Márgara se sintió humillada cuando la
maestra de actitud les dijo que se quitaran los zapatos luego de la desastrosa
prueba de la tarjeta; estar descalza en una situación que no era para eso se
convertía en un acto de vergüenza, por que era una forma de decirle que no
estaba preparada para hacer lo que se proponía en ese programa.
—Bien, ahora que las princesas están con
los pies sobre la tierra —dijo Vicenta, con una gran sonrisa triunfante—, es el
momento de que bajen del cielo y empiecen a trabajar. Primero, como es evidente
que ninguna trajo un cambio de ropa, van a ponerse un pantalón y un peto
deportivo, pueden sacarlos del armario del fondo.
Mientras las chicas obedecían la
instrucción en silencio, la maestra se acercó a su asistente.
—Date vuelta, no puedes mirar.
El chico revoleó los ojos y volteó,
quedando de frente a ella, que lo miraba con picardía.
—¿Qué opinas?
—Hay varias que están de diez —comentó
él.
—¡Tonto! —Le dio un golpe en el hombro—
Te estoy preguntando si crees que alguna tiene al menos una remota posibilidad
en todo esto.
Gael se lo pensó un momento antes de
responder.
—Creo que sí, es decir, supongo, por
algo las escogieron. Lo único que me llama la atención es que todas tengan algo
de una famosa ¿Crees que sea por eso que el señor Haim dijo que después...?
—Shhtt —Lo silenció ella—. No puedes
decir palabra de eso, es información clasificada. Pero sí hay algo de eso,
desde luego que sí, pero va a ser después; durante el principio del programa necesitamos
que sirvan para la cámara.
—Va a ser difícil entonces —murmuró él,
en tono confidencial, mientras indicaba a algunas de las fotos en la libreta de
notas— creo que ellas son las mejores.
—Ocho, eres generoso, eso me encanta de
ti —repuso ella—. Y me gusta mi trabajo.
El joven la miró con los ojos
entrecerrados.
—Te gusta humillarlas.
—¡Pero claro! —La mujer le guiñó un ojo—.
Es mi trabajo, y además piensa que si no son capaces de sobrevivir a esto,
estarán perdidas la semana que viene cuando les digan el truco del programa.
Dio unos sonoros aplausos e hizo que las
chicas se reunieran de nuevo; pudo ver lo incómodas que varias de ellas estaban
usando el vestuario proporcionado por la producción.
—Bien, ahora voy a determinar los seis
grupos de trabajo para esta actividad: escuchen muy bien, les voy a dar la
referencia de un lugar cerca de aquí, y tendrán que llegar hasta ese lugar sin
ayuda de los teléfonos móviles. Y espero que esos aparatos no sean lo único
inteligente en esta sala.
Poco después, los seis grupos salieron,
intentando seguir las instrucciones para cumplir con la actividad; Charlene
estaba tratando de liderar el grupo, pero las cosas no estaban saliendo como
esperaba.
Analie, Jazmín y Eva estaban con ella en
el grupo designado, y la última estaba en una nube por haber sido nombrada entre
las cuatro mejores seleccionadas la primera jornada.
—Te digo que no es así —Insistió—.
Escucha, esto es igual que las competencias que hacían en el programa de las
modelos, tenemos que encontrar las pistas en lo que nos apuntaron en esa
tarjeta.
Todo lo que tenían para realizar la
tarea era una tarjeta en donde decía "el secreto está en la manzana"
y que de alguna forma debía llevarlas a una localización; hasta el momento,
ninguna del grupo lograba dar con la clave.
—Escucha, rubia legal, este no es un
concurso de modelos. Al menos no para muchas de nosotros.
—Dame la tarjeta.
—¡No!
— iCállense! —gritó Jazmín por sobre sus
voces— Parecen un par de gallinas. Eva, no sabes lo que estás haciendo, y
Carlire tampoco.
—Me llamo Charlene.
—No me importa —exclamó la chica, con
tono desafiante—, no me importas tú, ni ninguna de ustedes, sólo cállense
mientras no tengan algo importante que decir.
Analie aprovechó la oportunidad para apropiarse
de la tarjeta. La leyó y dijo con tono experto.
—Es un símbolo. Eso es lo que es, sólo
tenemos que encontrar un lugar que tenga que ver con una manzana.
—No hay ninguna tienda de Dapple por
aquí cerca.
Charlene miró en todas direcciones,
intentando encontrar algo que tuviera sentido. Y en ese momento vio a una
cuadra una tienda de productos naturales, cuyo símbolo verde era una manzana.
—Bien, escuchen todas porque las voy a
salvar de los problemas.
Hizo una pausa dramática hasta que captó
la atención de todas, y cuanto consideró que era apropiado, indicó en dirección
a la tienda que había descubierto; su expresión podría haber sido de
superioridad, pero en cambio, decidió ganarse su respeto sonriendo de la forma
más amigable.
—Juntas podemos lograr mucho más si
trabajamos juntas, en vez de enfrentarnos. Cuando empiece la competencia
podemos poner mucho más esfuerzo, pero recuerden que Vicenta lo dijo: la
actitud es un modo de vida. ¿Y si demostramos que podemos cumplir y ser
exitosas sin tener que pelear?
2
Márgara había conseguido en tiempo
récord que las chicas de su grupo estuvieran a sus pies; después de algunos
minutos de conversación ligera, Carla, Estela y Darla estaban bajo control y
podía dedicarse a tratar de descifrar el enigma que les indicaron en una
tarjeta. Sin embargo, de momento era mucho más importante estrechar lazos, y
sabía que una conversación distendida era lo mejor para crear buenas amistades.
—¿Saben lo que creo? Que cuando estás a
punto de entrar al escenario tienes que acordarte de alguna estrella de la
música.
—¿Por qué?
Sacudió su largo cabello como para dar
realce a sus palabras y habló de forma inspirada.
—Porque es ponerse en su lugar, pero
anticiparse a lo que va a suceder: tienes que saber que serás un éxito
¿Entiendes? Es como si vieras tu vida pasar antes que pase, así que ya sabes
que vas a ser aplaudida, y usas esa energía en ese momento para que todo
resulte.
Estela estaba muy de acuerdo con ella.
—Es como lo que dijo Vicenta, que hay
ere tener actitud todo el tiempo.
—Exacto —Márgara asintió con energía—,
es cierto que ella está siendo dura con nosotras, pero lo que está diciendo es
la verdad y nosotras tenemos que estar preparadas para todas las pruebas que
nos van a hacer ¿Se dan cuenta que en una semana estaremos saliendo al aire?
Darla ahogó un grito.
—¡Sí! Estoy tratando de no pensar en
eso, porque es mucha emoción, de verdad, es increíble ¿Qué creen que hagamos el
primer día?
—Tengo la sospecha —replicó Márgara de
inmediato—, que va a ser algo totalmente nuevo, este programa es muy innovador,
de eso estoy segura.
3
Lisandra se sentía muy cómoda junto a
las chicas de su grupo en ese momento; Sussy, Lucine y Adriana eran sus
compañeras, pero era esta última quien llamaba más la atención de las tres: su
piel aceitunada y su cabello largo y rizado la hacían destacar por sobre el
resto, pero era su carácter chispeante lo que la hacía resaltar mucho mas.
—No estoy entendiendo muy bien todo esto
—comentó alegremente—, se supone que tenemos que encontrar un lugar siguiendo
estas instrucciones.
—Parece que es un acertijo —Apuntó
Lisandra—, me gustan los acertijos, son divertidos.
Se habían detenido fuera de una tienda
de ropa para analizar lo que tenían que hacer; Sussy le entregó la tarjeta.
—¿Crees que puedas resolverlo?
—Lo intentaré.
El texto impreso era breve, y decía
"Cuando busques el camino, las ondas llegarán a su destino" Por
alguna razón, esa frase se le hizo cómica, y sonriendo trató de descifrar lo
que quería decir; referirse a las ondas podía hablar de algún tipo de
comunicación ¡Radio! En el lugar en el que estaban había una serie de
instalaciones de productoras de televisión y afines, pero perderían demasiado
tiempo tratando de encontrar alguna en especial sin mayor información.
Tenía que haber algo más.
Entonces enfocó la idea como si fuera
una Transmisión de radio a la antigua, y pensó que si quería saber el destino,
tenía que localizar el emisor.
—¡Es una antena!
—¿Qué?
—Es una antena de radio, tiene que haber
alguna por aquí —Explicó, más calmada—, seguramente se ve a simple lista
—Qué lista eres —La aduló Sussy—, lo
descifraste en un instante, eres maravillosa; ahora solo tenemos que encontrar
esa antena, estoy segura de que lo lograremos gracias a ti.
4
Nubia sentía que le iba a estallar la
cabeza mientras iba por la calle con las demás; sin dificultad las habría
bautizado como “Las ruidosas” por la enorme cantidad de ruido que hacían
mientras hablaban. Se conocían hace minutos pero parecía que eran amigas de
toda la vida; mientras la ignoraban de forma profesional, parecía que ya tenían
todo resuelto y darían con el resultado del acertijo, sin que ella tuviera
oportunidad de decir o hacer algo: era como en la secundaria.
—Debe ser por aquí —dijo Alma.
—Tienes razón —comentó Rebecca.
—Es claro que la frase se refiere a un
lugar con espejos —Apuntó Ivonne.
—Moda, una tienda de moda, estoy segura —exclamó
Alma alegremente Alma.
Las risitas de las tres al mismo tiempo
coronaban cada seguidilla de frases cortas; Nubia había tenido ganas de
intervenir o decir algo, pero considerando el comportamiento de las tres, su
mente hizo el viaje de regreso a la secundaria, en donde las populares siempre
salían bien libradas de todo ¿Y si se las arreglaban para quedar bien y hacer
que ella fuera la conflictiva? No en su primer día; tendría que aguantar,
callar y sonreír, y sobre todo estar atenta a cada cosa que sucediera desde ese
momento en adelante.
—Ahí hay una tienda de moda —señaló
Ivonne.
—Oh, mira el vestido con flores en la
vitrina, es divino —Rebecca suspiró.
—Es cierto ¿Cuántos trajes nos darán? —Alma
ladeó la cabeza mientras hacía la pregunta.
¿Darles trajes? Eso no sonaba plausible,
pero Nubia había pensado que de seguro tendrían acceso a la guardarropía, se
decía que en los canales de televisión eran unas enormes habitaciones con
toneladas de ropa de todos los tipos, y que incluso podías encontrar las
tenidas de los personajes de algunas series producida, por ellos.
—Y los zapatos —Estaba diciendo Rebecca—¿Saben
una cosa? Creo que hay que celebrar la primea semana.
—¿Cuándo eliminen a la primera? —comentó
Alma con un tono divertido.
—Sí. De alguna forma me da un poco de
pena que una se vaya la primera semana, pero la vida es así. Estoy segura que
lo mejor para nosotras viene desde la segunda semana.
Nubia no sabía si sentirse admiraba o
enfadada por ese exceso de seguridad.
5
Valeria estaba decidida a no volver a
cometer errores desde ese momento en adelante; por suerte su grupo, formado por
Karin, Marina y Carol era bastante ameno, y en su compañía las cosas iban bien
mientras intentaban descifrar el texto de la tarjeta, pero ya estaba
mentalizada en lo que realmente estaba sucediendo ahí: cualquiera de ellas
aprovecharía la oportunidad que fuese para pasar por encima de las otros, y no
importaba si era durante el programa o en las clases, cualquier oportunidad
sería aprovechada.
Así que su trabajo era pasar primero por
encima de las demás, pero con una gran sonrisa y sus mejores zapatos de tacón.
—¿Estamos de acuerdo entonces en que lo
que estamos buscando es una librería? — preguntó Karin.
—Si, así tiene que ser eso —replicó Marina—,
escuché a papá decir que antes le decían papelería a las librerías.
—Excelente —Apuntó Valeria, con una
sonrisa—. Lo estamos haciendo muy bien como equipo ¿Creen que nos mantengan
haciendo actividades juntas?
—Puede ser.
—Eso sería genial —Comentó Carol con voz
animada—, porque así podemos darnos un poco de ayuda cuando sea necesario.
—Pero somos competidoras —apuntó Karin.
Desde luego que lo eran, pero si de ella
dependía, haría todo el esfuerzo por sabotear una parte del espíritu de
competencia de las otras, mientras dejaba que pensaran que era ingenua y
amistosa; después de conocerlas, entrar en sus cabezas y hacerles el daño
necesario para que no pudieran competir con tranquilidad en el programa sería
un juego de niños.
Seremos competidoras en el programa, no
entre nosotros ¿Recuerdan lo que dijo el productor del programa? Ellos aprecian
el talento ¿Por qué perder tiempo y esfuerzo en tratar de hacer algo Unas
contra otras? Eso se verá en la pantalla, y al público no le gustar mucho los
conflictivas.
—Vio que las otras tres dudaban;
perfecto, ya estaban empezando a caer.
—¿Tú crees que se note? —Preguntó
Marina.
—¡Claro! —Respondió con total seguridad—,
no olviden lo que dijo Vicenta sobre la actitud, ella dijo que se sentía una
reina aunque estuviera rodeada de super modelos. Esa actitud es de trabajar
para ser mejor, no para destruir. Estoy segura que otras chicas están pensando
en eso, somos mejores que ellas, lo sé.
6
De vuelta en la sala, Vicenta hizo que
todos los grupos esperaran en silencio hasta que llegó la totalidad de las
participantes, siendo el grupo de Joanna, Ayline, Esmeralda, Mayre el que llegó
en primer lugar.
—Se tardaron una eternidad en llegar,
pensé que tendría tiempo de almorzar mientas volvían —Comentó la mujer cuando
el último grupo llegó—. Bien, quiero decir primero que gracias al cielo todas
pudieron llegar al objetivo, pero la prueba no era sobre descifrar mensajes,
esto no es Tiempo de oro —soltó una risilla malvada—, era un ejercicio de
actitud, sobre ir con esas tenidas deportivas que no son las mejores y resolver
el problema con la mejor postura y estilo. En la calle había personal evaluando
a los grupos, y ya me trajeron las notas.
¿Las estuvieron evaluando en la calle?
Nubia sintió que se le caía el alma a los pies.
—Las que tuvieron el mejor
comportamiento fueron Valentina, Márgara, Charlene, Alma, Adriana y Joanna; ustedes
ayudaron a dirigir a su grupo, y eso es parte de la actitud. Ahora, también
tengo que decir que Nubia, Lisandra, Analie y Mayre no brillaron, nunca se
vieron: escuchen esto, si están en un grupo, no todas pueden ser la
protagonista, pero una verdadera estrella sabe ser un personaje secundario
importante, de esos que el público quiere incluso más que a los principales.
Ustedes en particular tienen mucho que hacer, y más vale que se carguen de
energía hoy mismo, o no van a pasar de la primera semana.
Lisandra sintió que palidecía al momento
de escuchar su nombre entre los que menos hicieron ¡Pero si ella resolvió sola
el enigma! Pensó que debería hablar de eso, pero como si se anticipara a sus
palabras, Vicenta aplastó su idea.
—Antes que se les ocurra culpar a
alguien de lo que les pasó, quiero recordarles que dejar sobre los demás
nuestras responsabilidades hace que sean peores, no mejores. Aprendan esto y
empiecen a pensar cómo hacer bien las cosas desde ahora.
Nubia no sabía si reír o llorar con lo
que estaba escuchando; decidió no entrar en una polémica con el resto de su
grupo para no quedar mal, y al cabo había llegado al mismo resultado; miró a
las otras del equipo, y no pudo menos que notar su actitud reposada en ese
momento. No triunfantes, sólo muy tranquilas por conseguir lo que querían. Casi
le había dicho a su madre que en ese programa los sentimientos no importaban,
qué estúpida, ahora estaba sintiéndose de lo peor por haber actuado con
demasiada precaución, y el resultado de esa prueba era que tendría que esforzarse
muchísimo más. El fantasma de la eliminación dentro de dos semanas se hizo algo
muy real en su mente.
Próximo capítulo: Tacones para llegar al
cielo
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