La otra matrix Capítulo 18: La frecuencia correcta



Subterráneos de Kalis. Durante los primeros minutos del inicio del ataque de Unicron.

Runflight había tenido que tomar un tiempo para analizar algunas características del dispositivo que llevaba en su pecho; si bien, en un principio se sintió invadido de una gran sensación de poder y seguridad, al cabo de unos minutos se vio obligado a detenerse y revisar todo lo que estaba pasando en su cuerpo. Por una parte era imposible realizar un análisis de la copia de la matrix usando las computadoras internas, pero por otra, una vez que la copia lo reconoció, tuvo la capacidad de entenderla de alguna forma.
Era como si el dispositivo tuviera alguna forma de vida en su interior.
El poder de la copia de la matrix irradiaba sus circuitos, había modificado y fortalecido la coraza de su cuerpo y le permitía tener conciencia, como nunca, de las cosas que sería capaz de hacer, y desde un principio decidió que su siguiente paso sería eliminar a Rodimus prime, para poder quedarse con la matrix original y con la copia ¿Acaso podría fusionar ambas en una? La sola idea lo hizo deleitarse con un poder aún mayor, pero al mismo tiempo pensó que eso podría ser perjudicial, o de lo contrario los propios autobots la habrían utilizado. La mejor manera de enfrentar la situación sería destruir a Rodimus, y mantener en su poder ambas matrix, para poder controlar todo.
Entonces, algo dentro de su sistema le dijo que las cosas no tenían que ser necesariamente así.
En esos momentos sintió que la copia de la matrix de liderazgo de los autobots no era algo tan simple como una réplica; no habían hecho un dispositivo igual ni copiado la frecuencia de energía en un laboratorio.

—Es la misma energía…

A él mismo le costó convencerse en los primeros momentos. ¿Era tan sencillo entonces? No tenía necesidad de ir a matar a Rodimus para conseguir la matrix original, porque lo que importaba no era el objeto, sino la energía contenida en su interior.

—Sólo tengo que dar la orden, para que la energía de la matrix venga hasta aquí…

¿No lo habían descubierto los autobots, el mismo Rodimus? Quizás el hecho de tener la matrix desde más tiempo había nublado su juicio, pero el de Runflight estaba muy claro: tenía que encontrar la forma de ordenar a la matrix en el pecho de Rodimus prime, que enviara toda esa energ´mia a la copia que tenía él.

2

Subterráneos de Cybertron, mientras tanto.

Soulbreaker aún mantenía absurdamente sujeta la vara de metal de la que se había aferrado, y que usara como ineficaz arma, pero no tenía fuerzas ni siquiera para liberarla del agarre de sus dedos; en su interior rogó poder disponer aún de la energía que necesitaba.
Recordaba a la perfección la batalla con el mercenario, los golpes que habían destruido terminales nerviosas válvulas, conexiones y circuitos, reduciendo su cuerpo a un amasijo de metales que no podía controlar o dirigir. Movió la cabeza a un ritmo excepcionalmente lento, y vio partes del fuselaje del torso esparcidas por el suelo, entre los escombros del suelo que su enemigo había atravesado junto con él; el torso estaba completamente arruinado, enseñando las conexiones y el cableado interno, los ocasionales chispazos que evidenciaban que el castigo al que había sido sometido superaba con creces lo que era capaz de soportar.
Pero no se rindió, había visto en su mente, de una forma que no podía explicar, cómo las acciones de Runflight iban a causar un daño mucho mayor de lo que él mismo podía imaginar, y se dijo otra vez que no era el momento, que no podía rendirse ni quedarse quieto esperando a que el sistema se desactivara de manera definitiva.

—Necesito levantarme —suplicó en voz alta—. Necesito ponerme de pie, una vez más.

Durante lo que le pareció mucho tiempo no sucedió nada; el silencio se extendía a su alrededor como una señal de que en el exterior se desataba una batalla a cuatro bandas, donde una de ellas era la que tenía la mayor posibilidad de ganar.

—Por favor —rogó con todas sus fuerzas—, no puedo dejar que Runflight gane…

En ese momento, en el silencio y el abandono de ese lugar, una energía invisible lo levantó del suelo y lo mantuvo flotando; sin comprender lo que ocurría dirigió sus sensores ópticos en todas direcciones, pero no vio cuál era el origen de esa misteriosa fuerza.
De pronto, vio cómo desde el interior de su pecho brotaba una luz muy brillante, que iluminó todo alrededor; se preguntó si sería su chispa extinguiéndose, pero al mismo tiempo supo que no se trataba de eso: de alguna manera, la energía que fluía de su interior lo hizo sentir mejor, y detuvo las miles de señales de destrucción o paralización de sistemas internos que hasta ese momento lo habían atormentado. La luz se hizo más potente y, mientras él aún flotaba de una manera inexplicable, la luz emergió por completo de su cuerpo y se materializó frente a sus sensores ópticos; se volvió sólida, adquiriendo la apariencia de un cristal de hielo, traslúcido y con miles de facetas que se movían por sí solas en nuevos juegos de destellos que iluminaron hasta el último rincón del subterráneo en el que se encontraba. Suspendido frente a esa energía flotante, Soulbreaker se olvidó por un momento de todo lo que estaba sucediendo, y sólo pudo observar el interminable destello, sin siquiera preguntarse de qué se trataba; momentos después, la forma cristaloide de luz comenzó a moverse, acercándose a él. Un instante después, la luz tocó su pecho y se fusionó con él.

— ¿Qué es este poder?

De pronto, toda la estructura de su cuerpo se transformó. El amasijo de metales en que la más reciente batalla lo había convertido se revirtió, y con una rapidez sorprendente el sistema de cableado, las conexiones y válvulas internas, antes destruidas, se regeneraron como si de metal líquido hubiesen sido recubiertas. La energía también invadió el interior del cuerpo del robot, y su mente, antes ofuscada por el castigo, se despejó y vio con claridad lo que estaba sucediendo.
¡La energía de la matrix de liderazgo estaba en él!
Sin poder explicárselo a sí mismo, supo que la energía que estaba en él provenía de la matrix, y esta fue la que estaba restaurando hasta el último circuito de su cuerpo; de alguna manera tuvo una visión de su propio cuerpo, y entendió cómo su estructura se transformaba en el cuerpo que había sido antes de la batalla, pero el proceso no terminó ahí. Con el poder irradiando por todos los rincones de su restituido cuerpo, el fuselaje evolucionó, reforzando cada una de las placas acorazadas externas, agregando más articulación y capacidad de adaptación a los movimientos, equilibrando los niveles de transmisión de energía y adaptando el reactor interno para un rendimiento máximo. La vara de metal de la que se había sujetado durante la batalla contra Runflight, y que mantuvo en su poder casi por inercia, también fue afectada por el poder de la matrix, y su sencilla estructura se transformó, hasta convertirse en un hacha de asa reforzada de la misma altura que Soulbreaker y hoja con filo de energon puro, que resplandeció con poder propio.
“Runflight ha descubierto el secreto de la copia de la matrix” se dijo, en un atisbo de lo que estaba pasando más allá de él, y al mismo tiempo entendió que el portador de la matrix original, Rodimus prime, estaba a punto de perder para siempre esa energía y con ella, quizás también, su vida.

—Esto no ha terminado.

Una vez terminó el proceso que lo había devuelto a su estado anterior, y más aún, convertido en una versión mejorada de sí mismo, empuñó el hacha con la diestra, e impulsándose con los propulsores incorporados en la espalda, salió disparado a toda velocidad hacia la superficie; las paredes, antes sólidas divisiones entre distintos sectores se transformaron también, dejando el paso libre el robot que cargaba dentro de sí el poder que era necesario para detener a la amenaza. Soul prime voló más rápido de lo que jamás habría creído posible, sólo con un objetivo en mente: detener a Runflight.

3

Rodimus sabía que en esos momentos se estaba jugando el destino de la matrix de liderazgo, y junto con él el de toda la raza, y a pesar de estar siendo acosado por una incesante sensación de agotamiento y destrucción interna, no se rindió.

—La matrix…la matrix tiene que iluminar nuestros momentos de mayor oscuridad…

Abrió el compartimiento en el pecho y extrajo de su interior la matrix de liderazgo que tiempo antes había recibido de manos de Optimus prime. Con horror, confirmó que uno de sus peores temores estaba a punto de hacerse realidad, al ver que la luz en el centro del dispositivo perdía su intensa y apabullante luz; aun así no se dio por vencido, y aunque con dificultad, la elevó por sobre su cabeza, esperando que el destello que provenía de su interior fuese aún suficiente para alejar o mantener alejado el peligro, y para que pudiese también ayudarlo a él a encontrar la forma de revertir el angustioso momento que estaba pasando. Ante su petición, la matrix emitió un poderoso destello que iluminó todo el amplio y extenso túnel que estaba recorriendo, y como un faro apuntó hacia abajo, hacia el interior del planeta que según las historias más arraigadas dentro de la raza, albergaba el espíritu original de Primus.

—Por favor, no permitas que se apodere de la copia de la matrix…debo detenerlo…debe ser detenido a cualquier precio…

La luz que emitió la matrix se extinguió, y Rodimus volvió a depositarla en su pecho, sintiéndose por momentos un poco más aliviado y dispuesto a continuar el viaje hacia el destino que se había planteado.

4

Runflight al fin entendió que para poder manipular la matrix de liderazgo, sólo tenía que pedirle que hiciera su voluntad, de modo que se concentró al máximo en el poder que tenía dentro de él, y después de mucho pensar, comprendió que era en realidad mucho más sencillo de lo que pudiese haber pensado antes; sólo tenía que decirle a la copia de la matrix que tenía en su poder, que reuniera toda la energía en su interior, lo cual sería obedecido por el sistema de ambas ¡Ya podía saborear el poder!

—Ilumina nuestras tinieblas —dijo con la voz de Seentinel tau—, otórgame el poder residual de la otra matrix, y permíteme usarla para terminar con esta cruel batalla.

Su pecho destelló lleno de poder, pero cuando pensó que iba a suceder aquello por lo que ansiaba tanto en esos momentos, algo inexplicable ocurrió en su interior.

— ¿Qué está sucediendo?

De pronto no pudo controlar sus movimientos, como si una fuerza invisible estuviese sujetándolo. Intentó cambiar de forma, hablar o tan siquiera moverse, pero fue como si su cuerpo hubiera sido solidificado de repente por alguna misteriosa sustancia ¿qué podía estar provocando eso? Sea como fuere, la energía y la copia de la matrix seguían en su interior, de modo que no se rindió ante el pánico y luchó por liberarse de las invisibles ataduras que lo inmovilizaban, controlar sus emociones y volver a ser dueño de su cuerpo y mente.

—Esto no puede pasar…

Logró murmurar unas palabras, y con esto se convenció de que nada podría hacer mella en sus actos; sin perder el control de sí mismo, Runflight consiguió hacer que su cuerpo se moviera, dio un paso, luego otro, y poco a poco recuperó las fuerzas para moverse ¡Rodimus! Por supuesto, el, hasta ese momento líder de los autobots debía estar ofreciendo resistencia a ser despojado d ela matrix, pero el mercenario sabía que podía ser no sólo más fuerte, sino que también mucho más poderoso.

—Matrix de liderazgo, yo, Tau prime, invoco tu poder —exclamó con la voz de Sentinel tau, haciendo acopio de su máxima fortaleza—, reúne aquí la energía que necesito, yo te lo ordeno.

Un intenso brillo emergió de su pecho, pero se apagó de manera inmediata; la pared a uno de sus costados se transformó y dio paso a una compuerta, a través de la cual apareció Soul prime.

— ¡Tú!

Al ver al enemigo al que creyó destruido minutos antes, Runflight comprendió qué era lo que había estado faltando dentro de toda esa historia hasta ese momento; de alguna manera, él se había enlazado a la copia de la matrix que tenía en su poder, de ahí que luchara con tanto ahínco por protegerla.

—No vas a quedarte con la matrix.
—Ya lo hice, y te mataré a ti, cuantas veces sea necesario.

Soul prime no esperó un segundo más, y aferrando con fuerza el hacha, se lanzó con todo contra su adversario; este, embriagado de poder y de furia, extrajo la espada cuyo filo había sido aumentado y reforzado al apropiarse del dispositivo, y se arrojó también, dispuesto a la batalla. Al chocar, las armas provocaron un sonido metálico ensordecedor, y lanzaron cientos de haces de luz como pequeñas cuchillas en todos los sentidos, las que se incrustaron en las paredes dejando marcas humeantes; la energía desplegada por ambos los envolvió como una burbuja de poder puro, que hundió el suelo y abolló techo y paredes: ambos estaban peleando a muerte. Convertidos ambos en verdaderos titanes, desplegaron aún más poder, y con movimientos asesinos se enfrascaron en un enfrentamiento donde cada gesto podía definir la batalla. Runflight usaba todo el poder de su gran tamaño y los certeros movimientos de su espada, pero Soul prime hacía gala de técnicas de combate refinadas, e impregnaba cada golpe de un movimiento sorpresivo, combinando el poder del hacha con ataques más próximos como barras de energía sólidas y láser de corto alcance. Runflight puso distancia entre ambos y atacó con lásers de alta potencia, pero su adversario repelió cada uno de ellos usando sus placas protectoras y se dispuso a atacar de nuevo.
“Estoy perdiendo demasiado tiempo. Tengo que destruirlo”
El mercenario se elevó y voló a gran velocidad, ascendiendo por un túnel de gran diámetro; no podía concentrarse en la matrix si tenía que usar su poder para derrotar a su rival, pero tampoco le estaba siendo sencillo derrotarlo ¿cuánto de ese poder residiría en él? No, él no tenía la copia de la matrix y tampoco la original, podía haber obtenido una fracción y estarla usando como un aumento de poder, pero era imposible que tuviera más poder que ese. Repuesto de la sorpresa inicial, empuñó la espada y regresó por el camino que estaba trazando, a enorme velocidad, mientras su perseguidor volaba hacia él con el hacha en la diestra, dispuesto a derrotarlo. Una vez más, el choque entre los rivales provocó una ola de energía desplegada a máxima potencia, la que arrojó otra vez chispas que quemaron el metal aún a varios metros de distancia. Soul prime utilizó la cercanía de ambos para mantener el hacha sostenida con la izquierda, mientras con el brazo derecho lanzó un puñetazo; Runflight alcanzó a reaccionar e imitó el gesto, sin anticipar que el golpe de su enemigo iba acompañado de una carga energética que detonó una enorme explosión: ambos fueron arrojados a los costados, pero el mercenario decidió que se trataba de una buena técnica de combate y la imitó, lanzándose otra vez con toda su fuerza. En esa ocasión el choque de poderes fue idéntico en fuerza, y los dos guerreros quedaron enfrentados, arma y arma, puño y puño, sin querer ceder un solo centímetro.

—Tus intentos son inútiles ¡Yo tengo el poder de la matrix!
— ¡Nunca será tuyo! —Gritó Soul prime— No te quedarás con este poder ¡No lo permitiré!

Ambos dieron un salto atrás, y por unos momentos quedaron inmóviles, estudiando al rival y planeando la siguiente parte de la estrategia. Entonces Runflight soltó una risa malévola.

— ¡Ya entiendo! Tú eres lo que se interpone entre la matrix y yo; fuiste lo que se interpuso con Rodimus, por eso él no usó la copia, y ahora es por ese mismo motivo que la transferencia entre un dispositivo y otro no es completa. Pero lo solucionaré, y cuando te mate, la energía fluirá de ti hacia mí en un instante.

La batalla los había llevado por los túneles hacia un gran ducto que conducía al centro del planeta; a su paso habían dejado miles de marcas de la batalla mortal que los enfrentaba. Runflight se transformó rápidamente a la apariencia de Sentinel Tau, y utilizó de él las placas reforzadas de los brazos para lanzar artillería pesada en contra de su rival; Soul prime no se intimidó por el ataque, volvió a elevarse y, esquivando los misiles y destruyendo los misiles dirigidos, se acercó a su enemigo blandiendo el hacha con fuerza.

— ¡Muere!

Runflight permitió que el hacha golpeara en la placa protectora del brazo izquierdo, mientras con el derecho asestó un golpe directo al pecho de su enemigo, pero este dio una voltereta y asestó un puñetazo que lo hizo retroceder para, acto seguido, realizar una sucesión de golpes con el filo de su arma; el mercenario cayó ante la superioridad de los ataques de su enemigo, pero no se dio por vencido y retrocedió, convirtiéndose otra vez a su forma original y disparó los lásers de más alta potencia.
Soul prime se quedó de pie, no hizo ningún movimiento y recibió el ataque directo. Cuando la explosión a su alrededor se disipó, el mercenario pudo ver que su oponente no tenía daño alguno.

— ¡No puedes ganar! —gritó con furia— ¡Yo tengo la matrix!

Soul prime lo miró con determinación.

—Pero no tienes su poder.

El guerrero volvió a elevarse y emprendió un nuevo ataque; Runflight combinó técnicas de disparos de corta distancia con el poder de su espada, pero el filo de esta fue partido en dos por un corte preciso del hacha de Soul prime. Acto seguido, el transformer asestó un puñetazo directo al pecho, el que atravesó el fuselaje y continuó, hasta tomar entre sus dedos la copia de la matrix.

—No…

Sin esperar más, Soul prime apretó el dispositivo con todas sus fuerzas, consiguiendo quebrar el soporte; arrancó el objeto de su enemigo y con un movimiento más, destruyó la copia de la matrix en mil pedazos, que cayeron sobre el suelo del derruido e improvisado escenario de batalla. Runflight, sin poder creer todavía lo que estaba pasando, soltó la destrozada espada y retrocedió, con las manos llevadas al pecho; su cuerpo se convulsionó, y tras un eterno instante, el mercenario cayó de bruces, su chispa extinta por el ataque recibido.
El transformer contempló por un momento los trozos de la copia de la matrix, que desperdigados por el suelo lucían grisáceos y desprovistos de todo tipo de energía, puesto que la que contenía se había trasladado hacia él. Después de ser absorbida por Runflight, la copia de la matrix había resultado corrompida, y la única forma de salvar la energía contenida era devolverla a su poseedor original, cosa que terminaría de suceder cuando cualquier otro receptor dejara de existir.
Cuando el hacha cayó de su mano, perdió todas las características que antes tenía, y volvió a ser solo una vara de metal sobre el suelo de uno de los pasillos de Cybertron. Soul prime volteó, incapaz de seguir viendo el cruel espectáculo que se había visto obligado a causar, y observó por un momento el gran túnel, silencioso y vacío, que conducía más y más abajo; un momento después, su cuerpo se transformó, regresando a la apariencia que había mantenido Soulbreaker, y la luz que antes se depositara en su pecho emergió, adoptando otra vez la forma de un cristal traslúcido con miles de formas y facetas.

—Rodimus debe detener a Unicron y a Galvatron; la energía no puede ser dominada, debe ser utilizada para su propósito inicial, y esta fuerza debe estar en poder de un único líder autobot. Ya no hay nada que se interponga en ese objetivo.

La forma lumínica hizo un destello muy fuerte, tras lo cual esapareció, iniciando un viaje a velocidad luz de regreso a la matrix original. Soulbreaker perdió la fuerza en las extremidades y cayó, de bruces, por el gran ducto, ya sin fuerzas para evitarlo y sin propulsores para poder volar. Su cuerpo cayó por el ducto, hundiéndose en las profundidades.

5

Rodimus sintió cómo, de pronto, la energía en su cuerpo volvía a fluir, y siguiendo un presentimiento, extrajo desde su pecho otra vez la matrix, la elevó por sobre su cabeza, y la luz que emergió de ella con todo el poder que siempre debió haber tenido.

—Al fin está completa —exclamó asombrado—, pero no entiendo cómo…

El entendimiento llegó hasta él a través de una serie de imágenes que fueron transmitidas desde el centro mismo de la matrix que mantenía en sus manos; vio la batalla en contra de Runflight desde el punto de vista de quien lo enfrentaba, vio cómo el mercenario se transformaba en Sentinel Tau, y comprendió que este había muerto bajo su arma, y también vio la caída de Runflight y cómo una mano destruía su pecho y con él, la copia de la matrix que él mismo pretendía ir a poner bajo resguardo ante el peligro inminente. Entonces el enemigo había sido derrotado, y la energía antes dividida estaba de regreso en su poder. Por eso es que antes se sentía tan extraño en presencia de la copia, porque sentía a la vez que se trataba de algo confiable y que su energía no contenía trampa alguna, pero a la vez faltaba algo en ella, es decir, una tercera porción contenida dentro del misterioso guerrero que había causado la caída del mercenario.

—Gracias —dijo dirigiendo sus palabras al anónimo luchador—, gracias por permitirme ver esto, te debo la fuerza que tengo ahora, y la usaré para detener al maligno Unicron y los planes de Galvatron.


6

Soulbreaker cayó sobre el suelo metálico ya sin poder moverse; ignoraba en dónde estaba, pero después de lo sucedido, podía imaginar que se encontraba en alguno de los subterráneos más profundos de Cybertron. Tendido de espalda, contempló el techo desnudo y las minúsculas luces iluminando débiles el entorno, ignorando las señales de su sistema que reiteraban el daño extremo.
En su interior sabía que, después del esfuerzo supremo de la batalla con Runflight, había tenido la fuerza suficiente para eliminarlo, con lo que sólo bastaba un paso más para restituir la energía de la matrix de liderazgo a su ubicación original y única. Ya nada importaba, la misión estaba cumplida y, aunque lamentaba no poder verificar por sí mismo el hecho, en el interior de su chispa supo que estaba a punto de suceder. Que Rodimus había recuperado el control total de la matrix y que con él podría encabezar a las fuerzas autobot a la victoria sobre Unicron.
Supo que todo el poder que lo había restaurado era temporal, de modo que, lo que quedaba de él, era apenas un cuerpo completo, más íntegro que antes, pero de todas maneras resultado de las batallas; destrozado, inmóvil, no sintió amargura, sino tranquilidad por haber conseguido poner a salvo la matrix y con ello, cumplido. El resto sobrevendría dentro de muy poco.

—Has luchado mucho, hijo.

La voz parecía no proceder de ningún lugar, y sin  embargo era como estar escuchando a alguien que estaba justo frente a él. El techo frente a sus ojos se transformó en una puerta, tras cuyo umbral apareció un campo de luz infinito, tan rico en matices y tonalidades que, su sola visión, le hizo olvidar todo lo ocurrido.

— ¿Es el núcleo de Cybertron?

Sus propias palabras sonaban ajenas, con un eco lejano, como si estuviera en un sitio de paredes gruesas y bajas; permaneció ante el umbral, incapaz de moverse.

—He visto tus movimientos —dijo la voz—, me he condolido con tu congoja, y he celebrado tus avances; las heridas que tienes son más de las debidas, porque tu sacrificio ha sido más que el esperado por cualquier ser vivo de tu raza, y hago mío tu dolor en este momento y en este lugar.

Durante largos momentos,  Soulbreaker no pudo hablar ¡era la voz de Primus! Ese tono sereno, a la vez lleno de autoridad, sabiduría y aprecio, mezclados en una combinación imposible más allá de cualquier entendimiento, estaba hablando con él, un simple transformer, podía escucharlo dentro de su ser, haciendo que remitiera la consciencia de sus críticas heridas, logrando que los sistemas internos callaran las antes constantes alertas de apagado definitivo, y consiguiendo que el miedo, la furia y la angustia se disiparan. Ante ese umbral, fue como si de pronto, por un arte que no comprendía, los conflictos del pasado fueran desplazados a un segundo plano. Y sin embargo, ante tan grande presencia, se sintió horrendo y bajo, culpable de mil hechos que no lo hacían digno de ese instante de revelación.

—Lo lamento, nunca quise asesinar a nadie.

La voz sin embargo, se llenó de una infinita compasión, que lo hizo sentir aún más pequeño e insignificante.

—No eres un asesino, Soulbreaker. En aquella hora oscura, fuiste un faro de luz donde nadie más pudo, y ese es tu mayor logro. Porque tu visión no estaba cegada por la auto complacencia, el egoísmo ni la vanidad, y desde tu ingenuidad, fuiste capaz de ver más allá y, con valor, enfrentar la adversidad.
Blandiste tu arma con amor por la vida, procurando no destruir al que estaba equivocado, y con precisión contra el que quería arrasar con la existencia de otros, pero aun lamentando tener que tomar entre tus manos la suya. Porque fuiste un heraldo de rectitud y compasión, es que tus heridas superaron tu resistencia, pero no dimitiste y abrazaste el destino con sabiduría y valor.
Sé que has sufrido, y que la paz de una vida entendida como normal jamás volvió a ti desde el aciago día en que tu chispa se extinguió. Sin saberlo a ciencia cierta, has viajado buscando consuelo y un hogar, sintiendo que estás en un plano distinto al que te corresponde. No para autobots, no para decepticons, tú has sido, para todos, una esperanza, y por eso tienes mi gratitud.

Soulbreaker exclamó, escandalizado.

— ¡No la merezco! Sólo...sólo soy un transformer.

La infinita sabiduría de la voz llegó hasta él otra vez, más amable que antes y a la vez, orgullosa.

—Soulbreaker, eres mucho más de lo que tú mismo ves en ti, y ha sido por esa transparencia y virtud que tienes mi crédito absoluto; tú eres la muestra de cómo se debe vivir, de que es posible abrazar la paz y el entendimiento con todos sin querer destruir, y que la compasión por otros y el respeto por la vida puede sobreponerse a todo. Ahora tienes la opción de estar en la matrix, de perpetuar tu legado como un auténtico líder y salvador, para siempre.

La luz en el umbral se extendió hacia él y lo cubrió por completo.

                                     

Próximo capítulo: Alarmas de guerra

Por ti, eternamente Capítulo 19: En las manos de la muerte




A pesar de que la noticia de la desaparición de un menor a manos de un hombre ya era de conocimiento público,  los acontecimientos ocurridos esa mañana en la cercanía del pueblo de Santa Marta cambiaron todo el panorama. Alguien filtró la noticia, y todos los medios de prensa se volcaron a terreno para conseguir cualquier clase de imagen o dato que les sirviera para profundizar la noticia.
Aun sabiendo que era inútil tratar de esconder la realidad, el oficial Ignacio Armendáriz ordenó a todo su equipo acordonar el sector, cortar la única vía de acceso y solicitó inmediatamente más oficiales para poder comenzar con el rastreo y las entrevistas a todo aquel que hubiera estado involucrado o fuese testigo de cualquiera de los tres hechos que tuvieran lugar de manera casi simultánea; sin embargo y a pesar de estas rápidas precauciones, para cuando todo el sector estaba cerrado las radios emitían sendos informes sobre el escándalo de la carretera y los canales de televisión ponían al aire segmentos extra de noticias comunicando los hechos,  informando a medida que sus periodistas en terreno trataban de conseguir más datos.

—Marianne ¿Dónde están los periodistas y ese otro hombre del accidente?
—Los llevaron al centro de urgencias, al parecer todos están fuera de peligro señor. Envié oficiales junto con ellos para evitar que los periodistas los acosen y además para que estén pendientes cuando podamos interrogarlos; también tomamos la grabadora, la cámara y el bloc de notas que encontramos en el lugar del accidente  y conservamos los teléfonos celulares de los 3.

Armendáriz respiraba dolor.

— ¿Y los otros dos?
—Están en la unidad médica del pueblo, tan pronto llegue el transporte los llevarán a la capital, no están tan grave pero su estado es de cuidado, sobre todo por lo que ocurrió ahí.
—Muchas gracias Marianne.

Ignacio estaba desolado, no podía entender cómo era posible que después de todos los esfuerzos que él y su equipo habían realizado, las cosas al final habían terminado tan mal; tenía en sus manos la investigación más desastrosa de toda su carrera y no sólo eso, ni siquiera tenía claro cuál había sido específicamente el trágico final, pero sí sabía que ya lo había manchado a él, a la familia De la Torre y a la policía.

—Señor.

Se acercó Andrade, uno de los oficiales que estuvo cerca del lugar donde desapareció Segovia.

—Tenemos la mochila, al parecer era lo único que cargaba consigo en esos momentos, por lo visto la dejó antes del momento en que...

El oficial era muy eficiente, pero era joven y lo que había visto, aunque tal vez no lo traumatizaría, si lo había afectado, por lo tanto era difícil para él enfrentar la parte más cruda de toda la trayectoria que como equipo habían realizado hasta ese terrible punto final.

—Revisen la mochila —replicó Armendáriz en voz baja—, y continúen rastreando la zona, si dejó la mochila puede haber dejado algo más.

Se alejó del grupo de vuelta al incipiente bosque donde había visto por segunda vez a Segovia. No podía creer aún que había estado tan cerca, a sólo unos metros de él, y que una serie de circunstancias los había separado de esa manera. Sabía también que no podía culpar a su equipo de lo que había pasado finalmente, a fin de cuentas él mismo los había llamado temiendo lo peor,  sospechando que los últimos hechos habían desencadenado en Segovia el tipo de carácter que lo haría reaccionar de manera violenta y desatada como en un principio había esperado alcanzar a evitar. Cuando se encontró cara a cara con Segovia la primera vez, vio en él, al mismo tiempo dos tipos de personas distintas, por un lado había visto lo que le dijera de él su superior, lo que presagiaba lo que había hecho y la denuncia de la familia de la fallecida madre, con aquellas veladas segundas intenciones, lo que al mismo tiempo pudiera interpretarse como miedo a decir algo de lo que no se tienen pruebas, como también intención de causar un efecto más rápido. Pero también vio un hombre joven, más joven que él, con aspecto de muchacho, nada más un muchacho asustado, temeroso de lo que pudiera pasarle. Sabía por experiencia y por estudios que en muchos casos los sujetos con algún tipo de trastorno mental pueden adquirir comportamientos distintos a sus objetivos, y que por lo general son personas atractivas ante los demás o que provocan simpatía a través de una actitud amable o lastimera, pero independientemente de lo que pudiese haber visto en Segovia, tenía muy claro que lo principal en el caso que tenía entre manos era recuperar al bebé y ponerlo a resguardo para que no siguiera expuesto a cualquier tipo de peligro. En lo personal,  creía que Segovia era más un trastornado que un criminal, pero lo que ocurriera con él, como en todos los casos que había tomado antes era algo que no dependía de él sino de las autoridades; siendo honesto consigo mismo había cometido un error al subestimar lo que ese individuo pudiera hacer, con lo que había arriesgado la integridad del menor. En esa ocasión el resultado había sido perder momentáneamente la pista del niño, su automóvil y el respeto de oficiales a cargo, pero lo que más le preocupaba no era su integridad física o lo que los demás pudieran pensar de él, lo preocupante era visualizar a través de los resultados una cara de Segovia que le era desconocida. ¿O tal vez sólo era instinto de supervivencia? Sacó una lección de esa ineficiencia, aprendió de su error y se propuso corregirlo capturando a Segovia, y  devolviendo al niño con su familia, que era el lugar de donde nunca debió haber salido. Sin embargo y a pesar de las precauciones que como policía habían tomado, otros factores se vieron involucrados, el más preocupante de ellos era la presencia de esos dos periodistas, por un lado porque eran lo bastante astutos como para estar adelante incluso de Segovia, y por otro porque eso mismo podía significar que lo hubieran ayudado desde el principio; el choque, por irónico que suene, había puesto al descubierto esta nueva faceta oculta, pero el siguiente paso había definido sus actos. La escena en la que se encontró superaba todo lo que había esperado que pasara, pero aun así el objetivo principal seguía siendo el mismo, recuperar al bebé, aunque desde luego la tarea se tornaba desesperada considerando el último hecho de violencia.
Lo último que vio de Segovia no había sido ni una fiera ni un hombre trastornado, había visto a un hombre herido, a punto de estallar, y cuando todo parecía llegar a su fin el azar había conjugado varios elementos en un horrible panorama. La reacción instintiva de Segovia, de huir y protegerse era esperable al ver en su trayectoria a oficiales armados, pero lo que ni él ni los oficiales ni el propio Armendáriz podrían predecir era el traicionero barranco, que como una trampa tragó entre sus ramas tanto al hombre fugitivo como al pequeño que llevaba entre sus brazos.

En ese momento sonó su teléfono celular.

—Señor —dijo en voz baja.
— ¿Qué es lo que está pasando Armendáriz por Dios? Necesito una explicación de esto ahora mismo, toda la prensa está lanzando información de manera irresponsable, las cosas que dicen son atemorizantes.
—Lo sé señor.
—Entonces dime qué es lo que pasa.
—Se trata de Segovia y el niño señor.
— ¿Qué ocurrió?
—Sufrieron un accidente.

Por un momento no pudo hablar.

— ¿Qué pasó? No te quedes callado.
—Cayeron por un barranco señor. Aún no sabemos cuál es la profundidad pero mi gente está trabajando en el sitio del suceso para definir la distancia y encontrarlos.
—Encontrar los cuerpos —lo corrigió fríamente su superior del otro lado de la línea—, eso es lo que me quieres decir; nuestra gente ahora va a buscar dos cadáveres.
—Señor no tenemos la seguridad de que ellos...
—Armendáriz —lo interrumpió su superior con tono autoritario—, están en medio de un bosque en una zona prácticamente  inhabitada, me dices que el hombre cayó a un precipicio y un segundo después insinúas que no tienes seguridad de que esté muerto ¿Cuál es la profundidad del precipicio?
—Lo estamos investigando.
—Que lo estén investigando indica que es lo suficientemente profundo como para que alguien muera si cae en él, y aunque el hombre estuviera vivo, las posibilidades de que el niño también lo esté son ínfimas, y sólo estoy haciendo el cálculo basándome en lo que acabas de decirme; pero tú estás ahí, lo debes tener más claro que yo. Escucha Armendáriz, no te niegues a los hechos. Debo tener un informe completo en una hora.

Su superior cortó el teléfono y Armendáriz volvió a guardar el celular en su bolsillo. Era cierto, tenía que hacer frente a la realidad y reconocer que las posibilidades de encontrar con vida a Segovia y el pequeño Ariel de la Torre eran ínfimas, pero al mismo tiempo sabía con total claridad que su trabajo ahí no estaría completo hasta que tuviera una respuesta absoluta a esa interrogante. Y para eso necesitaba encontrar sea como fuere a Víctor Segovia.



2

Arturo estaba en su habitación viendo las noticias de última hora y sentía que no soportaba continuar enterándose de lo que sucedía en el exterior.

—Esto no puede estar pasando por Dios.

La información era confusa, pero en lo que los medios no se equivocaban era en decir que algo muy malo había pasado durante la persecución de la policía sobre Víctor.

El mismo se sentía muy confuso desde la última vez que había hablado con Víctor. Las cosas se había sucedido una tras otra, y él había seguido ávidamente cada detalle, cada nuevo rumor, como si en cierto modo estuviera corriendo tras la policía y los periodistas, esperando ver una luz de esperanza en un camino que a cada momento se veía más turbio y oscuro; luego sólo algunos momentos de silencio, ninguna información nueva que fuera relevante al respecto, y de pronto todo se había sucedido. Entre las muchas noticias que no le importaban había dado con el caso del choque en la carretera, muy cerca del pueblo de Santa Marta, y luego estaba lo de las redes sociales, ésta noticia no oficial tan cerca, y toda la policía movilizada porque al parecer habían encontrado una pista. Su primera impresión fue sospechar, pero luego un nuevo rumor más estremecedor que los anteriores se filtró con rapidez, la clase de noticia en donde nadie se atreve a desmentir ni confirmar nada, pero queda claro de qué se trata. En su mente el temor surgió de inmediato, creyendo que la policía finalmente había encontrado a Víctor, pero amenazando con develar algo horrible que había pasado. Los más arriesgados decían que la policía había tenido que abatir a Víctor a balazos, mientras otros decían que lo habían capturado y se encontraba retenido bajo reserva máxima, mientras el niño era devuelto a las autoridades pertinentes. Había pasado más de una hora y aún no había ninguna información oficial, solo una policía de apellido Carrizo había declarado de forma muy escueta que la investigación había enfrentado algunos contratiempos y que se estaba analizando un sector cercano al sitio del accidente en la carretera porque habían pistas más relevantes, pero no dijo nada más y eso a fin de cuentas era lo mismo que los rumores que estaban haciendo por internet.
A cada segundo parecía haber alguna nueva interrogante o cuestión que preguntarse, porque no sólo no sabía en donde estaba Víctor, tampoco por qué la cosas pasaban de esa manera,  qué estaba investigando la policía en ese lugar, porqué alguien filtraría la noticia de un accidente trágico, porqué motivo la policía había cercado el sector cerca del accidente en la carretera, qué más había ocurrido, qué era lo que estaban ocultando, y lo más importante de todo, por qué los policías no decían nada, por qué en la única captura de pantalla que había, de la entrevista a Carrizo, los oficiales se veían tan afligidos. Arturo sentía que estaba volviéndose loco, necesitaba una respuesta y sabía que en algún momento los efectivos tendrían que decir lo que estaban ocultando. A la vez quería saber la información y tenía un miedo absoluto de escucharla.

3

Armendáriz estaba aún en el sitio acordonado cuándo Bárbara Carrizo se acercó a él.

—Ignacio.
— ¿Qué pasa?
—Esos malditos carroñeros de los periodistas no se van a mover de aquí, pero lo que no me explico es quién pudo filtrar la noticia; estoy segura que ninguno de ellos lo haría.

El policía miró hacia los árboles donde esos hombres y mujeres a su cargo continuaban el rastreo minucioso que él mismo les había encargado. No, él tampoco creía que uno de ellos pudiera hacerlo.

—No lo sé, pero me preocupa que están filtrando información, sobre todo cuando no tiene nada que ver con la realidad. Ni siquiera nosotros sabemos exactamente qué es lo que pasó.

Se quedó unos momentos en silencio, recordando las palabras de su superior; realmente, en el fondo, estaba negándose a la posibilidad de que Segovia hubiera muerto, y mucho más a que el pequeño Ariel estuviera muerto. ¿Cómo podía ser, cómo podía haber terminado todo en esa horrible tragedia? Tenía que buscar la respuesta, y no estaría tranquilo hasta que lo viera con sus propios ojos.

4

Gladys estaba en su casa escuchando con atención las noticias que iban saliendo una tras otra en la radio. No podía creer lo que oía, había un estremecimiento en lo profundo de su alma tan sólo de imaginar que las cosas que estaban diciendo de Víctor hubieran provocado una desgracia. La prensa hablaba tanto de una desgracia ¿Por qué hablaban de un accidente? ¿que acaso ese policía y Víctor habían tenido un nuevo enfrentamiento?  No podía imaginar que a ese pobre muchacho le hubiera sucedido algo grave, pero lo cierto es que ese policía grandote estaba persiguiéndolo y aparentemente en la policía tenían algún tipo de prueba, en su contra. ¿Por qué no simplemente escuchaban? Era tan sencillo como verlo, conversar con él y ver la relación que tenía el pequeño con Víctor para entender que entre ellos dos no había nada malo; había demasiada gente confundida, equivocada, y de seguro también habían muchas personas tratando de hacerles daño, aunque no se imaginaba porqué.

—Por Dios —dijo en voz alta con la garganta apretada, temblando ante las posibilidades que se dibujaban en su mente—, por Dios, que ese muchacho y su hijo  estén bien.

5

Álvaro despertó recostado en una camilla en un centro de urgencias; cuando abrió los ojos lo primero que vio fue la cara de la enfermera que estaba revisando su estado de salud.

— ¿Cómo se siente?
— ¿Dónde estoy?

La enfermera lo miró con la comprensión clásica de quien ha visto ya de todo.

—En el centro de urgencias, tuvo un accidente.
— ¿Dónde… dónde está Romina? ella estaba conmigo.
—Su esposa se encuentra bien, ustedes dos tuvieron mucha suerte. Sufrieron traumatismos y algunos cortes pero por lo que dijeron del choque pudo haber sido mucho peor.

En ese momento recordó lo que había sucedido; Víctor Segovia estaba junto con ellos en la camioneta, le habían hecho una serie de preguntas, él descendió del vehículo para continuar su viaje y ellos habían tomado la decisión de decirle a la policía en donde estaba él, pero el otro vehículo se estrelló con ellos; sintió el golpe, su cabeza se estrelló contra el parabrisas y perdió el conocimiento.

—Necesito verla —dijo tratando de incorporarse,  pero en ese momento los golpes de los que hablaba la enfermera lo detuvieron, dejándolo recostado.
—Le dije que habían tenido suerte —lo reprendió ella—, pero de todas maneras debe guardar reposo.
—Necesito ver a Romina.
—Podrá verla después; ahora, tiene que descansar.

La enfermera iba a retirarse de la habitación, pero una nueva pregunta surgió en la mente de Álvaro.

—Señorita, en el lugar...en el lugar en donde fue el accidente... usted sabe si ocurrió algo más ¿qué pasó con la policía?

La mujer se quedó detenida y lo miró lentamente, decidiendo qué era lo que tenía que decir, pero al final consideró justo hablarle de algo que él de todos modos sabría.

—Mire, las cosas por aquí están muy complicadas, la policía no quiere decir nada, todos están muy nerviosos,   tienen cortado el tránsito, nadie puede ir hacia el otro pueblo ni de allá para acá, pero lo que sí está claro es que pasó algo grave.

Segovia, se dijo Álvaro mentalmente.

—Usted... usted sabe si en las noticias han dicho algo... del caso del niño desaparecido.

La enfermera frunció el ceño.

— ¿Quién es usted?
—Soy periodista.
—Ah, claro, es periodista, eso significa que usted debería ser más que yo.

Por lo visto la noticia de su trabajo la había violentado, pero él estaba acostumbrado a esa reacción en las personas.

—Dígame si sabe algo, si hicieron algo mientras nosotros estábamos aquí.
—Nadie sabe nada —replicó ella en voz baja—, pero escuché... la gente comenta, dicen por ahí que estaba cerca en el otro pueblo, y dicen que el lugar en donde los encontraron a ustedes hubo otro accidente, y parece que hay un muerto.

                                           


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