vender?

Víctor trató de sonar tranquilo, aunque sabía que eso era difícil en un momento como ese.

-Voy a vender todo lo que tengo.
-Que? Estás loco? Pero porqué, no lo entiendo Víctor...que hiciste?

El aludido respiró profundamente; era obvio después de todo, pero el nerviosismo y la presencia del bebé escondido en el baño lo mantenían en tensión total.

-Mira Arturo, no he hecho nada, solo necesito haced algunas cosas y necesito el dinero, además va a ser mucho más fácil trasladarme si solo llevo lo puesto.
-Puede ser - replicó el otro dudando - pero es tan sorpresivo que yo...

Víctor siguió un impulso y lo abrazó. De un momento a otro toda su vida parecía pender de un hilo y necesitaba a un amigo, pero la amenaza de la familia De la Torre era muy severa como para simplemente ignorarla.

-Oye, me gusta que me abraces pero...
-Mira, Arturo, tú eres mi mejor amigo, solo te pido que confíes en mi, en que estoy haciendo lo correcto.
-Está bien, está bien. No te voy a preguntar nada, por ahora, pero necesito que me cuentes todo después.
-Te lo prometo, después te diré todo. Ahora vamos a hablar con éste tipo.

Se acercaron a la entrada del pasaje, donde los esperaba un hombre alto de cabello muy largo, con una carpeta en las manos, junto a un hombrón de casi dos metros de altura, corpulento y musculoso enfundado en jeans y sudadera.

-Así que eres tú el que quiere vender - dijo a modo de presentación el de cabello largo mientras se acercaban al camión - y de qué cosas estaríamos hablando?
-Son varias cosas, muebles y otras cosas, la idea es que sea ahora mismo.
-Hola! Estás apurado. Bueno, mientras más pronto mejor, Hércules, prepárate.

El musculoso se acercó al camión y abrió la puerta para sacar unas llaves, y el sonido de la radio del vehículo inundó el ambiente.

-Apaga esa cosa, hoy se han dedicado a decir tragedias.

Pero antes que el grandote lo hiciera, la voz de un periodista se escuchó fuerte y clara.

»Ésta es una noticia en desarrollo, según nuestras fuentes hay una familia que acaba de realizar una denuncia por secuestro de un menor, un lactante de no más de seis meses de vida; hasta ahora no hay muchos datos más, pero al parecer el bebé fué sustraído del sitio en donde se encontraba sola la madre, quien aparentemente estaba gravemente enferma. Dentro de los próximos minutos estaremos ampliando la información«

El musculoso apagó la radio del vehículo, mientras Víctor sentía que su estómago se contraía luego de escuchar esa información.


Entrevista literaria

Tengo el agrado de comentar que he estado presente en una entretenida entrevista en el sitio Cuentos para soñadores. Aquí dejo el enlace para que puedan conocer la entrevista, y desde luego conocer el excelente trabajo que realiza Eliz Segoviano para todo su público
http://sognareprofundere.blogspot.mx/2013/09/entrevistas-conversando-con-milo-lopez.html