Por ti eternamente Capítulo 26: A través de las cámaras



Víctor se sentía muy nervioso mientras Álvaro montaba el trípode para ubicar la cámara junto al auto en donde se habían desplazado hasta ese momento; estar hablando por televisión le parecía bastante absurdo en realidad, pero atreverse a decir de manera pública todo aquello a lo que había estado expuesto durante ese tiempo resultaba muy fuerte, exigía que sacara a flote los sentimientos que había estado reprimiendo para poder darse fuerzas. En tanto Romina estaba conectando una serie de cables.

-Escucha, ya mandé avisos a los contactos que nos quedan en los medios de comunicación, avisando que saldrás al aire, pero igual hay que esperar más. Creo que sería bueno que practicaras un poco lo que vas a decir.

Víctor se lo pensó un momento.

-No. No es necesario, sé lo que tengo que decir.

No era ninguna clase de momento mágico, no estaba teniendo una iluminación o algo por el estilo, pero si lo pensaba detenidamente, tener a Ariel en sus brazos lo hacía sentir bien, en su compañía tenía seguridad, y solo esperaba que el pequeño también sintiera lo mismo.

-Ya está - dijo Álvaro - solo tengo que conectar la cámara aquí ¿Tienes listo el cableado?
-Todo listo - repuso ella alcanzandole un conector - ahora el router está operativo, y mira, tenemos buena conexión aquí, estamos cerca de la siguiente zona poblada y eso nos sirve de mucho.

El nerviosismo iba en aumento, y en ese momento los dos periodistas se miraron fijamente; después de eso no había vuelta atrás.

-Estamos conectados.
-Cielos, nunca creí que el canal on-line que hice cuando estábamos en la universidad iba a ser tan importante justo ahora. Estamos conectados y hay cero visitantes.

Se hizo un incomodo silencio; para que la transmisión tuviera utilidad, tenían que transmitir en directo, era imperativo que los medios de comunicación estuvieran atentos a lo que pasara, era el único medio para lograr el impacto que planearan antes.

-Espera, mandale un mensaje directo al tipo del foro de apoyo.

Arturo.

-¿Es del que me hablaron antes?
-Si, como te dije suponemos que es amigo tuyo.

Tenía que ser Arturo, no podía ser otro.

-Hecho. Cielos, éste tipo si que está comprometido, dice que todos los días le mandan mensajes falsos.
-Dile que el bebé estaba escondido en el baño mientras el grandote sacaba las cosas.
-¿Que?
-Hazlo.

Álvaro tipeó rapidamente en el teclado portátil que tenía conectado a la serie de cables. La respuesta no se hizo esperar.

-Oh por Dios, parece que te conoce, dice que quiere hablar contigo.

Era Arturo. Pero no podía hablar con él.

-Dile que necesito su ayuda, que me ayude a salir en televisión, que ponga el canal tuyo en su foro.
-Hecho. Cielos, trabaja rápido dice que ya lo hizo...espera..el canal ya tiene una visita, cinco, siete, vamos en aumento.

Pero esa vez Romina no estaba tan entusiasmada.

-Eso no es suficiente. Necesitamos mucho más, pero no tenemos tiempo.
-Las visitas siguen en aumento.

La mujer marcó en su celular un número que nunca creyó tener que volver a marcar.

-Benjamín...si, soy yo...espera, espera, no cortes...lo sé, pero escuchame, solo ésta vez...

Álvaro no dijo nada, pero sabía que estaba llamando a un tipo con el que había tenido un amorío tiempo atrás, y con el que habían terminado en pésimos términos gracias a ella. Estaba dando su máximo para ayudarlos.

-Escucha...Víctor Segovia, se trata de él... Si, es en serio, estoy junto a él ahora mismo. Estoy conectada a un canal en línea, va a salir en un momento más...sé que no tienes muchos motivos para creerme, pero no quiero crédito, todo será tuyo, solo toma la señal y muestrala, es importante y lo sabes.

Se hizo un nuevo silencio. Finalmente ella se tranquilizó.

-Estupendo. Te daré los datos ahora mismo.

Mientras ella lo hacía, Álvaro guió a Víctor al capó del automóvil.

-Creo que es mejor que salgas con el bebé, la verdad.
-Si, tienes razón.
-Escucha, es importante que sepas muy bien lo que vas a decir, porque no sé cuanto tiempo vamos a estar al aire; puede ser que nos intercepte la policía, o que colapse por muchas visitas.
-Está bien.
-De todas maneras grabaré para tener un respaldo, pero ahora mismo lo importante es que digas lo que tienes que decir. Confío en ti.
-Gracias.

Romina colgó y se enfrascó con Álvaro en una discusión técnica de números de visitas y canales de televisión, mientras Víctor seguía de pie junto al capó del automóvil con Ariel en sus brazos; estaba tan cansado, sentía que había caminado horas, y realmente el cuerpo le rogaba por descanso ¿habría podido escapar de Armendáriz si no fuera por ellos? En esa ocasión tenía, al fin, la oportunidad de decirle al mundo la verdad, y eso más que animarlo, lo presionaba más. Pero no podía detenerse. La voz de Romina lo devolvió a la realidad.

-Oh por Dios...
-¿Que pasa?
-Funcionó, hay un canal que está colgado de nuestra señal, tu cara está en pantalla. Estás ante miles de personas.

Y solo estaba mirando una cámara con un punto rojo palpitando a un costado. Sintió que el estómago se le comprimía.

2

Eva estaba sentada en la sala de la pensión, silenciosa y sola mientras un programa en televisión pasaba sin importancia alguna. Pero el programa fue interrumpido por un extra de noticias, buena idea tener más noticias malas.

-Interrumpimos nuestras transmisiones para informarles de un hecho que se está dando en éste preciso momento en algún lugar del país. El hombre conocido como Víctor Segovia está transmitiendo una señal en línea a través de internet, y al parecer, después de todos estos días desaparecido junto con el menor que sustrajo de brazos de su madre, va a hacer algún tipo de declaración.

-Víctor...

Sintió que su corazón daba un vuelco; desde aquella fatídica mañana en que había tenido que delatarlo, no solo había tenido que exponerse a interrogatorios que no le traían buenos recuerdos, sino que además se sintió progresivamente más  culpable por lo que hiciera, pero verlo nuevamente, en un recuadro a un costado de la pantalla, era un gran alivio.

-Recordemos que el sujeto fue...

El hombre siguió hablando, mientras el rostro de Víctor, mucho más delgado, miraba la pantalla con evidente nerviosismo; ¿que habría pasado durante estos días?

3

El celular de Armendáriz anunciaba una llamada y tres tipos distintos de mensajes en entrada mientras el oficial conducía a toda velocidad rumbo a la estación del tren más cercana a la casa donde dejara al encubridor de Segovia; estaba seguro de que estaba escapando por ahí, y para bien o mal era nuevamente el único lo suficientemente cerca como para hacer algo, los equipos que solicitó aún tardarían en llegar a la zona.

-¿Que sucede?
-Está en televisión.

Tuvo que frenar para no estamparse contra algo.

-¿Que estás diciendo?
-Está en televisión, lo están dando en directo. En poco rato va a ser cadena nacional.

De entre las muchas cosas extrañas e inexplicables que habían sucedido en todo ese tiempo, esa quizás era la que menos esperaba, pero una de las que le parecía más lógica de parte de Segovia; respiró profundamente.

-Llama a los analistas, tienen que descubrir donde diablos están transmitiendo, debe ser cerca de donde les dije, ha pasado muy poco como para que se aleje más. Me avisan cualquier cosa.

Cortó y volvió a poner las manos en el volante; el tiempo apremiaba más que nunca.

4

Álvaro le hizo un gesto a Víctor. Era el momento de hablar, ahí en medio de la nada, junto a dos periodistas que por alguna luz del destino trataban de ayudarlo, y enfrente a una cámara que tenía que hacer que el mensaje llegara a quien fuera necesario.

-Mi nombre es Víctor.

Sus primeras palabras fueron débiles. Sabía que lo que se veía de él concordaba más con la imagen que seguramente tenía de él la gente, un tipo con heridas y demacrado. Suspiró y continuó.

-Hace un tiempo - dijo con más fuerza - una mujer quedó embarazada de mi, pero por cosas de la vida nunca me lo dijo; Magdalena tenía un grave cáncer, pero ella se alejó de su familia porque ellos, la familia De la Torre, tienen negocios sucios, pertenecen a la delincuencia a diferencia de ella, y Magdalena no quería que su hijo viviera en ese mundo; por desgracia el cáncer estaba acabando con ella, así que me contactó y me pidió que me hiciera cargo del pequeño. Y yo no sabía si iba a poder, no sabía cuanto amor o dedicación iba a necesitar para cuidar de un bebé indefenso, pero me comprometí a cumplir con la promesa que había hecho.

Recordar a Magdalena de esa forma hizo que la imagen y la voz de ella aparecieran vívidamente en su mente, pero hizo un esfuerzo y se controló, aún no terminaba.

-Sé que cometí errores, sé que no hice las cosas como debería haberlas hecho, pero de un momento a otro tenía un niño en mis brazos, Magdalena estaba muerta por el cáncer y la gente de Fernando de la Torre me amenazaba, no podía hacer nada ante eso. Cuando quise recurrir a la policía era demasiado tarde, todos estaban siguiéndome y habían tantas mentiras...tal vez nadie crea en lo que estoy diciendo o quieran verme en la cárcel, pero cuando un bebé depende de ti, tú solo...

Romina estaba al borde de las lágrimas, nunca había creído que hacer algo solo por ayudar a alguien más podía hacerle tan bien a sí misma.

-Yo no sabía que podía sentir tanto amor, pero tener a mi hijo en mis brazos hace que sepa cuanto de lo que no sé, soy capaz de hacer, y si en éste tiempo me han quedado heridas o marcas por protegerlo, me basta con sentir su respiración para que todo valga la pena.
No sé como es que todo el mundo piensa que soy un criminal, o tal vez haya dinero o poder de por medio; quizás sea necesario que yo esté presente para empezar a aclarar todo ésto, pero hay gente muy peligrosa siguiéndome, y mientras Ariel esté en peligro, no voy a volver. Prometí que mi hijo iba a estar a salvo del peligro y de su familia señor De la Torre, y voy a seguir luchando para cumplir esa promesa; no importan las mentiras o su dinero, mientras haya peligro voy a seguir luchando, no me importa si estoy herido, aunque esté solo, aunque todos estén en mi contra, voy a seguir peleando para proteger a mi hijo, porque Ariel es mi hijo, nunca me voy a rendir.

Sin notarlo había pasado del control y el nerviosismo a la emoción; sentía la boca seca y la cabeza le daba vueltas, pero había dicho todo lo que sentía que tenía que decir. En ese momento Álvaro apagó la cámara.

-¿Que pasa, funcionó?
-Por supuesto que funcionó hombre, saliste en directo. Las redes sociales y los telefonos del canal deben estar explotando de llamadas.
-Hablaste desde el corazón - intervino Romina - hiciste lo correcto, pero tenemos que irnos de aquí ahora mismo.
-¿Porque?
-Porque pueden rastrear la transmisión, y acabas de decir que todavía no vas a volver. Te sacaremos del camino.

Víctor respiró profundamente, tratando de volver a su ser.

-Les agradezco mucho lo que están haciendo por mi.
-No des tantas gracias, mejor vamos.

Los dos siguieron desconectando cables, mientras Víctor se movía cerca del auto. Recordó la etiqueta y trató de ponerse de cuclillas.

-¿Que ocurre?
-Olvidé la etiqueta - replicó mirando al interior el auto - se me cayó cuando nos estacionamos.

Ella se acercó y medio doblada entró en el vehículo, quitándolo de en medio.

-Tienes razón, estaba a punto de tomarla, dame un segundo y la saco.

Unos momentos después Romina se incorporó con la etiqueta de género entre las manos; el trozo de tela bordada estaba rasgado por un costado, pero aunque era evidente, la mujer se quedó mirándolo fijamente.

-Lo siento, la rompí - dijo distraídamente - Víctor ¿Que es esto?
-Estaba entre la ropa de Ariel, ¿está muy estropeada?
-No es eso Víctor... Ésta etiqueta tiene algo dentro.

Los dos hombres se quedaron en silencio mientras ella extraía algo de entre la tela. Cuando terminó, tenía un pequeño objeto gris entre los dedos.


Por ti eternamente Capítulo 25: Rumbo a la verdad



El tiempo que había estado inconciente comenzaba a hacerse evidente en distintos niveles cuando Víctor retomó su huida. Mientras caminaba por el bosque, tratando de no perder de vista los arboles marcados por Tomás, mantenía en sus brazos a Ariel, que lo miraba muy fijamente igual que antes, algo que a diferencia de su cuerpo, no había cambiado. Claramente estaba más delgado si eso era posible, y se le hacía dificil avanzar entre la maleza, básicamente porque tenía los miembros adoloridos por la quietud, además de las heridas de las que le hablara Tomás.

-Vamos bebé, vamos a viajar en tren.

Tener a Ariel en sus brazos le daba una nueva tranquilidad, resultaba reconfortante saber que se encontraba bien, y que también podía aún cumplir con lo que había prometido. Por otro lado sentía mucha preocupación por Tomás, pero la decisión de él y la forma de instarlo a continuar, junto con la fe que le demostró, lo alentaron a seguir adelante, además que no podía perder todo ese esfuerzo.
Después de varios minutos de caminar luchando por no perder el camino, vio que los árboles comenzaban a espaciarse, dejando algo más de espacio para la maleza, lo que indicaba que estaba acercándose a la línea del tren, aunque al no escuchar nada pensó que todavía le faltaba para llegar.
Pero un movimiento a corta distancia lo hizo detenerse.

-¿Que...?

Murmuró una inquietud en voz baja, pero antes que pudiera identificar bien de que se trataba, a su derecha aparecieron dos personas.

-¡Víctor!

Los reconoció de inmediato, eran los periodistas que lo habían acompañado antes del choque. Se quedó estúpidamente inmóvil al verlos, pero ella se abalanzó sobre él y lo estrechó entre sus brazos, explotando en emoción.

-¡Estás vivo, estás vivo, lo sabía!

Álvaro sonrió sinceramente al ver la escena.

-Ésto no puedo creerlo...

-Estás vivo, los dos lo están... Álvaro, te dije que podíamos encontrarlos...

Se separó de Víctor que aún no salía de su asombro.

-Ustedes...¿que hacen aquí? ¿Como me encontraron?
-Por accidente - intervino Álvaro - pero todo es culpa de ella, estaba obsesionada con encontrarte.

Se miraron un momento en silencio. Era extraño verlos de nuevo, pero más extraño era verlos y no sentir desconfianza alguna ¿que significaba?

-Pero no entiendo nada, no entiendo que hacen aquí, pensé que estaban muertos.
-Nosotros pensamos los mismo de ustedes - dijo ella - pero con el paso de los días entendimos que estaban bien.

Siguieron caminando.

-Víctor, nosotros estábamos equivocados, y tendríamos que haberte ayudado más, publicar tu historia, pero el accidente lo complicó todo.
-¿Que quieres decir con accidente?
-Lo del choque, acabas de mencionarlo, debes recordarlo.
-Por supuesto que lo recuerdo - replicó lentamente - pero eso no fue un accidente, fue intencional.

Se detuvieron otra vez; Álvaro tragó saliva.

-¿Que quieres decir?
-Estaba lejos pero no tanto, y yo lo vi. Ese auto blanco estaba ahí, estaba junto al vehiculo que los chocó a ustedes ¿como no iban a verlo?
-Estábamos ocupados de ti. Víctor, el auto blanco...nosotros habíamos visto a esos hombres, estuvieron siguiéndonos, también amenazaron a Romina.
-¿Pero porqué no se lo dijeron a la policía?
-Porque poco después uno de ellos apareció muerto de un disparo, según los informes eres el único sospechoso de ese crimen.

La reacción del joven fue mucho menos dramática de lo que en realidad sentía, básicamente porque no tenía energías de sobra como para eso.

-¡Yo no hice eso! Cuando vi el choque me asusté, solo quería escapar de ellos, pero me alcanzaron y me quitaron a Ariel; luché con ellos, es verdad, pero no maté a ninguno, es absurdo. Además ni siquiera sé como manejar un arma.

Álvaro lo miró sonriendo; él también empezaba a creer.

-No tienes que darnos explicaciones - señaló a Romina - hay muchas personas que creen en ti, y en cierta manera te lo debemos. Te debemos la oportunidad de decirle a todos cual es la verdad.

Víctor sintió que por segunda vez alguien estaba ayudandolo de verdad.

-No puedo creer que hayan hecho ésto por mi, se los agradezco muchísimo.
-No lo agradezcas. ¿Pero donde estuviste todo éste tiempo?
-Pasaron muchas cosas, pero no puedo quedarme, Armendáriz está cerca.

Los otros dos se espantaron de inmediato.

-¿Que dices?
-Es verdad, necesito alejarme.
-Debiste haberlo dicho antes, no podemos quedarnos aquí si él está cerca, escucha, tenemos el auto a poca distancia, vámonos ahora mismo.

Comenzaron a caminar más rápido hacia el lugar en donde estaba estacionado el automóvil, mientras seguían hablando de lo que había ocurrido hasta entonces.

-Escuchen, no quiero que se arriesguen, hay gente muy peligrosa metida en ésto.
-Créeme que lo sabemos mejor que tú Víctor - replicó Romina - después de todo lo que ha pasado es probable que estés menos informado que nosotros, pero afuera todo es un hervidero, la noticia es obligada en todos los medios de comunicación, e incluso la familia De la Torre tiene un equipo de abogados preparados para lo que sea. Pero no te preocupes, vamos a hacer algo para enfrentarlos: vas a salir en televisión.

Subieron al auto, aunque Víctor, si bien estaba superando la sorpresa inicial de encontrarse con ellos, aún no asimilaba que quisieran ayudarlo, y mucho menos una idea como esa.

-¿Estás hablando en serio?
-Por supuesto que si, si queremos que ésta locura funcione lo único que podemos hacer es dar un golpe - respondió Álvaro reiniciando lentamente la marcha - y tiene que ser grande. La vez anterior todo salió mal, terminamos hospitalizados, nos quitaron toda la información que teníamos sobre ti, y quedamos imposibilitados de utilizarla porque somos parte del proceso, así que ahora lo haremos bien. Tenemos una cámara profesional y conexión a internet, así que solo necesitamos que estés dispuesto a hablarle al país de lo que está sucediendo en realidad.

Víctor se acomodaba con el niño en sus brazos; su cuerpo gritaba por descanso y estar sentado le hacía bien.

-Por supuesto que estoy dispuesto. No sé que decir, nunca creí que ustedes aparecieran a ayudarme.
-Tuvimos mucha suerte en realidad ¿Adonde ibas?
-A la estación de tren, necesito poner algo de distancia, pero la presencia de Armendáriz me preocupa.
-Ese policía es una molestia interminable, dicen que desde que desaparecieron se va a meter a la zona todos los días, y que esté en las cercanías significa que es verdad, tenemos que alejarnos ahora mismo.

Víctor no habló durante unos momentos, pensando en lo que pudiera estar pasando en la casa de Tomás.

2

Tomás estaba tranquilamente sentado en la sala de su cada mientras Armendáriz marcaba un numero en su celular.

-Marianne, soy yo. Llama a todos, encontré a Segovia.
-¿Que?
-No hay tiempo para explicarlo, pero tanto él como el niño están en las cercanías de la línea del tren rumbo a Elisa Monsalve. Envía un grupo ahora mismo en esa dirección, hay que cortarles el paso antes que tome distancia.

Cortó y se volteó hacia Tomás.

-¿En qué dirección va Segovia?
-No lo sé.

Armendáriz se estaba cansando de las personas que simplemente miraban lo que pasaba a su alrededor; era casi un milagro que el niño estuviera vivo, pero no podía, bajo ningún concepto, seguir permitiendo esa situación.

-Usted lo mantuvo aquí en ésta casa durante todo éste tiempo, no me diga que no sabe nada de él o lo que pretende hacer.

El otro se puso de pie y lo enfrentó, mirándolo severamente.

-Escuche, si me pregunta por el niño y por Víctor, ambos están bien, aunque no precisamente gracias a usted y su gente; si quiere saber adonde fueron, ese muchacho solo está tratando de proteger a su hijo, así que simplemente está buscando un lugar seguro.

El oficial frunció el ceño.

-Eso no tiene sentido y usted no es quien para decidir eso, la ley indica que la seguridad del menor es prioridad, Segovia se lo llevó sin autorización alguna y está siendo acusado de...
-No me repita lo que sale en las noticias, por favor - replicó el otro firmemente - usted está a cargo del caso ¿no puede ver más allá de lo que dicen de él? ¿No puede pensar que tal vez son ustedes los que están equivocados?
-Esto no se trata de quien está equivocado, se trata de cumplir con mi deber, de que usted cumpliera con su deber de ciudadano, usted tendría que haber llamado a las autoridades en vez de encubrirlo, la principal facultad de éste tipo de perturbaciones mentales es que quienes las tienen consiguen que la gente les crean ¿cuantas personas hasta ahora piensa que me han dicho lo mismo?
-Ese no es el punto, Víctor no es un enfermo mental, ¿acaso se ha tomado la molestia de preguntarse que pasaría si él tuviera la razón?

Armendáriz lo esposó a una barra en la chimenea.

-No voy a seguir discutiendo con usted. Ruegue que al menor no le pase nada grave, porque usted será responsable en eso.

Volteó para salir, pero Tomás aún no terminaba.

-Abra los ojos oficial. Tiene que abrir los ojos antes que sea demasiado tarde.

3

Víctor jugueteaba distraídamente con la pequeña etiqueta bordada que Tomás había encontrado entre la ropa de Ariel, mientras el pequeño reposaba con los ojos entrecerrados, mecido por el movimiento del auto entre la tierra y maleza; llevaban varios minutos de viaje, después de decidir alejarse de la estación de tren y avanzar más hacia el sur, a un sitio menos evidente según donde se habían encontrado.

-Así fue como la noticia siguió creciendo - comentó Romina - después a nadie parecía quedarle duda de que tú hubieras cometido secuestro y asesinato, además de que Fernando de la Torre o alguno de sus abogados están constantemente en tribunales.
-Es increible hasta donde ha llegado todo.
-Pero como te dije - intervino Álvaro señalando a Romina - hay gente que te quiere y te cree, un amigo tuyo hizo un foro de apoyo, y aunque al principio recibió muchos ataques, él siguió publicando, y hablando bien de ti, así como haciendo conjeturas de lo que pasa en realidad, y conforme pasa el tiempo se ha agregado más gente, distintas personas que también te apoyan. Ahora que salgamos al aire va a ser una bomba.
-Cuidado!

Álvaro frenó al perder ligeramente el control del vehículo. Romina echó algunas maldiciones.

-Fíjate por donde vas por favor, ésto ya nos ha pasado antes - protestó ella - ¿estás bien Víctor?
-Si, no es nada, solo que se me cayó algo, es una etiqueta de Magdalena.

La joven se volteó para revisar el suelo del auto.

-Espera, creo que la veo, dame un momento.
-Lo siento - se lamentó el periodista - mi culpa, mi culpa.
-No te pongas dramático, no pasa nada. Escucha, éste me parece un buen lugar, ¿porqué no lo hacemos ahora mismo?

Víctor miró por la ventana; el bosque de donde había salido estaba lejos, quizás si era suficiente.

-Si, creo que tienes razón, parece un buen lugar.
-Excelente - dijo Álvaro más animado - escuchen, ésto es muy importante, necesitamos que funcione y si lo logramos, todo el país va a estar escuchándote dentro de muy poco.

4

Fernando de la Torre estaba hundido en el sillón de su escritorio, en medio de una oficina silenciosa y fría; Claudio entró con una bandeja con un humeante café.

-Le traje un café señor, creo que lo necesita ahora que están reparando la calefacción.
-Eres muy divertido cuando quieres - opinó el otro sin moverse - mejor dime si tienes alguna novedad.

Claudio estaba internamente mucho más preocupado de lo que aparentaba; fallar en una misión tan sencilla como creyó que sería esa no solo era frustrante, sino que además causaba una serie de contratiempos.

-Tengo alguien tras una pista y siguiendo a las personas correctas, está claro que solo es cuestión de tiempo para que aparezcan y quiero estar listo para actuar.
-Ésta espera me enferma, sigo pensando en lo que podría pasar si realmente Segovia tiene alguna prueba en mi contra que le haya pasado Magdalena.

Claudio respondió quitándole importancia, aunque en realidad si le parecía muy relevante.

-Tranquilícese señor, en ésto solo importa prestar atención a un asunto, y es como evitar que ese tipo tan molesto nos cause problemas. Hasta ahora todo está de su lado señor, las probabilidades de perder terreno son pocas, y para reducirlas a cero terminaré lo que comencé hace dieciocho días.